<P>El viceministro de Educación, licenciado Adarberto Martínez, encargado de Evaluación y Supervisión Educativa del Ministerio de Educación (MINERD), planteó que la transformación educativa es un imperativo para un modelo que no ha podido ser reformado eficazmente, a pesar de los esfuerzos y los recursos invertidos. </P>
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<P>Durante la conferencia con el tema De la reforma a la transformación educativa: una reflexión ineludible, pronunciada en el auditorio Enriquillo Sánchez Mulet del pabellón del MINERD en la XV Feria Internacional del Libro, Martínez analizó la situación de la educación en República Dominicana, países desarrollados y subdesarrollados. </P>
<P>Dijo que las reformas educativas implementadas durante las últimas cuatro décadas en América Latina y el Caribe en países como Perú, Chile, Argentina, México, Uruguay, Brasil, El Salvador y República Dominicana están centradas en acceso, cobertura, equidad, calidad e innovación, pero han sido insuficientes porque persisten las limitaciones en calidad e innovación. </P>
<P>Consideró que han sido notables los bajos rendimientos académicos de los estudiantes, independientemente de las estrategias desarrolladas y la cuantía de los recursos económicos invertidos, lo que hace pensar en la necesidad de estudiar más a fondo la consistencia y las reales posibilidades de las acciones desarrolladas, de acuerdo a la naturaleza de los problemas y sus necesidades. </P>
<P>“Si bien los niños y los jóvenes pobres pueden asistir a los centros educativos, una parte lo hace en condiciones precarias y sin la real garantía de que recibirán una educación de la misma calidad de la que logran los niños provenientes de las familias de los estratos socio-económicos medio y alto”, dijo. </P>
<P>“En América Latina y El Caribe la educación que se ofrece a los niños y jóvenes de sectores marginados generalmente se caracteriza por la precariedad en los insumos, además de las limitaciones y riesgos del contexto que rodean sus entornos”, manifestó Martínez ante un público integrado por educadores, estudiantes y público en general. </P>
<P>“El problema en América Latina es tan grave, que aunque los jóvenes y niños vayan a la escuela por 10 o 15 años esto no significa que van a recibir el tipo de educación que les permitirá enfrentarse a la demanda de la sociedad en la que vivirán. Es lo que se ve en la República Dominicana”, afirmó el educador. </P>
<P>El viceministro de Educación explicó que se requiere identificar las mejores prácticas educativas y extenderlas a todas las escuelas hasta que sean asumidas e incorporadas como rutina, porque lo que se procura es que niños y jóvenes se beneficien del desarrollo de escuelas centradas en estrategias inclusivas de largo plazo. </P>
<P>“Aunque esto no es suficiente, la buena educación, para serlo, requiere de buenos profesores, bien formados y actualizados, que estén en la disposición de enseñar a toda capacidad, evitando que se produzcan situaciones como la que Frank McCourt describe en su novela El profesor, cuando asegura que había asignaturas que trataban de cómo enseñar, impartidas por catedráticos que no sabían enseñar. </P>
<P>Sostuvo que generalmente, las escuelas que tienen buenas prácticas educativas cuentan con un liderazgo directivo que inspira y propicia confianza; conducen a metas específicas altas, asegurándose que todos contribuyan a su consecución. </P>
<P>“A esto se suma la presencia de profesores que además de ejercer un evidente liderazgo frente a sus alumnos y compañeros de trabajo estimulan el desarrollo de prácticas de aprendizaje satisfactorias, reconocidas por las familias y la comunidad”, indicó Martínez. </P>
<P>Precisó que hay que ver cuáles son las escuelas en todo el mundo donde se aprende más, y qué hacer para tener los mejores maestros y herramientas de trabajo, así como los niveles de racionalidad con los que nos manejamos en educación: si estamos entreteniendo a los estudiantes o preparando a la nueva generación que tiene que enfrentarse a la sociedad actual. </P>
<P> El funcionario del MINERD dijo que corresponde a los profesores sacar el mejor partido posible a los puntos fuertes de niños y jóvenes, así como contribuir a disminuir hasta hacerlos desaparecer, los efectos de las debilidades. “Cada estudiante tiene su propia manera de aprender. A partir de esta base, el maestro podrá desarrollar mejores maneras de enseñar”. </P>
<P>“Sin oportunidades suficientes, sin ambientes positivos de aprendizaje, sin motivación ni contenidos relevantes, con ausencia de los recursos que son necesarios para lograr un aprendizaje efectivo, con un liderazgo educativo débil y muy poco o ningún apoyo familiar, no hay forma de alcanzar aprendizajes de alta calidad que permitan un salto cualitativo a nivel personal o social”, sostuvo. </P>
<P>Al concluir su conferencia, Martínez dijo que en ambientes donde la familia y la comunidad no están en condiciones de añadir valor al proceso de formación, como ocurre en los países de bajo nivel de desarrollo social y económico, corresponde a la escuela hacer la diferencia y constituirse en ventaja comparativa</P>