Los años de Vanguardia del
Pueblo se han ido. El mismo profesor Juan Bosch no es parte de la presente
campaña electoral que está llegando a su ocaso. De una contienda basada en
dispendio, otra vez se perdió el sortilegio de que estas fueran una decisión nacional. <br>
Los recursos del Estado jamás fueron tan altos. Ahora el candidato del
oficialismo no quiere saber de ello. Las encuestas se basaron en dinero. ¡Los
peledístasno merecen el al cielo!
Este grito del pueblo revela
la muerte del santo candidato del oficialismo, el todavía desconocido político
Danilo Medina, pues, la gente lo percibe en alabanzas de la nueva política que
nos espera en su mandato. Al mirar la silueta de su figura, la gente no sabe si
le espera una forma intensa de gobernar, en la que se concentran todas las
fórmulas, o es la una nueva Era de gobierno del PLD, cuyo rasgo más sublime ha
sido el autoritarismo.
Existe el temor del terrible
grupo que representa el líder del PLD, del cual el mismo candidato se espera
que sea víctima de sus juegos del poder, al que ya se nos tiene acostumbrados.
En poco tiempo se hablará de Danilo como de una vida triste y de breve existencia,
ya el poder lo observa a él también. El quiere construir un sueño; pero Leonel
se construye el suyo.
El elemento esencial del
programa de la candidatura era que rompiera con directrices a futuro, y que
diera un viraje en contra de los líderes de su propio partido. Si esta técnica
de seguir encauzando el Estado no cambia, es que la “disciplina” que se ha
instaurado tiene su“escuela”: la de
Leonel Fernández, un líder mesiánico.
Conviene que Danilo no gane,
porque Dios sabe que no terminará su gobierno, fruto del descontento que le
espera; conviene que el PLD no continúe, porque no se puede pensar que seremos
gobernados por 100 años, con este esquema de profesionales de la peor “disciplina
política.” El candidato Danilo Medina aspira en el peor momento de ese raro
arte de la disciplina del PLD. ¡Si pierde, es su muerte como político!
Es el grupo de Leonel quien nos
dice los avances de Danilo, nos da cuenta de las encuestas y es quien, en
realidad, dirige la campaña. Si Danilo llega a ser gobierno nuestra malograda sociedad
será una locura y más anormal de lo que ya es. El “continuum” de la nueva
ideología del PLD, con sus falsas imágenes, y sus raros slogans sobre la
revolución democrática, el NY chiquito y la nueva ruta del progreso, que es como
se refieren al Metro de Santo Domingo, nos someterá a mecanismos disciplinarios
y formas de vigilancia, para ocultar la dictadura que se está forjando.
Un
intelectual convencional, testigo de esta forma del gobernar, al estilo de
Leonel Fernández, no se atrevería a ser parte de esa infamia de Estado. El
único hombre, que todavía mantiene lucidez dentro de esa “economía de poder” o
“máquina disciplinaria” es el vocero del candidato presidencial del Partido de
la Liberación Dominicana.
Tras considerar de “pretexto” que un movimiento de
intelectuales apoye al candidato opositor, Hipólito Mejía, es precisamente para
que se detenga lo que se ha dado enllamar una “dictadura constitucional”, lo ha llamado un “bajadero.”
Respondemos
que ya no se prefiere a Danilo Medina, quien no puede responder por el costo
que su gobierno está facilitando a la campaña en su provecho; si el pueblo
llegó a decir que “preferiríamos
a Danilo Medina”, hoy no tiene más alternativa que rectificar diciendo, ¡es que
Hipólito nos conviene más!
·El
autor es Pte. de la Sociedad Dominicana de Criminología