Reverendo Domingo Paulino Moya llamó a todos los cristianos a depositar el
voto en blanco en las urnas en las votaciones del 20 de este mes.
Justificó ese llamado como “una respuesta digna a los políticos con mentes
iluminadas y que con sus acciones de desprecio e inequidad se alejan en su
estilo de gobernar de los principios divinos,negándole el derecho a la vida y al disfrute de las riquezas
nacionalesque produce el Estado”.
Puse las palabras entrecomilladas para que vean que no me estoy inventando
nada. La inquietud brota de los labios de un ciudadano que dice cumplir las
directrices delSupremo Creador del
universo, pero que en la práctica le presta un flaco servicio a la sociedad
dominicana. El religioso habló como un político, más que como un cristiano.
Es un acto irresponsabilidad y de ignorancia instar a la comunidad
cristiana a no ejercer el voto porque de no hacerlo estaría asumiendo un
comportamiento de complicidad extrema frente al país. Está al servicio del
demonio, no de la sociedad.
Quien no vota, no tiene derecho a criticar a las malas gestiones de los
gobiernos. Algunos pastores evangélicos han tenido mucho protagonismoen los últimos procesos electorales, cosa que
nunca se había visto porque la tradición era que los cristianos no debían
meterse en la política.
Obviamente, es un criterio errático. El hombre en sí es un ser político por
naturaleza pues sus actitudes cotidianas se desarrollan sobre la base de
exigencias extremas para satisfacer sus necesidades básicas.
No está mal que los cristianos concurran a las urnas el 20 de mayo a
ejercer el derecho de escoger al presidente y vicepresidente de la República.
Ellos tienen derecho de elegir a los candidatos que entiendan pueden encaminar
al país por el sendero del progreso y, si se equivocan, también el retroceso.
Lo que sí es cierto es que la religión siempre ha sido un atraso de los
pueblos, según decían los clásicos marxistas. En realidad era así. Las cosas
han cambiado. Antes se instaba a los feligreses a no inmiscuirse en política y
nadie hablaba de esos asuntos. Ahora, obispos, arzobispos, pastores, diáconos y
otros emiten opiniones políticas contra los gobiernos y es bueno que sea así
porque es una evidencia de que los cristianos están cumpliendo la verdadera misión
de Cristo de defender a las clases humildes frente a la explotación perversa de
los ricos.
Como el reverendo Domingo Paulino Moya, existen muchos dominicanos irresponsables
como él. Son aquellas personas que nunca votan, pero se pasan el tiempo
despotricando a los gobiernos y están en desacuerdo con todo, pero disfrutan de
las buenas acciones de los gobiernos.
El activismo de algunos pastores es sorprendente, al extremo que ha hecho
causa común, en público, con los candidatos presidenciales. Para decirlo en un
lenguaje llano, son orientadores alservicio de Cristo, supuestamente, pero en la práctica viven en
componendas con el Diablo.
Y no nos engañemos ni los minimicemos. Los cristianos, no importa a las
iglesias que pertenezcan, constituyen un gran ejército que deben tenerse en
cuenta en estos momentos críticos de desvalorización humana.
Elvoto de esa gente es importante.
Tal vez esa es la razón que impulsa al reverendo Domingo Paulino Moya a pedirles
que depositen la boletaen blanco, como
muestra de castigo. Si así lo hicieran, entonces aumentaría la abstención,
aunque nadie va a impedir que se elija al nuevo presidente de la República.
Pese a esas perogrulladas, el pueblo debe acudir masivamente a las urnas y
ejercer el derecho al voto, no importa por quién. La República Dominicana debe
avanzar y no estar a merced de los cerebros desnutridos que lo único que hacen
es fomentar la división de la familia y aumentar el atraso.