Bogotá, 13 may (PL) Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) anunció hoy su disposición de
entregar al periodista francés Romeo Langlois
En una declaración pública divulgada en esta capital el Secretariado del
Estado Mayor Central de las FARC-EP subraya que en aras de garantizar
aún más su vida e integridad, proponen entregarlo en un lugar seguro a
una comisión formada por la Cruz Roja Internacional, la senadora Piedad
Córdoba y un delegado personal del nuevo presidente de Francia Francois
Hollande.
"Aprehender en medio de un combate a quien en una operación militar
viste uniforme del enemigo y lo acompaña, en nada lesiona nuestro
preciso compromiso. Sólo una visión francamente sesgada puede
considerarlo un secuestro", enfatiza el texto.
Recuerda la nota que el pasado 27 de febrero las FARC-EP comunicaron
oficialmente que nunca se volvería a realizar retenciones de personas
con fines financieros.
Cada vez es mayor el número de personal militar y paramilitar
estadounidense o a su servicio que interviene en la guerra civil
colombiana, y los mandos militares se ufanan de usar infiltrados y
espías para propinarnos golpes severos, señala el texto.
Es evidente -añade el documento- que en casos como este, las FARC-EP
tiene pleno derecho a detener e investigar, trátese de un nacional o un
extranjero.
El caso de Langlois resulta ideal para develar el papel que desempeñan
los grandes medios de comunicación en el orden social impuesto por el
gran capital, que antes de informar y promover el pensamiento libre, la
gran prensa tergiversa la realidad para convertir en única verdad la
versión de sus patrocinadores, indica el texto.
Hace escasos dos años, los periodistas Hollman Morris, Leonardo Acevedo y
Camilo Raigoza fueron arbitrariamente detenidos por el Ejército en el
Caquetá, cuando de modo independiente cubrían la entrega de dos
prisioneros de guerra. Vestían de civil y hasta el presidente de la
República los acusó de propagandistas de las FARC-EP. La gran prensa se
mostró totalmente indiferente con ellos, puntualiza la nota.
Una vez libre, el periodista Langlois podrá terminar de cumplir con el
papel esperado por el gobierno de Colombia, sus fuerzas militares y los
grandes medios, expresa el texto.
De lo contrario, podrá permanecer fiel a su conciencia y referir la
verdad; si fuere este el caso, pudiera ser que los mismos que hoy exigen
su libertad inmediata se ensañen con él hasta destruirlo por completo,
concluye el comunicado.