Las encuestas de opinión y los sondeos que
hacen posibleconocerla opinión o intención de voto de los
electores al presente momento, permiten establecer que Danilo Medina será el
próximo Presidente de la República, pues el tiempo de proselitismo político es
ya prácticamente irreversible, no pueden sus contendores -en el tiempo de
campaña que resta-,cambiar dicha
percepción. <br><br>Sería un milagro con el que quedarían en descrédito casi todas las
firmas encuestadoras. De manera que es improbable que éstas estén buscando su
bancarrota como negocio y como medio científico de medir la intención del voto
ciudadano.
Ahora bien, ¿significan las encuestas que
deben los partidarios del denominado Bloque Progresista quedarse de brazos
cruzados a esperar la proclamación de Danilo como Presidente? Nos parece que
son muchas las obligaciones que tienen ahora bajo sus hombros los hombres de
Danilo y el propio Danilo, me explicó: El hecho de que la mayoría del pueblo se
decida por un determinado candidato no es razón para que los ungidos pretendan
colocarse por encima del pueblo. Al revés, esta debe ser una nueva razón para
ser, como Danilo, humildes y serviciales con el pueblo que tanto les ha dado,
incluso, le ha dado el poder. Pero poder para qué? Juan Bosch enseñó que los peledeísta
irían al poder a servir al pueblo, no a servirse. Danilo ha dicho que no
traicionará a su maestro, esperamos que se refiera cuando hace tal afirmación,
precisamente, a que cumplirá con las enseñanzas éticas de su mentor, y que,
trabaje para los olvidados de esta tierra, sin arrogancia, sin petulancia.
Esto debe quedar muy claro. Pues como bien
dice el adagio, los oportunistas medran donde quiera que huele a poder, pero
toca a los detentadores del poder, evadir el alago, la lisonja y los amigos de
ocasión odel puesto que buscan servirse
de su cercanía al líder para hacer bellaquerías.
Danilo Medina, ha dicho claramente, que una
de sus primeras decisiones, será incorporar a su gobierno, la valerosa masa
perredeísta que se inmole en las elecciones., Pues también son dominicanos y
dominicanas, que regularmente, le adversaron en las urnas para favorecer y
consolidar nuestra democracia pero que tienen iguales derechos a participar del
Estado y del bienestar a instaurar, que aquellos que han votado por Danilo.
Así, el Estado no debe ser un botín a repartir en función del proselitismo
político mostrado en campaña sino el producto del enfoque de los problemas
nacionales y la vocación de servicios para aportar soluciones a los mismos.
Si algo muestra el presente proceso
electoral, es que no ha habido un matiz clasista sino que se ha entendido que
todas y todos podemos aportar para el bienestar general, desde nuestras
posiciones ciudadanas. Es hora de desterrar el populismo. Es hora de desterrar
la mentira. Es hora de que los mejores dominicanos vayan al gobierno a dar su
saber, lo que implica que a los puestos públicos, han de ir aquellos y aquellas
que tengan una calificación para los mismos no aquellos que más bandereó hayan
realizado. El problema de la candidatura del señor Hipólito es precisamente su
falta de credibilidad pues a su paso por el poder, imperó el desorden y ningún
problema fue resuelto.
Pero una cosa ha quedad clara en la campaña
electoral, la clase media sigue siendo el sector mayoritario de la población y
ha tomado todos los partidos, uno y otro tienen presencia e incluso sirven a
una burguesía todavía tímida y al una oligarquía que siempre sabe lo que quiere
junto a un pueblo menesteroso que a falta de reales representantes, trata de
salvar el pellejo vendiendo su voto, tomando algo de gasolina, funditas, etc.,
para mitigar su pobreza sabedor de que luego de que haya concluido el
proselitismo político, no volverá a ver a los políticos.
Danilo ha pretendido mostrar la cara humana
de la política y ha hecho al país las mejores propuestas. De ahí que el voto de
la masa silente irá en masa a su caudal, Esperemos que honre su empeñada
palabra ante el pueblo.
Ahora ha llegado la hora de resolver problemas
ciudadanos enquistado por mucho tiempo en la desidia de nuestros gobernantes.
No se le pide al pueblo que vote por el desorden ni para colocar conmilitones
sino a quienes puedan aportar. Si no fuese así, se podría votar por cualquiera
otra de las candidaturas. Así, el reto de Danilo, consiste en hacer honor a la
oferta que hizo al electorado y a las enseñanzas del profesor Juan Bosch junto
a la distinción que en su honor ha hecho el pueblo al elegirlo. DLH-16-5-2012