Una de las lecturas que resultan del recién
finalizado certamen electoral, es la que apunta a determinar hacia dónde deberá
enfilar sus políticas públicas o decisiones, el gobierno que se instalará en el Palacio
Nacional a partir de 16 de agosto del cursante año 2012.
De entrada debemos
advertir que no podemos responder las dos preguntas que plantea nuestro
enunciado sin detenernos a analizar el cómo quedaron situadas las clases
sociales al término de dicho proceso electoral.
De modo que pasaremos a
explicar lo sucedido desde la perspectiva de la composición social dominicana
al momento de las elecciones nacionales de 2012. Tenemos que la clase obrera nacional carece de
representación política, sigue siendo un grupo minoritario sin representación
política efectiva, las zonas francas que eran su mayor empleador principalestán en crisis; el campesinado ha perdido
influencia aunque en el pasado determinó la política nacional.
De su lado, la
oligarquía, ha comenzado a entender que debe, para sobrevivir, en la era del
conocimiento y de la globalización, compartir su poder en lo económico y en lo
político con otros sectores. De manera que este sector se ha ampliado y, al
hacerlo, se ha modificado y reconfirmado. Sin embargo, aunque se ha creado
riqueza no se la ha distribuido sino que se ha concentrado.
De modo que el desarrollo político dominicano
acusa dos clases abiertamente luchando por el poder político siendo las
mencionadas -hasta ahora-, acompañantes
de segunda categoría de los reales contendores. Me explico, el país ha entrado
ya a un momento histórico en el cual la Pequeña Burguesía que tanto tiempo
ocupó en la vida intelectual de Juan Bosch, ha iniciado su lucha por convertirse en burguesía y disfrutar de
las mieles del poder, para la consecución detal propósito, se ha aliado a los grupos más conservadores del país y ha
asumido al PLD como su partido natural; mientras que, de su lado, la emergente
burguesía criolla, ha asumido al PRD como su partido natural. No es un invento,
el proceso electoral mostró claramente cómo el sector turismo estuvo volcado
hacía el PRD, quien le ha favorecido siempre con políticas monetaristas de devaluación
del peso dominicano; igual rol, asumió el mundo de las zonas francas, por
idénticas razones. De modo que la burguesía nacional sigue con su suerte atada
a la del capital internacional y a la de oligarquía criolla. Ese ha sido parte
de su problema como bien lo escribió Juan Bosch. Esa dependencia le ha impedido
crear una clase gobernante criolla. Es decir, ser una clase en sí y para sí
misma.
Por su lado, la pequeña burguesía con
aspiración de llegar a burgués con acumulación originaria proveniente de los
caudales del erario, se ha aliado a sectores conservadores que sin ser
burgueses, si poseen una posición nacionalista que llena el vacío que la
emergente burguesía no ha podido llenar por su alianza espuria con el capital
internacional.
El dilema del gobierno a instalarse el 16 de
agosto, es la de si decidirse por realizar un gobierno ético o por realizar un
gobierno de unidad nacional. Si asume lo segundo,si se tranza por un gobierno de unidad
nacional, significa que se estaría inclinando hacia el grupo que le adversa, es
decir hacia los sectores que representa el PRD. Lo cual sería comprensible pero
improcedente e irracional en función de que los resultados electorales dicen
que la nación sigue dividida en dos mitades, o lo que es lo mismo, que no
existe en el país una clase en capacidad de imponer sus puntos de vistas
clasistas a las demás.
En cambio, si Danilo Medina, como ha dicho a
la fecha, se decide por un gobierno ético, lo que significa volver a la esencia
o principios inmanente al peledeismo histórico y a la ética política de Juan
Bosch, entonces las cosas podrían ser diferentes, pues se tendría un gobierno
que impondría una disciplina de Estado, a la oligarquía y a la burguesía
emergente, al tiempo que complacería a Diógenes, no el griego, sino Céspedes,
el dominicano,quien al analizar el por
qué la pequeña burguesía nacional lleva más de 150 años pululando en la
sociedad dominicana sin convertirse en burguesía,señala
que eso ocurre, entre otras razones, porque nunca ha habido en el país un
gobierno que imponga una ética pública y privada a la nación. Claro, con la
excepción del gobierno de Trujillo, quien si imprimió un carácter ético desde
una perspectiva personal, por oposición a una perspectiva de nación.
Es conveniente precisar, que la ética a que
hacemos alusión, la entendemos aquí, en
el sentido de Emmanuel Kant, no para el ámbito de lo moral sino de lo público,
y significa que deben existir reglas no solo claras sino comunes para todos y
todas, lo cual daría al país seguridad jurídica suficiente como para aprovechar
la excelente situación geográfica que tiene, haciendo que venga al país
inversión extranjera no cualquiera, sino la compuesta por capitales lícitos
deseosa de encontrar un paraíso republicano ético donde invertir sus caudales.
Me explico, sería contrario a los intereses que Danilo representa, además de
poco ético que se inmiscuyera en los asuntos internos del PRD, aun sea a
solicitud de parte interesada. Entendemos que el artículo que en fecha viernes
25 de mayo ha publicado Eduardo Jorge Prats en el matutino Hoy, prueba que la
derrota del PRD, es un asunto interno que solo a esa parcela política concierne
resolver. Ahora que se está hablando de la necesidad de una ley de partidos
políticos, no es posible una incursión de esa naturaleza sin transgredir la
ética de que hablamos. Además, el Jefe del Centro de cómputos del PRD, publico
en el Diario Libre, un artículo que además ese diario lo sacó como noticia, en
el cual afirma que ya las ocho de la noche del día 20 de mayo, dicho centro
sabía que el PRD había perdido. Es decir, la inexistencia de ética impidió a
ese partido, reconocer que había perdido aun teniendo conocimiento de lo
contrario. Poco falto para que la irracionalidad se impusiese.
El PLD junto al Bloque Progresista debe
gobernar para desarrollar la nación y el PRD debe, por su parte, resolver su
problema de democracia interna sin interferencias externas. Una intromisión
bajo el nombre que fuere sería una traición que impediría a Danilo cumplir con
sus electores y con los principios ético que debe no solo preservar sino
aplicar. DLH-25-5-2012