El pasado martes en la noche, un individuo tocado de boina morada cruzó el parque Colón, en la zona colonial de Santo domingo, proclamando a voz en cuent “Viva Hipólito Mejía”. No creo que se contara entre el 46.95 por ciento que votó por el candidato del Partido Revolucionario Dominicano. Me parece que se trataba de un votante del candidato vencedor, Danilo Medina.
Una hora antes del pregón del bohemio en el parque, Mejía,candidato del PRD, vencido por las artimañas del gobierno, había pronunciado un discurso a la nación que actuó como relajante emocional para una parte de la población que esperaba que el líder perredeísta lanzase a sus seguidores a reclamar el triunfo que le arrebataron mediante abuso de poder.
Mejía bajó tensiones hasta al gobierno, que había acuartelado las fuerzas armadas y la Policía Nacional, en espera de incidentes callejeros. El expresidente hizo esto, no obstante denunciar que el proceso electoral estuvo viciadoy que para él era inaceptable el resultado, por una serie de irregularidades denunciadas.
Quien no respeta las normas del proceso es un usurpador. Danilo Medina, el candidato vencedor, recibirá un poder usurpado, aunque revestido de absoluta legalidad. Medina puede estar seguro de que no le será aplicado el señalamiento constitucional que reza: “Toda autoridad usurpada es ineficaz y sus actos son nulos”.
El fundamento de la democracia es la libertad de elegir. En las elecciones efectuadas el domingo 20 de mayo, el gobierno y el Partido de la Liberación Dominicanaprivaron de esa libertad a por lo menos trescientosmil ciudadanos. ¿Cómo se explica que en unas elecciones de tanto interés la abstención creciera hasta un 31 por ciento?
Sin duda que la coerción, mano militar incluida, y la compra de la cédula de identidad y electoral a cientos de ciudadanos, ante los ojos de de todo el mundo, restaron equidad y seriedad a los comicios. Sin hablar de los miles de millones que pesos que dispuso el gobierno para comprar voluntades y retorcer procedimientos.
Llega un momento en que los políticos que corrompen las instituciones para alcanzar sus objetivos, ignoran la crítica. Nada les importa. Loprimordial es posicionarse en el trono desde el cual se administran los recursos del erario. La democracia, sin embargo, siempre será una referencia válida y siempre merecerá el esfuerzo de preservarla.
Al licenciado Danilo Medina le entregarán un gobierno de dudosa legitimidad. Pero aún así, le han llovidocongratulaciones. Alphonse Karr–escritor francés- ha dich “En política, el vencedor es quien tiene la razón”. El vencedor sujeta al adversario, lo reduce y se crece ante los otros. Medina y el PLD han vencido. Difícil será para ellos convencer, que es cosa más compleja.