Westchester NY.- El área del
Alto Manhattan se conoce como el hogar más representativo de los
dominicanos de Nueva York. Y como se sabe, la ecología es una rama de la
biología que estudia el habitad de la especie, su administración, gestión y
relaciones.
Bien, lo que sigue es una suerte de
ejercicio ecológico de los momentos políticos que vive dicha área en la urbe,
con pinceladas a la manera en que uno de sus protagonistas ha desarrollado su
vida y accionar político dentro y fuera de su comunidad. Por su capacidad de vivir
y alimentarse de otras especies, por su argucia y maneras en el abordaje de la
política, el uso y mantenimiento del poder, aquí lo llamaremos depredador.
Antes de entrar en materia, conviene
saber en qué consiste la depredación. Y no es más que un tipo de interacción
bilógica en donde un individuo de la especie convertido, en depredador o
predador caza a otro, que sería su presa para subsistir… Dejaremos de lado el
hecho de que una misma especie depredadora también puede ser simultáneamente
depredador y presa.
Un depredador es
-después de este párrafo prometo no más recetarios, para que en esta fiesta
nadie se aburra-, ese protagonista- que en Washington Heights (para el
caso que nos ocupa), hace de las suyas, adquiere poder, lo usa a su manera, decide
a dedo a los elegidos, muerde la mano de quienes le dieron el alimento,
aprovecha presas en zonas de turbulencias, las devora, las engulle, se alimenta
y sigue andando.
Las complejidades del terreno no
siempre permiten reconocer a un depredador. En ocasiones es menester echar
manos de acertijos, movimiento de las aguas, condiciones del terreno y toda
circunstancia convulsiva que lo haga salir a la caza o a flote. En este caso,
la circunstancia es la lucha que se libra en las áreas de Harlem y Washington
Heights a raíz del recién creado distrito congresional, al cual aspira el
Senador estatal dominicano Adriano Espaillat, en franco desafío al Congresista
Charlies Rangel, quien busca la reelección por un nuevo término.
A estas alturas, el lector debe colegir
que nuestro depredador es el Senador Adriano Espaillat. Olvidé decir que un
depredador puede ser un animal político, pájaro, león o ballena…
Dable es tener en cuenta que Charles Rangel otorgó:
Más de 10 mil dólares a las campañas
del depredador Adriano Espaillat, además de efectuar otras generosas
contribuciones monetarias al Club Demócrata del Norte de Manhattan,
guarida del depredador y varios de sus pupilos, a quienes su condición de cachanchanes
de turno del legislador de mil vueltas no los libra de las
fauces de este ejemplar de la selva política en que va convirtiendo al
Washington Heights quisqueyano.
Rangel aseguró además, 1 millón de
dólares a la Casa Duarte, franquicias y fondos para solventar los programas de
violencia doméstica del Centro de Desarrollo de la Mujer Dominicana, cuya
directora ejecutiva ahora es aliada incondicional de nuestro señor de la jungla,
doña Rosita Romero, hoy convertida en la sombra del depredador, y que ante el
caso de Rangel, se ha olvidado muy convenientemente de su tan acentuada y
cacareada africania.
No es casual que nuestro
predador y Senador estatal, mediante acuerdos de aposentos, sentara en el
Concejo municipal neoyorquino al alcahuete e ineficaz de Ydanis Rodríguez,
justo en medio de la situación en la cual se vio envuelto el ex concejal Miguel
Martínez, a quien Rodríguez desafío sin éxito, ya que en su ocasión el
depredador era el mentor del ex concejal Martínez y en el invierno del 2000, se
le escuchaba rugir: ‘Ni Ydanis, ni Lizardo, no pasarán… el que va es
Martínez. Mientras jugaba al predestinado con el Colegio Dominicano de
Periodistas NY, Inc., sirviendo con la cuchara grande, las proclamas
-citations-, los televisores y computadoras para la prensa.
Sorprende y es temible la
coincidencia en cuanto a que logra empujar unas elecciones especiales para
sentar a otro compatriota, José Peralta como Asambleísta para el condado
de Queens, justo en el proceso de un asunto de violencia doméstica del que
antes ocupaba la curul, el puertorriqueño Hiram Monserrate, quien termina
abandonando la posición.
Y como esos misterios
selváticos, aJosé Peralta, el
Daily News le acaba de sacar todo un expediente de conflicto de intereses donde
se las ingenió para canalizar más de 500,000 dólares en dinero de los
contribuyentes para una organización no lucrativa de la cual nunca presentó los
registros de impuestos federales, sin empleados e inactiva durante
más de dos años. Peralta ayudó a organizar el Centro de Corona-Elmhurst para el
Desarrollo Económico después de unirse a la Legislatura.
Este año, él y sus asesores
políticos principales han seguido presionando a los legisladores estatales y
municipales para agenciarse subvenciones adicionales para el grupo inactivo,
hecho que fue del conocimiento del Daily News, medio que lo hizo público. Asimismo
el NY post se hizo eco de denuncias que involucraban al mismo Espaillat (cuando
era Asambleísta) en asuntos de programas, agencias y personas vinculadas cuando
no familiarmente a él, a través de su guarida, (el club demócrata del Norte de
Manhatta), dejando al descubierto salarios excesivamente altos para ejecutivas
y empleadas de organizaciones bajo la sombrilla del ahora senador estatal.
La nota del Post, bajo la firma del periodista
David Seifman, (18 de julio 2010) puso en evidencia el desbalance en la distribución
de los recursos donde los
registros mostraban que la agencia Northern Manhattan Coalition for Economic Development,
era la más beneficiada de los contratos del entonces asambleísta,
hoy senador estatal y para fines de este artículo predador político de Washington Heights.
Respecto al ex aspirante a concejal
por el distrito 10el activista
comunitario Roberto Lizardo , el señor de la selva le reconocía como un “hijo político”,
a quien no tardó en desheredar hasta relegarlo al anonimato en una especie de “exilio”
en Miami.
Haciendo uso de la Ley de la Selva,
nuestro depredador cuando le conviene destaca la raza, aboga por la unidad de
la especie en el Alto Manhattan, con la cedula en ristre y sonando la güira
justo ahora para enfrentar a Charles Rangel, para dividir dos laboriosas
comunidades, la negra y la dominicana, pero no recordó esa dominicanidad cuando
escindió el voto y le dio la espalda a Julio Hernández, postulante a la
asamblea frente a John Brian Murtaugh , a quien luego desafío y le ganó en el
1996.
Nuestro predador tiene la habilidad
de transformarse en tigre con varias
rayas, (diseño de camisa que le encanta) ingeniándoselas para tener cerca a figuras destacadas dentro
de las pretendidas izquierdas dominicanas, las cuales al entrar en contacto con
el depredador claudican… Así que no es
casual que en las jornadas, cacerías e inauguración del señor depredador, una representación
de “ejecutivos” del “maoísmo” dominicano, asistan en trulla..
El depredador político del Alto
Manhattan tampoco apoyó a Ariel Ferreira, un joven maestro, quien entonces se
convirtió en el primer dominicano en aspirar a dirigir la curul congresional
ocupada por Charles Rangel.
He sostenido con anterioridad, y lo
repito, que ser dominicanos no nos hace mejores ni peores, simplemente nos
coloca en el terreno de la batalla política, pero jamás deberíamos ser el
centro de los estallidos, mas si a quien se pretende afectar con tácticas y
estrategias de mala índole es a un líder de la estatura de Charles Rangel. Honor
a quien honor merece.
Al senador estatal de marras le
falla la memoria para situarse con honestidad frente a ese saque de
bandera y cédula dominicanas, pues ni apoyó a la periodista Angélica Aquino, ex
editora metropolitana del diario La prensa, ni más recientemente a
Yudelka Tapia, Nelson Castro, a Carlos Sierra, Miosotis Muñoz, Gabriela Rosa,
esta última, la misma que hoy por hoy vocifera y tilda de traidor al primer
dominicano electo a un cargo legislativo, el doctor Guillermo Linares, quien
valientemente ha extendido su apoyo calificado a Charles Rangel en esta
contienda.
Para unas cosas nuestro depredador compulsivo
es dominicano y para otras no. Y es tan terrible este señor de la selva, que
hasta aquellos a quienes él utilizó en sus aspiraciones, traicionó o dio la
espalda, ahora se suman a su nueva cacería, ya con el silencio, la extorsión o
con la aceptación y el aplauso a sus aspiraciones como séquito de seguidores
incondicionales y de oportunidad, como esos animales débiles que buscan,
tal cual la hiena, frente al tigre que estos tumben a sus presas para ellos
alimentarse de los despojos…
Si por uno de esos azares de la política
partidista en nuestro medio este depredador se cuela en el Congreso federal,
todas las represalias se pueden esperar.Pero no hay que temer a estos bravucones de colmillos al aire. A lo
mejor, creyéndose señor de la selva, este depredador hasta podría caer en su
propia trampa.
Mientras el hacha va y viene, y
pasan las caravanas, los “campañismos”, nos ocupamos ahora de las próximas entregas:
Una oportuna reseña de los aportes y significativas contribuciones políticas de
nuestro Asambleísta el doctor Guillermo Linares, y otra, tocando el desparpajo de
nuestro inepto e ineficaz, concejal del Distrito Diez, el inefable Ydanis Rodríguez.
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