La
educación del siglo XXI, es una enseñanza que se ha caracterizado por la
integración de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación
(NTIC) y de esto se ha estado hablando hace más de una década al
punto de ya no parecer algo tan nuevo.
Con
la aparición en el mercado de aplicaciones, tanto libres como de pago,
que permiten crear entornos de enseñanza verdaderamente interactivos,
haciendo innecesaria la presencia física de un profesor , sino
ocasional y de manera remota, se permite a los
estudiantes interactuar con un conjunto de herramientas informáticas que
facilitan su aprendizaje de manera significativa y participativa.
Si
bien los que creemos que la educación en línea ahorra significativamente costos
a todos los niveles, ofreciendo programas adaptados a cada
estudiante y dar una mayor opción en materia educativa, es de igual forma un
hecho de que en algunos países se discute sobre las
consecuencias que presentan los estudiantes matriculados con
modelos totalmente virtuales, quienes según algunos estudiosos del tema
tienen un rendimiento significativamente inferior en las pruebas estandarizadas
y menor progreso en cada uno de los ciclos, frente a sus pares. Esto
preocupa bastante, ya que los alumnos que toman docencia totalmente
en línea pierden de alguna manera las formas de relacionarse con los
demás o la posibilidad de participar en discusiones en grupo de
manera face to face.
Esto
es un hecho y no se ve en el futuro, ya esta en el presente, una modalidad
prometedora, dicen muchos, otros todavía se sienten pesimistas sobre esta forma
de educar, pero si es una realidad que en este país ya casi la
totalidad de universidades y entidades de educación superior, están combinando
la forma de estudio tradicional de impartir docencia con la interacción en
línea y muchas veces al margen de lo que contempla el reglamento de
Instituciones y programas de educación superior a distancia aprobado
por el Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología (MEScyT),
totalmente virtual.
Podemos tomar en
cuenta que este modelo ya ha tenido muchos casos de éxito en universidades de
gran prestigio en el mundo, gracias a las inversiones realizadas para su éxito,
también es necesario estar consientes el nivel adecuado para
la formación de una educación totalmente virtual y sobre todo remota,
pues el saber conceptual (saber saber), el
saber procedimental (saber hacer), el saber actitudinal (saber ser), el saber
socialmente compartido (saber con el otro), es lo que seguramente nos
conduciría a lograr jóvenes creativos, innovadores y emprendedores,
asunto que se antoja por demás difícil con el sistema educativo nacional que
tenemos actualmente.
Es por ello que estaríamos construyendo prospectivamente
escenarios deseables, escenarios que no vemos tan lejanos, que ya se encuentran
ante nosotros, como son: una alta competitividad, la omnipresente
globalización, un urgente desarrollo sustentable, la necesaria
formación, la valoración de una inminente aparición de escenarios
alternativos, así como una vertiginosa presencia de nuevas y sorprendente
tecnologías.
Sin lugar a duda
la enseñanza en línea permite ahorro de recursos, sobre todo con lo
encarecida que se ha vuelto la educación en este pedacito de
tierra, pero el hecho de querer acelerar este proceso,
sin estar preparados académicamente y contar con las
herramientas tecnológicas necesaria para que sea un éxito, es sin
lugar a dudas un posible fracaso que llevará a la frustración
de todos los involucrados en este proceso.