<span style="font-weight: bold;">VENTANA: El tránsito vehicular anda manga por hombros. Aquí se ha perdido hasta
el derecho del peatón a circular libremente por las aceras</span>
Sin temor a que nos tilden de
incurrir en exageración, cada segundo que transcurre, miles de conductores en
República Dominicana violan las leyes de tránsito, muy especialmente en el Gran
Santo Domingo. Eso indica que son permanentes y prácticamente ininterrumpidas las
infracciones en que incurren los conductores en este país.
Las más proclives violaciones
a la Ley de tránsito son el cruzarse la luz roja de los semáforos, estacionarse
en un área no permitida, señal de ‘pare’, doblar en U donde no se permite, recoger
o dejar pasajeros en lugares no autorizados para ello, circular en vía
contraria, exceso de velocidad en áreas restringidas para ello, camiones y
motocicletas transitando por encima de los elevados y por pasos a desnivel.
Todo eso pasa día tras día
mientras la burocracia estatal del país mantiene distintas instituciones dizque
vinculadas a la organización y manejo del tránsito vehicular a nivel nacional.
Está dentro de lo posible que
la capital dominicana, incluido el Gran Santo Domingo, esté dentro de las
ciudades del mundo donde conducir sea una gran calamidad, y donde se comete la mayor
cantidad de violaciones a las leyes de tránsito.
Nunca será exagerado decir
que en cada cambio de luz de un semáforo, en horas del día y de la noche, al
menos se incurre en una violación de la luz roja.
Como “acto criminal” ha
calificado el director de la Autoridad Metropolitana del Transporte (Amet) el
que un conductor tenga que desesperarse y cruzar una intersección cuando el
semáforo está en rojo. Y este funcionario ha pedido legislar para que la Ley
sea más severa con esos infractores. Pero tienen razón juristas cuando
plantean, en respuesta a la inquietud del general José Aníbal Sanz Jiminián,
que la ley vigente en la materia es de tipo penal, que lo que se necesita es
aplicarla en toda su rigurosidad.
Y así pasa con infinidad de
leyes en este país, que por falta de aplicación se convierten en letra muerta.
Es necesario un accionar de las autoridades competentes. Solo así podremos
decir que la ley de la selva no seguirá imponiéndose.
La Amet dio a conocer que en
los últimos 14 días (contando hasta el pasado lunes) habían sido multados
10,809 conductores. ¡Solo por violar la luz roja!
Pero por supuesto que todos aquellos
conductores y choferes que “se fueron en rojo” no los agarraron in fraganti en
esa acción, y que esos sumaron mucho más de ahí.
Y aunque no lo ha dicho la
Amet, ni lo va a decir, entre los sorprendidos violando la luz roja de los
semáforos hay funcionarios, militares y policías de alto y bajo rango, hijos de
potentados, esposas y/o “queridas” de funcionarios y oficiales militares, choferes
sindicalizados, empresarios, etc. etc, a los que por nada del mundo se les va a
poner una multa por infracción.
Los operativos de Amet para
atrapar a conductores que cometen faltas no pueden circunscribirse a días
específicos tomados al azar. No hay dudas de que deben constituirse en algo
cotidiano, sin importar las rechiflas y protestas que ello provoque. Claro
está, evitando los excesos.
Los motociclistas, en su
inmensa mayoría, son los principales infractores de las leyes de tránsito y de
los derechos de los peatones. No respetan las señales de los semáforos, pero
mucho menos el sagrado derecho de las personas a caminar con libertad por las
aceras de calles y avenidas. y cruzar intersecciones. Y con los parqueos y los
abusos de conductores, eso será tema para otra ocasión.