La maestra Ivelisse Prats Ramírez de Pérez, fundadora de la escuela política del PRD, produce efectos seductores en sus artículos sobre las nuevas rutas políticas e ideológicas que debe recorrer el partido de la esperanza nacional, si desea empoderarse del espacio político nacional y cambiar las realidades objetivas, que durante los últimos ocho años han golpeado de manera brutal las aspiraciones colectivas de sus simpatizantes, militantes y dirigentes.
El poeta y político, Tony Raful, cantor de hermosos versos en la que la patria alcanza niveles místicos y el viejo militante en su poltrona, es asaltado por los nuevos tiempos, el no ha cambiado su reloj, sigue análogo, todavía creyendo en la revolución y las ideas como fuerza motriz para el cambio de la sociedad.
En el articulo lo que une al PRD, es un tránsito lleno de encantos sublimes y episodios épicos, que nos remonta desde las raíces primigenias del PRD, concatenándolas con los momentos más estelares de su historia como partido, dándonos la impresión de tomar una garrocha y saltar los pantanos fangosos miserables que imposibilitaron la victoria del pueblo dominicano, que tomó al PRD como partido para realizar el cambio, la obligatoria transición que necesitaba la sociedad dominicana. Es mejor no ver el valladar que impidió la victoria del partido, para no abrir más herida en el cuerpo del PRD, que es un guerrero cansado hasta el hastío.
Comprendo los esfuerzos de mediación y los buenos oficios que están interponiendo personalidades partidarias y extrapartidarias para que se produzca un advenimiento entre las partes en conflicto. Es loable el esfuerzo por preservar al Partido Revolucionario Dominicano como institución política que es la más añeja solera, dentro del concierto de instituciones políticas dominicanas. Estamos conscientes y decidió a salvar al PRD.
Es terrible pasar la página como si nada hubiese pasado. ¿Esto sería un crimen mayor contra la institución y la política partidista en República Dominicana?
La suerte de más de dos millones de dominicanos que aspirábamos a un cambio, estaban sobre los hombros del PRD, sus organismos y el candidato presidencial como depositarios del anhelo de cambio, para enrumbar la sociedad dominicana por nuevos senderos, que nos garantizará por lo menos seguridad ciudadana, control de la violencia, frenar la corrupción y establecer un gobierno del Siglo XXl, un gobierno de políticas verdes y que el epicentro del desarrollo fuesen el hombre y la mujer dominicana.
Los partidos políticos son instituciones donde los liderazgos no son por decretos, tienen que ser aceptados por las masas, ahora los cargos pueden ser ocupados circunstancialmente por cualquier militante o dirigente político del partido, siempre y cuando no sea parte del problema, si de la solución.
El Tribunal Electoral Constitucional, TSE, es cierto que tiene todas las calidades legales para conocer los conflicto políticos de la partidos, las mismas que tenían los tribunales hecho cuando la tiranía, que no juzgaban a la luz de la justicia, sino de la conveniencia del régimen, por lo tanto para los miembros del partido, esa decisión es como el bautizo de muñeca, cuya única aspiración es dividir, no unir al PRD. Lo que procedía era llamar a la conciliación de las partes.
Cuantos daños les han infligido al sistema de partidos en la República Dominicana, el uso del poder salvaje de la mayoría congresual para constituir todas las instituciones que deben ser para salvaguardar la democracia y los derechos ciudadanos.
Permítanme citar a Yulek Petrovik, catedrático de filosofía, oriundo de Cracovia, estábamos en Hamburgo, Alemania, en el mismo lugar donde vivió el Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte Diez, y jóvenes dominicanos leían cada uno un pensamiento del patrici “La política no es una especulación; es la ciencia más pura y más digna después de la Filosofía, de ocupar las inteligencias nobles.”, y el profesor comentó: “Debiera ser así, si los hacedores de la política en ciertos pueblos no fueran seres pecaminosos, para los cuales la política no es una ciencia, un apostolado, un ideal, sino un negocio vulgar, común y corriente”.
En política se hace lo que conviene, dejemos los sentimientos de indignación y busquemos los puntos de aproximación, los que nos negó la justicia, conciliemos los intereses, que sean las bases del partido que un una próxima convención elijan sus dirigentes.
La única solución posible al conflicto del PRD, es una convención organizada con un padrón constituido por perredeistas, que las partes dejen la dirección del partido en mano de una comisión organizadora y el compromiso solemne de respetar los resultados. Asirnos las manos y unirnos como perredeistas. Dejar atrás el pasado y trabajar por el presente y futuro del pueblo dominicano.
El PRD es la principal fuerza política del país, es el partido más votado en las últimas elecciones.
Marchemos venerable maestra e insigne poeta, que esa es la hoja de ruta critica, que debemos recorrer unidos, tomados de las manos y con nuestros sentimientos en lo más alto de la conciencia socialdemócrata.
¡Compañeros es hora de reflexión, prudencia y unidad!
El autor es Miembro del CEN del PRD, Subsecretario de Asuntos Internacionales y Presidente Fundador del PRD de la Seccional de Madrid, España. Ex Secretario General del PRD en San Francisco de Macorís.