<span style="font-weight: bold;">2 DE JULIO 2012.- El Presidente Electo de
República Dominicana, Danilo Medina, no quiere que le cojan las señales de sus
reacciones ante los acontecimientos de la transición, ni adelantos de sus
posibles acciones para una vez asuma el gobierno el 16 de agosto venidero.</span>
De ahí su silencio y
escasos contactos con los periodistas. Su mutismo obedece a una realidad bien
conocida por él. Cuando se habla mucho, más si es para medios de comunicación, no
solo podrían adelantarse temas reservados para cuando ya se tenga en manos el
Gobierno, sino, que las olas mediáticas podrían activar otros asuntos.
Pero Medina, ha sabido
Diario DigitalRD.Com, no solo se cuida de su exposición pública, sino que es
celoso con su entorno. Por eso, se nos ha dicho, cuando una vez certificado
como Presidente Electo le fuera enviada una escolta oficial, Medina la devolvió
con el argumento de que disponía de la propia. A quien menos desea soltar
señales es a sus compañeros que controlan el gobierno, pues conoce bien su
vocación de poder.
Quien asumirá la
presidencia de República Dominicana el 16 de agosto del 2012, mide cada palabra
ante sus compañeros cercanos, dijo la fuente a este diario, más ante aquellos
que quisieran tener que contar para sentirse como el poder de la información a
manos.
Una prueba de la discrecionalidad
con que se ha estado manejando es que cuando
se enteró de que se pretendía colar un contrato millonarios en el Presupuesto
Complementario. Medina no habló ni trató el tema directamente con sus
allegados, sencillamente habría expresado su preocupación a quien tenía que ver
directamente con el tema. El restó ocurrió, los legisladores peledeistas, sin
alborotarse ni entrar en cuestionamiento público al Poder Ejecutivo, hicieron
saber que el contrato no iba.
Medina, se ha dicho, está
comprometido con un gobierno diferente al actual, pero no desea confrontaciones
en la transición, menos con la gente del presidente Leonel Fernández, con quien
tampoco desearía tenerlas después de asumir el cargo.
El futuro presidente ha
estado recibiendo informes de la situación de las dependencias del Gobierno, conoce
al dedillo los movimientos del Gobierno, pero no es su plan meterse en el
medio, lo que opina de cada acción será un asunto para después del 16 de
agosto, no para este periodo.