SAN JUAN DE LA MAGUANA. Desde siempre,esta ciudad me ha proyectado una positiva impresión,. sobre todo por el valioso filón que le aporta la influencia aborigen, expresada sobre todo en su Corral de los Indios (un lugar que debía ser descubierto y valorado por miles de dominicanos y extranjeros que no tienen idea de su significación,), su hospitalidad, sus atractivos gastronómicos, que incluyen platos locales que son una referencia como en Chenchén y el Chacá, y por el conjunto bien logrado de plazas y monumentos que exhibe al visitante desde que se llega a esta comunidad.
Esta ciudad tiene el mayor número de obras de homenaje que tiene una ciudad dominicana (en relación a su población, 80 mil habitantes) y su tamaño, 1,726 kilómetros cuadrados.
Al llegar, desde el autobús en que viaja, sorprende la vista de una una cabeza dorada y enorme, bien lograda plásticamente hablando, impresiona al pasajero que llega; mas adelante un busto de Francisco Alberto Caamaño, de frente, el Arco del Triunfo (construido en tiempos de Trujillo, en el marco de su política de marcar los espacios públicos con hitos referentes y tomados prestados a la rancia Europa de otros tiempos.
El más significativo, sin dudas, es el erigido en el lugar de asesinato, en la avenida José Contreras, a cargo de un comité de homenaje, del que fuera coordinador Narciso Isa Conde.
Este monumento incluye un museo con guías que explican la vida de Orlando, nacido en el municipio cercado de Las Matas de Farfán, incluyendo la maquinilla de escribir suya, donada por la familia:
Un poco más hacia el sur, la más reciente de todas las plazas, esa que hace justicia al Monseñor Tomás F. Reilly, el obispo que enfrentó a Trujillo y que impulsó acciones de otros prelados para que se saliera de esa dictadura, postura que le costó ataques personales a la casa curial, a la parroquia de San Juan, injurias por Radio Caribe y desconsideraciones desde el Foro Público que publicaba diariamente el periódico El Caribe, entonces al servicio y propiedad de la tiranía.
A la entrada de San Juan se abre al público, al lado de la Plaza de los Desorientados, la nueva estatua del Caonabo Liberado, cuya representación, original de Hanoi Sánchez, arquitecta y alcaldesa actual, generó polémicas ya que el cacique murió con los grilletes puestos y nunca se pudo librar de ellos una vez prisionero, pero la artista se negó a concebirlo para la eternidad esclavizado y lo representa libre.
La Plaza Monseñor Reilly se encuentra frente a la ciudad, y se proyecta desde su lado sur. Es imponente y permite el acceso hasta la estructura principal, por medio de escaleras que facilitan llegar hasta la estatua.
San Juan de la Maguana es un destino que debe ser descubierto en detalle por el público local e internacional.