Santo Domingo.- La República Dominicana es un país con muchos problemas (sociales, políticos, económicos, ambientales y morales) pero también de enormes oportunidades para su desarrollo.
Las problemas se arrastran desde la Colonia, en una sucesión de acontecimientos que tienen mucho que ver con nuestra cultura, caracterizada por la apatía y la falta de iniciativas, pero también por la estrecha visión de futuro de casi todos nuestros gobernantes. Los partidos políticos, con su demagogia y clientelismo, se han convertido en una retranca para el desarrollo, pues en sentido general sus principales líderes primero piensan en sí mismos antes que en la Nación.
Hoy día, los dominicanos afrontamos serias dificultades en la educación, la salud, la vivienda, la seguridad social, el narcotráfico nacional e internacional, el mantenimiento de la paz, amenazado por la delincuencia común y la de cuello blanco; pero además estamos acogotados por una creciente deuda externa que parece eterna, la corrupción a todos los niveles y por un pobre desarrollo industrial y agropecuario que nos obliga a importar bienes e incluso servicios que podrían generarse en el país.
El desplazamiento masivo de ciudadanos de la vecina Nación de la República de Haití, tanto por motivos económicos como por desastres naturales, no solamente significa una pesada carga para nuestro Presupuesto Nacional, puesesos inmigrantes demandan alimentos, viviendas, servicios de salud, deelectricidad y derechos laborales, generalmente violados, lo que nos coloca en la larga lista de países que no respetan los Derechos Humanos.
Solo basta decir que la inversión en atenciones a pacientes haitianos podría superar este año los RD$1,000 millones debido al impacto que tuvo en la población de Haití el terremoto del 12 de enero de 2010, según datos del Ministerio de Salud Pública de la República Dominicana.
El desplazamiento de haitianos desde Puerto Príncipe hacia zonas en el Norte y en el Sur del territorio haitiano, donde no existen buenos centros asistenciales, ha provocado un significativo incremento de los pacientes que vienen a hospitales de la República Dominicana en procura de servicios sanitarios. La capacidad de los hospitales dominicanos ha quedado desbordada por los inmigrantes haitianos, que consumen rápidamente el presupuesto asignado a cada hospital.
Hospitales como el traumatológico Darío Contreras y las maternidades San Lorenzo de Los Mina y la Altagracia se han visto abarrotados de pacientes haitianos, recibiendo la misma atención que los dominicanos.
Los directores de estos centros dicen que por razones humanitarias atienden a los inmigrantes que vienen a recibir el servicio directamente desde Haití, además de los que viven aquí, pero que esto les está consumiendo su presupuesto y afecta el servicio a los dominicanos.
Una de las cifras más altas se registra en la maternidad San Lorenzo de Los Mina, donde, según un levantamiento hecho por su director, Gregorio Rivas(1) el 35% de las mujeres que van a alumbrar son haitianas.
“No solo constituyen el 35%, sino que representan el 80 % de los pacientes complicados con alta morbilidad: estamos hablando de madre con anemiasevera, convulsiones, infecciones severas, niños desnutridos, Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), una de la morbilidades más importantes”, dijo Rivas.
Como los pacientes haitianos son los que tienen “la mayor morbilidad” o son los más delicados, es donde más se consume parte del presupuesto asignado al hospital. “Tenemos el caso de una madre haitiana a la que tuvimos que comprarle 25 mil pesos en plaqueta por una enfermedad del embarazo.
La mayor parte de la sangre que se consume en el hospital se gasta en los haitianos, que tampoco pueden ser donantes por problemas de seropositividad”, expresó Rivas.
En La Altagracia, según su director, Juan Cid Troncoso, de cada 100 parturientas atendidas, 26 son haitianas y en una sala de 20 camas, 9 y 10 están ocupadas por haitianas. Indicó que se da el caso de que se gastan 250 mil y 300 mil pesos en un solo paciente haitiano.
En lo que va de año, citó, ha habido mil 150 consultas, mil 67 pacientes en emergencia, 266 legrados por abortos y han nacido mil 817 niños, para untotal de 4 mil 800 pacientes. En el Darío Contreras, un 14% de los pacientes atendidos en consulta médica son haitianos, así como 3% de las emergencias.
Hay que consignar que gran parte de esas parturientas, con sus hijos, se queda en el país, lo que supone serios problemas para las autoridades de Migración, pues dichos niños no pueden ser considerados dominicanos, según la Constitución, por ser hijos de ilegales. Pero aún más, tampoco pueden conseguir papeles de identidad que les permita estudiar cuando les llega el momento de hacerlo, pues son rechazados en las escuelas por ese motivo,incluso a dominico-haitianos que cursan o pretenden cursar estudios universitarios.
La situación de esas parturientas, como también las de otros emigrantes haitianos que buscan oportunidades económicas para subsistir en la República Dominicana, podría variar significativamente si se aplican los acuerdos tomados en la Cumbre sobre el Futuro de Haití, celebrada durante tres días en Punta Cana, con la participación de la comunidad internacional, incluida la representación de organismos económicos, que se comprometieron a gestionar 10,200 millones de dólares para reconstruir a Haití.
Como se sabe, el sismo del 12 de enero de 2010, ocasionó más de 300.000 muertos, dejó miles de heridos y destruyó la mayor parte de la infraestructura de la vecina Nación. Este problema se agravó luego con el surgimiento de una epidemia de cólera que mató más de 7.000 personas, principalmente causada por la ingestión de aguas contaminadas en un país que prácticamente carece de instalaciones sanitarias.
El terremoto no solamente dañó escuelas, hospitales, edificios públicos y viviendas, sino que además un 17% de la fuerza laboral federal sucumbió ante la tragedia. (2)
SANTO DOMINGO, República Dominicana, 22 de julio 2012.-La reconstrucción de Haití brinda oportunidades insospechadas a los capitalistas de la República Dominicana y de otros países. En Haití se requiere de la construcción de miles de escuelas, hospitales, carreteras, plantas para generar electricidad, infraestructuras turísticas, y empresas que fomenten el empleo a través de firmas industriales y agrícolas.
La rehabilitación de la Presa de Peligre, que generaría electricidad y proporcionaría agua para riego y consumo humano, es otra obra que según unproyecto sería compartida con la República Dominicana, aparte de la posibilidad de instalar cientos de molinos de viento para generar energía a todo lo largo de la frontera de 385 kilómetros.En ambos casos, serían una fuente notable de generación de empleos.
La Presa de Peligre está sobre el río Artibonite y fue construida entre 1956y1957. El proyecto fue diseñado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos y financiado por el Banco Export-Import (EXIMBANK) de los Estados Unidos.Tiene una capacidad nominal de 54 megavatios, pero que solamente está aportando entre 15 y 30 megavatios en la actualidad.
En la medida en que Haití se desarrolle, la República Dominicana tendría mucho menos presión generada por la migración ilegal. Hoy día, se calcula que en el país reside más de un millón de haitianos, cifra que podría ser mayor, aunque esto no se ha determinado con claridad porque nunca se harealizado un censo para cuantificar exactamente cuántos ciudadanos del vecinohecho unpaís residen en nuestro territorio.
<b>Bibliografia:</b>
<b>(1) Desde Santiago, portal en la Red de Internet.</b>
<b>(2) Wlliam (Bill) Clinton, ex presidente de los Estados Unidos, en la Cumbre Mundial sobre el Futuro de Haití, celebrada en Punta Cana, República Dominicana, 2 de junio de 2010.</b>