<b>Cuatro
retos deberá enfrentar el presidente Danilo Medina cuando asuma el control del
Estad la criminalidad, el narcotráfico,el desempleo y la crisis eléctrica.</b>
El
país está repleto de delincuentes de distintas categorías: asesinos,
asaltantes, ladrones de vehículos, violadores sexuales, clonadores de tarjetas
de bancos, falsificadores, etc.
De
estas tipologías delictuales, los
asesinos son los que llaman más la atención de la gente. Los atracadores son
homicidas en potencia (yo diría circunstanciales) porque además de despojar a
los ciudadanos de sus prendas, muchas veces los matan para no dejar evidencias.
Esa característica los sitúa como delincuentes muy peligrosos, queatracan endrogados en busca de dinero para
comprar ropas, bebidas y otros lujos.
Los
elementos constitutivos del delito por asesinado son premeditación, acechanza y
alevosía. Son personajes acostumbrados a esas faenas, lo planean todo hasta el mínimo
detalle. Un homicidio puede darse de manera repentina, sin planificación. Por
eso se habla de homicidio voluntario e involuntario. Todo dependerá del momento
en que se produzcan los hechos y de las causas.
En
cuanto al narcotráfico, los organismos antinarcóticos han logrado frustrar
numerosas operaciones de las redes que trasiegan sustancias prohibidas hacia
diferentes destinos internacionales, tomando a República Dominicana como
puente.
Hasta
ahora, los mayores logros de las autoridades se han dado contra segmentos de
esas redes que cada día se la ingenian para transportar droga al exterior
utilizando lasfamosas “mulas”. Es una
tarea difícil porque en este funesto negocio operan personas ligadas a los
estamentos del Estado, del empresariado, en complicidad con hombres de
uniformes afiliados a las instituciones castrenses, de algunos profesionales
ligados al Poder Judicial, y nadie se atreve a enfrentarlos.
Estados
Unidos lleva muchos años tratando de erradicar esta práctica y no ha podido por
lo que ha pedido el concurso de los países donde producen la droga actuar con
drasticidad para impedir el trasiego de ese veneno altamente remunerado a su
territorio. Hasta tecnologías han suministrado.
El
narcotráfico se ha convertido en una epidemia mundial del cual se benefician
muchas personas sobre todo con el lavado de activos por medio del testaferrato,
de manera que al presidente Danilo Medina no le resultará fácil extinguir esta
plaga, pues los intereses que hay de por medio, se lo impedirán.
El
tercer reto es el desempleo. Medina, entre sus primeras medidas, tendrá que
crear fuentes de trabajo para incorporar a las tareas productivas de miles de
dominicanos, especialmente jóvenes.
Se
alega que numerosos jóvenes están atracando y cometiendo otros delitos por falta
de oportunidades. Eso podría tener algo de cierto, pero no es la verdad
absoluta. Es un indicador social que habrá de analizarse sin apasionamiento
político porque hay personas que nacen torcidas y jamás pueden enderezarse. Es
un mal congénito de múltiples variables.
Sí
creo quehay que fijar la atención en
los profesionales recién egresados de las universidades que no tienen empleo.
Son personas que al no encontrar oportunidades para el sustento personal y
familiar, se dedican a ejercer otras actividades laborales, ajenas a su
vocación. Conozco de muchos de ellos que emigraron al exterior en busca de
mejor vida y no se atreven a regresar por falta de recursos económicos, no
tienen ni para comprar el boleto de avión de regreso.
Por
último, debe hacer todo lo posible para acabar con el caos de los apagones. El
problema eléctrico, más que una crisis, es un gran negocio del que se
benefician sectores económicos y políticos. Eso lo sabe todo el mundo. Son
intereses económicos fuertes involucrados en este servicio.
Nos
alegra que Danilo Medina haya realizado gestiones en ese sentido en los viajes
que hizo al exterior a los pocos días de ganar las elecciones del 20 de mayo.
Creo que él tiene, además de una incuestionable capacidad, buenas intenciones
de sanear al país de los males que aún persisten.
Mis
esperanzas están en que los malos dominicanos esta vez piensen en la República
Dominicana, y lo dejen gobernar. La cultura del desorden y la actitud de
oponerse a todo lo que huela a progreso, debe quedar en el pasado.