<b>En
una alocución al país a través de una red de radio y televisión Mejía se
dirigió al Presidente Electo Danilo Medina, en los siguientes términos ¨tenemos
un compromiso con el país, por lo que siempre estaremos dispuestos a ofrecerle
nuestro concurso en aquellas acciones dirigidas a beneficiar a las grandes
mayorías.</b>
SANTO DOMINGO.-El
Presidente Hipólito Mejía reclamó una concertación basada en el respeto a la
vida interna de las organizaciones y un compromiso a partir de una agenda que
contemple la solución de los principales problemas de la nación.
Medina asumirá la presidencia de la República el jueves 16 de agosto de manos de su compañero de partido Leonel Fernández., luego que el pasado 20 de mayo venciera al propio Mejía, candidato del Partido Revolucionario Dominicano, en primera vuelta.<br>
En
una alocución al país a través de una red de radio y televisión Mejía se
dirigió al Presidente Electo Danilo Medina, en los siguientes términos ¨tenemos
un compromiso con el país, por lo que siempre estaremos dispuestos a ofrecerle
nuestro concurso en aquellas acciones dirigidas a beneficiar a las grandes
mayorías.
Enfatizó
“Quiero expresarle con toda claridad al presidente Danilo Medina que la actitud
que asumiremos frente a su gobierno, dependerá más que de las palabras, de los
hechos de su gestión¨.
DICE FUE POBRE GESTIÓN DE FERNANDEZ<br>
En
su discurso donde criticó la pobre
gestión del Presidente Leonel Fernández, Mejíaseñaló la quiebra del sector agropecuario, el aumento desmesurado de las
importaciones yel enriquecimiento de
personeros del gobierno en la concesión de permisos de importación de
alimentos.
Además,la falta de respaldo a la educación, el
aumento de la pobreza extrema en el país, el dominio del Congreso ylos tribunales superiores, lo cual representa
un peligro para la democracia y el respeto a los derechos humanos.
Afirmó
que el gobierno que termina deja a nuestra sociedad sumida en un profundo
deterioro económico, moral e institucional, producto del ejercicio
irresponsable del presidente Leonel Fernández y de la complicidad con que
permitió que la corrupción infectara todos los niveles de su gobierno.
“Nunca
antes en la vida democrática de nuestra nación, un gobierno había sido tan
descarado en el uso de los recursos públicos, para el beneficio particular de
funcionarios y dirigentes del partido gobernante” dijo.
Reiteró
su compromisode trabajar junto al
pueblo para hacer realidad sus aspiracionespor mejores condiciones de vida y por el rescate y fortalecimiento de
las instituciones democráticas de la nación.
<b>A continuación se copia el texto
completo del discurso del Presidente Mejía:</b>
Pueblo dominicano:
A
pocos días de la juramentación del nuevo gobierno, me dirijo al país para
reiterar el compromiso, que anunciamos el 22 de mayo, de que trabajaremos junto
al pueblo para hacer realidad sus aspiraciones por mejores condiciones de vida
y por el rescate y fortalecimiento de las instituciones democráticas de la
nación.
En
ocasión de finalizar el mandato del actual gobierno y el ascenso al poder de un
nuevo presidente, fruto de un proceso electoral altamente cuestionable, le
hablo al país, en nombre de más de dos millones de dominicanos y dominicanas,
que votaron a favor de nosotros y de las propuestas que hicimos a nombre del
Partido Revolucionario Dominicano y los partidos aliados.
Permítanme
expresarles una vez más mi gratitud a las mujeres, hombres y jóvenes, dentro y
fuera del país, que desafiaron la feroz campaña de mentiras y diatribas
financiada con recursos del Estado y respaldaron con entusiasmo y valentía la
esperanza de cambio que representaba nuestra candidatura.
El
gobierno que termina deja a nuestra sociedad sumida en un profundo deterioro
económico, moral e institucional, producto del ejercicio irresponsable del
presidente Leonel Fernández y de la complicidad con que permitió que la
corrupción infectara todos los niveles de su gobierno.
Nunca
antes en la vida democrática de nuestra nación, un gobierno había sido tan descarado
en el uso de los recursos públicos, para el beneficio particular de
funcionarios y dirigentes del partido gobernante.
Tampoco
ningún gobierno había mantenido la masiva y costosa campaña mediática, que
durante estos ocho años ha sostenido Leonel Fernández, tratando de vender la
imagen de un presidente que trabaja a favor del bien común.
Se
ha pretendido convencer al pueblo de que su legado lo convierte en un Mesías,
que busca perpetuarse en la dirección del Estado como garante de la tierra
prometida.
Pero
la herencia que Leonel Fernández deja al país, es muy distinta al paraíso que
dibuja la engañosa y delirante maquinaria de propaganda que le acompaña y que
ha costado a la sociedad más de 48 mil millones de pesos durante los 8 años de
gobierno peledeista.
Lo
cierto y doloroso es que durante el gobierno que finaliza, no se ha resuelto ni
un solo de los problemas estructurales de nuestro país, a pesar de ser el
gobierno que más recursos económicos ha manejado en toda la historia de la
República.
Al
contrario, una buena parte de esos problemas se han agudizado y podrían
agravarse si permitimos que el país continúe el rumbo que lleva.
A
Leonel Fernández le faltó voluntad política para aplicar el 4% del PIB a la
Educación y permitió que la enseñanza pública cayera a uno de los tres últimos
lugares en el mundo, según el informe del Foro Económico Mundial del 2011.
El
desempleo fue otro de los renglones que aumentó durante el gobierno que
concluye, lo que se tradujo en un mayor nivel de pobreza para el pueblo
dominicano. Sólo en las zonas francas textiles se perdieron más de 90 mil
empleos.
Según
afirma el Foro Económico Mundial la competitividad del país cayó del lugar 64
al 110 de un total de 142 países evaluados.
Esto
ha repercutido en el estancamiento de nuestras exportaciones y en el aumento
desmesurado de las importaciones, que ya sobrepasan los 18 mil millones de
dólares.
Como
señalan los empresarios, el fracaso del gobierno en el manejo del sistema
eléctrico es una de las principales causas de la baja competitividad de los
sectores productivos.
El
gobierno del PLD deja una deuda con los generadores superior a los 800 millones
de dólares y una carga al Estado que supera los mil millones de dólares anuales
de subsidio, aunque la tarifa fue aumentada en más de un 33 porciento.
Ahora
los apagones son más frecuentes e interminables y los dominicanos pagamos la
energía eléctrica más cara de la región.
El
endeudamiento público, que alcanza niveles verdaderamente alarmantes, también
es parte fundamental del legado funesto que nos deja Leonel Fernández.
Su
gobierno deja una deuda pública superior a los 25 mil millones de dólares,
equivalente a la astronómica suma de 980 mil millones de pesos, monto que
representa más de dos veces el presupuesto anual de la Nación.
Ese
monto es tres veces la deuda acumulada por el país desde su fundación en 1844,
hasta el año 2004.
Lo
peor de todo, es que esos recursos no fueron invertidos en la educación ni en
la infraestructura productiva del país, sino que fueron usados para financiar
los caprichos del Presidente de la República, sin tener en cuenta las
necesidades de la gente y sus comunidades.
Una
parte sustancial de esos recursos ha ido a parar a los bolsillos de muchos de
los funcionarios del gobierno y dirigentes del PLD, como se demostró con el
caso de los 130 millones de dólares del préstamo con la Sun Land, sin que nadie
haya sido sometido a la acción de la justicia.
Indigna
saber que el pueblo tendrá que pagar esas deudas.
Con
justa razón, la organización Transparencia Internacional sitúa a la República
Dominicana como uno de los tres países más corruptos del mundo. Ese también es
un legado, pero un legado funesto de Leonel Fernández.
Donde
el Presidente Fernández deja su estampa más triste, es en la creciente e irritante
desigualdad social que padece la sociedad dominicana.
Es
un hecho comprobado y a la vista de todos, que la desigualdad y la exclusión
social, se han agudizado en estos últimos ocho años.
En
efecto, en el 2011 el 20% más rico de la población concentraba el 56% del
ingreso nacional, mientras que el 20% más pobre apenas recibía el 4%.
La periodista de investigación, Minerva Isa,
en una publicación reciente señala que en nuestro país sólo el 6% de la
población disfruta de un bienestar económico similar al de los países
desarrollados, mientras el resto de la población vive en condiciones de
precariedad similar a las de los países más pobres del hemisferio.
También,
la prestigiosa Corporación Latino Barómetro indica que el 34% de la juventud
dominicana ni estudia ni trabaja, cuando este mismo parámetro es de 15% en
Sudamérica.
La
situación que evidencian estos indicadores pone de manifiesto la obligación
ineludible del próximo gobierno de enfrentar con políticas públicas acertadas,
el drama de la desigualdad que constituye una amenaza para la paz social.
El
estado de inseguridad que se vive en todo el país es otra de las calamidades
que nos deja el Presidente Leonel Fernández.
Esto
lo comprueba el informe del Foro Económico Mundial que califica a República
Dominicana como el país de América Latina que ha experimentado el mayor aumento
en el crimen y la inseguridad ciudadana.
La
quiebra del sector agropecuario es otro de los mayores fracasos que deja como
herencia el gobierno saliente.
La
falta de atención a la agricultura y el abandono de la asistencia técnica y el
financiamiento al pequeño productor, ha convertido al campo dominicano en el
escenario de mayor pobreza del país.
El
gobierno de Leonel Fernández quebró a los productores agropecuarios a quienes
les adeuda la suma de 6 mil 617 millones de pesos.
Sólo
a los arroceros, les adeuda mil 250 millones de pesos por concepto de
pignoración.
La
producción de pollo, leche y cerdo está expuesta a un peligroso descalabro,
debido a la irresponsable importación de estos bienes, permitida y estimulada
por la administración saliente, así como por la falta de una política de apoyo
a la siembra de granos para la industria pecuaria.
El
Presidente Leonel Fernández prefirió favorecer a un pequeño grupo de
privilegiados, a quienes las importaciones les generan colosales comisiones,
sin importarle que las mismas destruyan el aparato productivo nacional.
Esta
realidad se evidencia en el hecho de que en el año 2004 la importación de
alimentos fue de 460 millones de dólares, mientras esas mismas importaciones
aumentaron a mil 200 millones de dólares en el 2011, para un incremento de 257
porciento.
La
privatización de las empresas públicas constituye otra herencia dolorosa de las
administraciones del Partido de la Liberación Dominicana.
Este
proceso ha significado la pérdida de miles de empleos, el abandono de
importantes recursos productivos generadores de riquezas y el creciente impacto
fiscal, como ha sucedido con el sector eléctrico.
Sólo
con la destrucción de la industria azucarera estatal, el país perdió más de 50
mil empleos directos y 150 mil indirectos. Esto ha sumido en la pobrezaa amplios segmentos poblacionales que
dependían de la industria cañera.
En
el plano institucional, la huella de Leonel Fernández no puede ser más
siniestra.
En
efecto, la concentración de todos los poderes públicos que se ha agenciado el
Presidente de la República, es una verdadera amenaza al equilibrio y al control
que requiere el buen funcionamiento de una genuina democracia política y social,
única garantía del ejercicio plural de los derechos y deberes ciudadanos.
Hoy,
las instituciones del sistema judicial son más débiles porque están sujetas a
la voluntad del Poder Ejecutivo. Hoy, no podemos hablar de un verdadero Estado
Social de Derecho.
Es
penoso ver cómo la mayoría de los responsables de aplicar la Constitución, los
códigos y las leyes, las interpretan de acuerdo a las instrucciones y
conveniencia de aquel a quien consideran su dueño.
La
degradación política promovida por Leonel Fernández mediante el uso de los
fondos públicos, para comprar conciencias, voluntades y votos, es parte de la
triste herencia que nos deja el gobierno que termina.
Es
un hecho documentado que el gobierno del PLD, con el silencio cómplice de la
Junta Central Electoral, utilizó más de 60 mil millones de pesos de los fondos
públicos, en el proceso electoral recién pasado, para financiar toda clase de
abusos y componendas, para impedir que la voluntad del pueblo se hiciera
realidad en las urnas.
Los
señalamientos anteriores evidencian que el país tiene retos tan cruciales, que
para el gobierno enfrentarlos con éxito necesita, más que nunca, de la
concertación con las diferentes fuerzas políticas, económicas y sociales.
Una
concertación basada en el respeto a la vida interna de las organizaciones, y un
compromiso a partir de una agenda que contemple la solución de los principales
problemas de la nación.
Quiero
expresarle con toda claridad al presidente Danilo Medina que la actitud que
asumiremos frente a su gobierno, dependerá más que de las palabras, de los
hechos de su gestión.
Estamos
conscientes que el país no resiste que el nuevo gobierno continúe la carrera
irresponsable de gastos extravagantes, propios de las administraciones del PLD.
Es
tiempo de austeridad. Y voy a decirlo bien clar nosotros no apoyaremos
ninguna reforma tributaria que perjudique a la población, ni a los sectores
productivos.
Nos
mantendremos vigilantes para impedir que sea el pueblo quien pague el desastre
financiero creado por el gobierno saliente, que en lo que va de año acumuló un
déficitfiscal de 78 mil 270 millones de
pesos.
Nuestros
economistas proyectan que para finales de diciembre, este déficit se situará en
118 mil millones de pesos, lo que tendrá graves consecuencias para las familias
dominicanas.
El
contacto directo que tuvimos con los sectores nacionales, en busca de la
Presidencia de la República, lo retomaremos a partir de los próximos días para
trabajar junto a la sociedad organizada, y procurar que el gobierno cumpla con
su deber de solucionar los problemas que afectan a la mayoría del pueblo.
Seremos
porta-estandarte de las demandas de la sociedad. Allí donde la gente lucha y se
esfuerza por mejores condiciones de vida, allí estaremos presentes.
El
deber de cada perredeista, es trabajar para que el Partido Revolucionario
Dominicano siga siendo la voz fuerte, democrática y comprometida con la
libertad, la justicia social y el fortalecimiento de las instituciones.
Los
hombres y mujeres que amamos nuestro Partido no permitiremos que la voz del PRD
sea silenciada, como buscan aquellos que pretenden sembrar la desesperanza y
desmoralizar a nuestra organización para ponerla al servicio de particulares
intereses.
Ningún
perredeista debe prestarse a hacer negocios con la política y mucho menos a
hacerle el juego al gobierno.
Somos
conscientes, que sólo el trabajo, el apego a los principios, la disciplina y el
respeto a los méritos de los compañeros y compañeras, garantizan la unidad y la
fuerza que se necesita para alcanzar el poder, y desde el poder construir la
democracia social y establecer en el país un verdadero Estado Social de
Derecho.
Los
perredeistas tenemos que fortalecer los organismos de nuestro Partido y abrir
la organización a todas las personas interesadas en participar en política.
En
el PRD no debe haber lugar para el autoritarismo, ni para el irrespeto a los
estatutos.
Con
ese espíritu, debemos encaminarnos desde ya, hacia la convención del año
próximo, como mandan nuestros Estatutos.
Este
será el mejor tributo que podemos rendir a la memoria de nuestro líder de
siempre José Francisco Peña Gómez.
La
construcción de una verdadera democracia, es aún una tarea pendiente en nuestra
sociedad, a la cual quiero referirme.
En
las elecciones pasadas, el gobierno cometió graves y serias irregularidades que
demuestran la fragilidad de nuestro sistema político.
En
ese proceso se vulneró el derecho fundamental de elegir y ser elegido en
condiciones de igualdad.
Nuestra
sociedad no puede permitir que se repitan en unas elecciones el abuso de poder,
la compra de conciencias, la violación de los derechos ciudadanos, la
participación activa de militares, policías y miembros del Ministerio Público,
que todos vimos el pasado 20 de mayo.
Estamos
decididos a impulsar acciones y políticas públicas que fortalezcan el ejercicio
democrático y contribuyan a erradicar, de una vez y por siempre, esas malas
prácticas.
Consecuentemente,
invitamos a los partidos políticos, a los movimientos sociales, a la sociedad
civil y a los ciudadanos independientes, a trabajar juntos por la aprobación de
una Ley Electoral, así como una Ley de Partidos Políticos y una Ley de
Garantías Electorales que sean fruto de la concertación.
Presidente
Danilo Medina, tenemos un compromiso con el país, por lo que siempre estaremos
dispuestos a ofrecerle nuestro concurso en aquellas acciones dirigidas a
beneficiar a las grandes mayorías.
En
ese sentido, el país espera que a partir del 16 de agosto su gobiernoimpulse, entre otras, las siguientes
acciones:
Honrar
el compromiso del 4% a la Educación, que firmamos bajo los auspicios de la
Sociedad Civil.
Apoyar
los sectores productivos, especialmente el sector agropecuario, elindustrial, el turístico, las micro, pequeña
y mediana empresas, la metalmecánica, la minería y las exportaciones.
Ejecutar
políticas que promuevan la generación de empleos, especialmente, para los
jóvenes y las mujeres, así como la reducción del alto costo de la vida.
Sanear
y consolidar el Sistema Dominicano de Seguridad Social para que ninguna persona
carezca de la justa protección del Estado.
Perseguir
y castigar de manera eficiente la delincuencia, el narcotráfico y la
corrupción.
Garantizar la seguridad ciudadana.
Enfrentar
el grave problema de la energía eléctrica.
Distribuir
equitativamente la inversión pública con criterios regionales y sectoriales.
Y,
promover la aprobación de las leyes Electoral, de Partidos Políticos y de
Garantías Electorales.
Pueblo
dominicano, estoy convencido que para superar los grandes desafíos de nuestra
sociedad, es imperativo que el nuevo gobierno sea capaz de dar ejemplo de
trabajo, austeridad, transparencia y comedimiento en la conducción de los
asuntos públicos.
Pido
a Dios Todopoderoso que ilumine y bendiga a nuestro pueblo.
Muchas
gracias.