<b>Melky Cabrera ha sido suspendido por 50 juegos por el uso de
testosterona, una sustancia cuyo uso ha sido vetado por considerarse que
aumenta la capacidad de rendimiento de un pelotero. </b>
SAN FRANCISCO — Era un año simple y llanamente perfecto en la Bahía. La joya de Matt Cain, llenos hasta la bandera todos los días, primer
lugar de la División Oeste de la Liga Nacional casi toda la temporada,
hasta el orgullo de los Gigantes de San Francisco de poseer una máxima
representación entre sus filas por contar con el Más Valioso del Juego
de Estrellas.
Ya el 2012 no es tan perfecto en la Bahía.
De hecho, los Gigantes pasaron de lo sublime a lo ridículo en un abrir y
cerrar de ojos, todo por una mala decisión de una de sus principales
figuras.
Poco más de una hora antes del tercer juego de la serie entre dos
líderes divisionales, los Nacionales de Washington y los Gigantes,
cuando la fanaticada ya comenzaba a poblar las tribunas del AT&T
Park, el mundo beisbolero quedó impactado por el comunicado oficial de
la Oficina del Comisionado.
Melky Cabrera ha sido suspendido por 50 juegos por el uso de
testosterona, una sustancia cuyo uso ha sido vetado por considerarse que
aumenta la capacidad de rendimiento de un pelotero.
La suspensión entró en efecto de inmediato. Tanto es así, que los
Gigantes no tuvieron ni tiempo para hacer un cambio de roster y tuvieron
que jugar ese encuentro con 24 peloteros.
"La Oficina del Comisionado anunció hoy que el jardinero Melky Cabrera,
de los Gigantes, ha recibido una suspensión de 50 juegos sin paga luego
de dar positivo a Testosterona, una sustancia de incremento de
performance prohibida que viola el Programa Conjunto de Prevención y
Tratamiento del uso de Drogas implementado por el Béisbol de las Grandes
Ligas", subrayó de manera firme el respectivo documento oficial.
A diferencia del controversial caso de Ryan Braun, Jugador Más Valioso
de la Liga Nacional en el 2011 con los Cerveceros de Milwaukee, nadie
cuestiona esta decisión. De hecho, es aceptada plenamente por todas las
partes involucradas, incluyendo los Gigantes y el propio Melky.
"Estamos en extremo decepcionados por enterarnos que Melky Cabera ha
sido suspendido por violar el Programa Conjunto de Prevención y
Tratamiento del uso de Drogas de las Grandes Ligas", puntualizaron los
Gigantes en un comunicado de prensa. "Apoyamos firmemente la política de
las Ligas Mayores y su esfuerzo por eliminar el uso de sustancias
estimulantes de nuestro deporte. Debido al protocolo estipulado, no
haremos ningún comentario posterior al respecto".
Casi simultáneamente a este comunicado se produjo el emitido por el
propio jardinero dominicano a través de la Asociación de Peloteros.
"Mi resultado positivo fue el resultado del uso de una sustancia que no
debí haber utilizado", expresó Cabrera en su comunicado. "Acepto mi
suspensión y trataré de seguir adelante con mi vida. Estoy profundamente
apenado por mi equivocación y pido disculpas a mis compañeros de
equipo, a los Gigantes y a los aficionados por haberles fallado a
todos".
Lo doloroso de toda esta situación es que Cabrera se había convertido no
solamente en uno de los pilares de un equipo con serias aspiraciones de
acudir a la postemporada sino en un símbolo de lo que se puede lograr
con trabajo duro. Era como una especie de ejemplo a seguir por
aficionados de todas las edades, algunos de los cuales acudían al parque
ataviados como lecheros.
Sus batazos eran celebrados por doquier. Sus engarces en el bosque
izquierdo levantaban a los aficionados de sus asientos. İMelky, Melky,
Melky!, İMVP, MVP, MVP!, coreaban desde las tribunas. Hasta le cantaron
un emotivo Cumpleaños Feliz desde las gradas del jardín izquierdo cuando
llegó a sus 28 de edad el pasado 11 de agosto.
Un espectacular mayo en el que bateó 51 hits para dejar atrás el
registro de la novena de San Francisco de 49 en ese mes, implantado en
1958 por el legendario Willie Mays, había proyectado a Cabrera hacia el
Juego de Estrellas, donde se convertiría en el Más Valioso el pasado 10
de julio en Kansas City.
Para el momento de su suspensión, Cabrera bateaba para .346 e iba
embalado hacia su segunda temporada consecutiva con 200 ó más
imparables, ya que llevaba 159 en 113 encuentros, con 11 jonrones y 60
carreras impulsadas.
Sus 159 hits y sus 52 encuentros con dos imparables o más encabezan las
Grandes Ligas. De hecho, le faltan solamente cinco indiscutibles para
llegar a los 1,000 en su carrera iniciada con los Yankees de Nueva York,
a los que ayudó a ganar la Serie Mundial del 2009.
Tan valioso ha sido Cabrera para los Gigantes que ya se discutía la
posibilidad de que fuera firmado por la novena a un contrato multianual.
Por ahora, todo eso quedará refrigerado por una suspensión que se
prolongará hasta los primeros cinco primeros encuentros de su equipo en
la postemporada, si pueden llegar a ella sin la ayuda de uno de sus
grandes baluartes.