¿MATÓ LA KGB A ALBERT CAMUS?
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La sospecha de que Dmitri Shepílov, canciller de Nikita Kruschev, haya ordenado castigar a Albert Camus por sus críticas a la bestial represión contra los húngaros que quisieron recobrar su libertad en 1956, emerge.
El arreglar "accidentes" es un viejo recurso de las operaciones encubiertas.
A Trujillo le encantaba.
"Accidentó" a las Mirabal.
"Accidentó" a Ramón Marrero Aristy.
Hubo otros.
Su yerno, o su hija, "accidentaron" a Jean Awad (y por la insistente operación de encubrimiento y distracción, me decantó por la hija más que por "Pechito").
Y estoy más que convencido que la CIA "accidentó" a Ramfis Trujillo, para abortar la conspiración que encabezaba para darle un "golpe de Estado revolucionario", en alianza con el MPD y otras facciones políticas, al entonces presidente dominicano Joaquín Balaguer.
No era verdad que los gringos, que venían de intervenir nuestro país y que habían logrado, mal que bien, que la situación local se estabilizara precariamente, iban a permitirle a Ramfis su aventura. Sobre todo, con el visible vínculo a una organización terrorista entonces bastante activa, el MPD, que voceaba en todas las esquinas que iba a propinarle a Balaguer un "golpe de Estado revolucionario".
Eso para las experiencias cercanas y locales de los "accidentes" de tránsito.
Es fácil simularlos.
Es fácil provocarlos.
Recientemente, el más prestigioso de los líderes desafectos al régimen de los Castro falleció… ¡en un accidente de tránsito!
La familia sospecha que intervinieron las manos siniestras de la policía política castrista. Ellos lo niegan.
Durante años se creyó que lo de Camus fue un lamentable accidente, por la rotura de una goma.
Sucede. Hace un par de días murió una periodista y un chofer asignados a la Presidencia de la República en un accidente lamentable.
Ahora, la publicación de los diarios íntimos del poeta checo Jan Zabrana, amigo y traductor de Camus, reproducen un rumor oído por el poeta: “De un hombre que sabe muchas cosas y tiene fuentes confiables, escuché una cosa muy extraña. El afirma que el incidente de tránsito de 1960 en el que murió Camus fue arreglado por el espionaje soviético. Fueron ellos quienes dañaron un neumático del auto gracias a un instrumento técnico que con la elevada velocidad logró cortar el neumático o hacer un agujero en él”.
El mundo del espionaje, de las operaciones encubiertas, opera al margen de las normas, leyes y procedimientos públicos.
Markus Wolf, Mitcha, el famoso director de espionaje de la STASI, la organización de espionaje de Alemania Oriental, que junto a la KGB fue la mejor del mundo en su campo (tenían infiltrada la CIA y el MI-6 británico y la STASI tenía infiltrado hasta el propio despacho del Canciller alemán de turno) escribe en sus memorias "El hombre sin rostro" que "Los operadores del espionaje son alentados por el medio secreto en que viven o trabajan, lo que los lleva a sentir que las normas que rigen para otros a ellos no se les aplican".
Eso significa que es un territorio sin norma o ley alguna, que no sea la que arbitrariamente acepten sus mandantes.
El asesinato político es un recurso que se emplea a discresión.
Aquí se mandó a matar a Héctor Méndez desde el Palacio. Y no fue el último. Mucho menos el único.
Igual han hecho los norteamericanos, sin mayores escrúpulos.
Y qué decir de los rusos. Matan adentro y matan afuera, como bien se sabe por el caso de Aleksandr Litvinenko, ex-agente del KGB muerto por contaminación con polonio radioactivo en Londres, en tiempos del primer gobierno de Putin, ex-coronel, por cierto, del KGB y admirador de sus métodos y filosofía (restauró la estatua de Dzerzhinski, a quien venera).
Los dominicanos tenemos una vieja tradición de crimen político.
Y también de "accidentes" arreglados.
No me extraña entonces, que al premio Nobel francés, independiente, crítico y asentado en valores innegociables, lo eliminaran para acallar una molesta voz de amplia resonancia.
Hay accidentes que convienen a algunos,