<b>De
acuerdo con sus palabras, ese órgano tendrá “potestad para investigar las
denuncias de corrupción por el solo rumor público, citar, interrogar, requerir
informaciones a entidades públicas y privadas y aplicar sanciones
disciplinarias, sin perjuicio de las que correspondan al Régimen Ético y
Disciplinario de la Función Pública y a la Cámara de Cuentas”.</b>
En
su discurso de toma de posesión Danilo Medina anunció la creación “de la
Dirección Nacional de Ética e Integridad Gubernamental, que sustituirá a la
Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción”, que fue un fracaso total
y absoluto.
Aseguró
que todos los funcionarios suscribirán un código de ética “al momento de ser
designados en altos cargos”, donde se “establecerán las normas básicas de
comportamiento que aceptarán cumplir por el solo hecho de ser designados.”
“El
primero en suscribir este Código seré yo”, dijo.
De
acuerdo con sus palabras, ese órgano tendrá “potestad para investigar las
denuncias de corrupción por el solo rumor público, citar, interrogar, requerir
informaciones a entidades públicas y privadas y aplicar sanciones
disciplinarias, sin perjuicio de las que correspondan al Régimen Ético y
Disciplinario de la Función Pública y a la Cámara de Cuentas”.
Ojalá
que esa entidad sea creada en las próximas horas y que la integren hombres y
mujeres probos de la sociedad civil, no dirigentes políticos del partido
oficial o de aliados, como hizo el ex presidente Fernández.
Y
para probar que no se trata de palabras, ¿qué tal si comienza ordenando el
cumplimiento de la ley sobre declaración jurada de bienes de los funcionarios
entrantes y salientes?
Que
Danilo de el primer paso, siguiendo con Margarita Cedeño de Fernández, para dar
el ejemplo. Y así continuar con una larga cadena que termina (o comience) con
el ex presidente Leonel Fernández.
Sería
un acto de transparencia la publicación de todas las declaraciones juradas no
solo de los ministros y vice ministros, sino de embajadores, cónsules, jueces
de las altas cortes, etc., como bien lo establece la ley que regula la materia.
Como
ciudadano tengo derecho a saber que tenían cuando entraron, y que tienen ahora
todos los funcionarios del gobiernopasado. De igual modo tengo derecho a saber que tienen ahora los nuevos
incumbentes, incluyendo a Danilo y Margarita. No es capcioso.
Que
la Cámara de Cuentas (que nunca cuenta nada) y el Ministerio Público
investiguen las declaraciones juradas para que se correspondan con la verdad.
Que el Colegio de Notariosprocure que
las certificaciones sean verídicas.Todos sabemos lo que ha ocurrido siempre con las declaraciones de
bienes. Una buena parte de los funcionarios de los cuatro poderes del Estado, a
saber, Ejecutivo, Congreso, Justicia y Municipios, se burlan de ella.
Unos hacen sus declaraciones juradas, otros
no. La mayoría miente a la hora de certificar lo que tiene. Algunos al ser
nombrados colocan bienes que no poseen en ese momento. Calculan lo que piensan
robarse en cuatro años.
Quiero
ver las declaraciones juradas de todos los jueces de las altas cortes recién
“elegidos”, de los embajadores, cónsules, senadores, diputados, alcaldes,
vicealcaldes, regidores,ministros y
viceministros, presidente y vicepresidente de la República.
Danilo
dijo que sería “implacable con los deshonestos, los oportunistas, y los
soberbios”. Debió agregar a los testaferros.Prometióun gobierno
“transparente”. Para que podamos
creerle, que comience transparentando las cuentas de los funcionarioscon declaraciones juradas de bienes, como lo
establece la ley.
Si
quiere más transparencia, si quiere que el código de ética sea más amplio, que
someta un proyecto de ley invirtiendo el fardo de la prueba, como lo prometió
Leonel en la campaña electoralde 1996.
Pero por conveniencia propia no lo hizo en 12 años a pesar del control del
Congreso.