Un fantasma recorrela República Dominicana: la violencia de género. No es el fantasma de que habló el viejo Marx,
sino el de una realidad que a veces asume posturas fantasmagóricase increíbles contra la mujer, que es descrito como “todo acto
de violencia basado en el género, que tiene como resultado posible o real un
daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la
privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en
la vida privada” (1)
Se trata de algo que agrupa “todas las formas de
violencia que se ejercen por parte del hombre sobre la mujer en función de su
rol de géner violencia sexual, tráfico de mujeres, explotación sexual,
mutilación genital, etc. independientemente del tipo de relaciones
interpersonales que mantengan agresor y víctima, que pueden ser de tipo
sentimental, laboral, familiar, o inexistentes» (2)
No cabe
duda de que la violencia de género se ha convertido en una verdadera tragedia
para las mujeres dominicanas y de otros países, donde hombres analfabetos o
educados creen que sus parejas sonobjetos que pueden ser usados, manipulados o desechados, a menudo con
violencia física o psicológica que ocasiona traumas a las víctimas, casi
siempre llenas de miedo.
No hay
soluciones radicales a la vista sobre ese problema en los países democráticos
que respetan los Derechos Humanos, incluidos los delincuentes y violadores de
mujeres, niños y niñas, que jamás respetan los derechos de sus víctimas.
En los
campos dominicanos, todavía en este año 2012, cuando alguna vecina se queja de
que su hija está siendo acosada por el hijo de dicha vecina, la respuesta
generalmente suele ser: “Amarre sus gallinas, que mis gallos están sueltos”, lo
que contribuye a una educación machista.
Es una
cuestión de cultura, por la falta de una educación de calidad. Nada se logra
con invertir millones de pesos en la educación para crear una nueva burocracia,
sino se pagan buenos sueldos a los maestros, educadores y asistentes; si no se
hacen esfuerzos serios para incorporar a los padres de los estudiantes a
cumplir con su deber como tales; si no se varía el estilo de impartir una
educación “historicista” en lugar de una educación crítica, mediante la cual el
estudiante pueda reflexionar sobre los problemas y posibles soluciones del país
en que vive.
En cuanto a la violencia de género, es preciso hablar de la violencia
contra el hombre, que también abunda en la República Dominicana: mujeres
celosas que maltratan de palabras, hieren y matan a sus novios, amantes,
maridos o esposos, situaciones vinculadas a problemas psicológicos, económicos,
ambientales yde educación doméstica.
Se trata de un tipo de violencia intrafamiliar que se enmarca en lo que se denomina violencia de pareja, donde el rol de
agresor es tomado por la mujer (en las parejas heterosexuales) o bien, por el
varón en aquellas parejas de carácter homosexual. La violencia contra el hombre
no se considera violencia de género (tal como ocurre con la
violencia de pareja perpetrada contra las
mujeres) puesto que no se atribuye a las desigualdades entre los sexos (como en
el caso femenino (3) ; sin embargo, ciertos autores indican que tanto en la violencia contra las mujeres como en la que es realizada contra los hombres se pueden encontrar motivos
similares (4), mientras que la idea de que el hombre pueda ser víctima de la
mujer genera resistencias y no está exenta de controversias (5)
El problema que siempre ocurre es que, generalmente, los
hombres temen hacer el ridículoal acudir
a las instancias judiciales cuando son maltratados por sus mujeres. Hay otros
que si lo hacen, como sucedió con Julio César Martínez Concepción, de 50 años,
residente en La Vega, quien acusó a su mujer Yudelka Marine Hilario (Yudy), de
27 años, Valdez, de 50 años, de propinarle golpes con una piedra y un palo en
la vivienda de ambos en la comunidad Monte Grande (6)
Marine Hilario huyó casa de un familiar en Santiago, con el
propósito de evadir la acción penal en su contra ante la acusación expuesta por
su esposo Concepción Valdez, ante un ministerial en el Palacio
de Justicia de La Vega, donde se presentó aquejado por las fuertes
dolencias que sufrió, producto de la agresión física que le practicó su mujer,
en la indicada comunidad.
Concepción Valdez
narró ante las autoridades y periodistas que su mujer la emprendió en su
contra al llegar a la casa, luego de acusarlo de que estaba tomando ron con
otras mujeres.
Cito este solo caso solamente para equilibrar la
historia, porque lo fundamental es
hablar sobre la violencia contra las mujeres, que son las mayoritariamente
agredidas y abusadas.
El autor de este escrito conoce el dramático caso de
Liliana (nombre ficticio). Esa mujer, de 34 años, se cansó de las humillaciones
de su marido y le puso el divorcio. La reacción del hombre no se hizo esperar:
un día que Liliana salió hacia donde su madre penetró a la casa, le quemó toda
la ropa, le rompió el televisor con un bate de beisbol, destruyó algunos
muebles y tiró al patio una pecera llena de pececitos. Y además se llevó una
laptop propiedad de la mujer. Los vecinos, alarmados, llamaron a la policía y
el hombre fue detenido, pero a los dos días recobró la libertad no se sabe
cómo.
Liliana sigue hoy traumatizada, angustiada, pues teme que
en cualquier momento su ex esposo pueda matarla, pues se trata de un hombre muy
violento.
Otro caso es el de Juanita, de 26 años. Ella tuvo dos
niños con su esposo, de quien se divorció por los malos tratos. Pero en varias
ocasiones el tipo, borracho, se ha aparecido al frente de su casa llamándole “maldita
cuero, sinvergüenza”, armado de una pistola, todo esto porque Juanita casó de
nuevo con un hombre que la quiere, la respeta y le mantiene sus dos niños. No
ha ocurrido una desgracia porque el actual esposo de Juanita es un hombre
prudente, aunque tiene una pistola que
porta con permiso legal.
Juanita puso una querella contra su ex marido, por
amenazas de muerte. El hombre es buscado por las autoridades, con una citación
de la Fiscalía.
Estos dos casos proporcionan una ligera idea de cómo es
que se manifiesta la violencia de género en la República Dominicana.
Hasta fines de agosto de este año 2012, las estadísticas
indicaban que unas 120 mujeres habían sido asesinadas por sus novios, amantes o
esposos, en una escalada que ha llamado la atención de la prensa nacional e
internacional. En muchos casos, los victimarios se suicidaron después de
cometer sus crímenes, incluso en presencia de hijos menores que sin dudas
quedarán traumatizados para el resto de sus vidas.
En la República Dominicana existen la violencia física y
la psicológica. La violencia física es aquella que puede ser percibida
objetivamente por otros, que más habitualmente deja huellas externas. Se
refiere a empujones, mordiscos, patadas, puñetazos, etc., causados con las
manos o algún objeto o arma. Es la más visible, y por tanto facilita la toma de
conciencia de la víctima, pero también ha supuesto que sea la más comúnmente
reconocida social y jurídicamente, en relación fundamentalmente con la
violencia psicológica. (7)
La violencia
psíquica aparece inevitablemente siempre que hay otro tipo de violencia. Supone
amenazas, insultos, humillaciones, desprecio hacia la propia mujer,
desvalorizando su trabajo, sus opiniones… Implica una manipulación en la que
incluso la indiferencia o el silencio provocan en ella sentimientos de culpa e
indefensión, incrementando el control y la dominación del agresor sobre la
víctima, que es el objetivo último de la violencia de género. (8)
Son miles las
violaciones sexuales de niñas y niños que se producen anualmente en la
República Dominicana. Se ejerce mediante presiones físicas o psíquicas que
pretenden imponer una relación sexual no deseada mediante coacción,
intimidación o indefensión” (Alberdi y Matas, 2002). Aunque podría incluirse
dentro del término de violencia física, se distingue de aquella en que el
objeto es la libertad sexual de la mujer, no tanto su integridad física. Hasta
no hace mucho, la legislación y los jueces no consideraban este tipo de
agresiones como tales, si se producían dentro del matrimonio.
Cada año miles de mujeres en todo el mundo son engañadas, coaccionadas,
secuestradas o vendidas en condiciones similares a la esclavitud y son
obligadas a trabajar como prostitutas, trabajadoras domésticas, trabajadoras en
fábricas en condiciones de explotación, o como esposas.
Las
trabajadoras domésticas son vulnerables a las agresiones violentas, tales como
el maltrato físico y la violación, de parte de sus empleadores. Las mujeres
migratorias se encuentran especialmente en peligro puesto que los empleadores
pueden retener sus sueldos, pasaportes y documentos personales. Esto limita el
movimiento de trabajadores en los países en que los extranjeros están obligados
a llevar prueba de su situación jurídica, lo cual impide por lo tanto,
cualquier intento de reclamar protección en sus embajadas. (OXFAM, GB. (9)
En
algunos países, entre ellos la República Dominicana,las trabajadoras domésticas no están
amparadas por las leyes laborales. En los casos en que hay leyes vigentes, los
trabajadores y trabajadoras pueden no ser informados de sus derechos,
especialmente en los países donde el idioma del anfitrión les resulta
desconocido o son separados de su grupo social.
En la
República Dominicana, existe una Ley que dio creación al comité
Interinstitucional de Protección a la Mujer Migrante (CIPROM), conocida también
como la Ley 86-99. Esta Ley fue promulgada por el Presidente Leonel Fernández
durante su período gubernamental de 1996-2000 para velar por la aplicación de
las políticas migratorias puesta en vigencia por los Estados receptores y para
proteger a la mujer migrante en cuanto a leyes laborales, derechos humanos,
fuentes de trabajo y planes de retorno en interés de que se realice la mejor
integración al desarrollo sostenible del país.
El Comité
Interinstitucional de Protección a la Mujer Migrante se creó como fruto de la
necesidad de dar respuesta a la problemática de las dominicanas migrantes y en
su formación contó con la asesoría de la Organización Internacional para la
Migración (OIM).
La base
internacional del CIPROM, parte de la Convención Contra todas Formas de
Discriminación Contra la Mujer, celebrada en 1979, en Belén Do Pará (Brasil) de
la cual el gobierno dominicano es signatario y la ratificó en 1995.
El tema
de la mujer migrante fue debatido en la Convención sobre los Derechos Humanos,
celebrada en Viena en 1994. En la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer,
celebrada en Beijing en 1995, se aprobó en el acápite J sobre la creación de
mecanismos institucionales de protección a la mujer migrante. La Secretaría de
Estado de la Mujer en el país, cumpliendo con estas resoluciones creó el CIPROM
como mecanismo interinstitucional para proteger los derechos de la mujer
migrante.
CIPROM es la primera
instancia creada en el país en esta materia en el 1999, por el decreto No.
97-99 otorgado por el Presidente Dr. Leonel Fernández Reyna y coordinado
por la Secretaria de Estado de la Mujer ha dado seguimiento y monitoreo a
las diferentes acciones para la aplicación de dichas leyes y la
capacitación y sensibilización del personal de las distintas instancias
gubernamentales y no gubernamentales que forman parte del CIPROM, además a
través de este comité se han difundido trabajos de investigación y se ha
realizado estudios de campo sobre trata de mujeres en el país. Estos
permiten contar con una información preliminar del panorama de la trata y
trafico de personas. Se han realizado cursos de capacitación técnica a
nivel de diplomados pioneros en el país, que han puesto de relieve la
temática de la emigración y la trata de personas como materia de estudio y
como herramienta necesaria de capacitación para los diferentes sectores que
trabajan con nuestra compleja realidad de país como emisor, receptor y de transito
en migración y trata. Conjuntamente con la Secretaria de Estado de
Relaciones Exteriores se creo la primera red consular de capacitación para
una mejor atención a los y las dominicanas y dominicanos en el exterior.
Para contar con un personal consular capacitado en esta problemática, tanto
de las regiones del Caribe, Centroamérica y Europa.
Se implementó en una primera fase información publica, sensibilización y
capacitación a nivel nacional dentro de las instituciones del estado (OPMS,
Educación, Desarrollo de las comunidades, autoridades locales, ONGs,
asociaciones comunitarias y juntas vecinales, en las principales provincias
y municipios afectadas por la migración, tráfico y trata de personas
principalmente mujeres, a través de un primer grupo de gentes
multiplicadores (as) en capacitación para atender a las necesidades de
prevención y asistencia social a víctimas.
En el país existe la Ley
No.88-03 sobre Casas de Acogida para Mujeres Sobrevivientes de Violencia y
Menores a Cargo. Esa Ley tiene dos soportes:
el Reglamento 1467-04de aplicación y el 1518-04 de
funcionamiento.
Esas disposiciones constituyen la base legal del albergue seguro y
temporal para mujeres víctimas de violencia de género, intrafamiliar y/o
sexual y menores a cargo.
El gobierno destina 1% de recaudaciones por concepto de la ley de Porte y
Tenencia de Armas de Fuego, 1% de multas pagadas por violación a la ley
24-97 y una asignación del Presupuesto y Gastos Públicos. La ley autoriza a
procurar con instituciones privadas, nacionales e internacionales, aportes
y donaciones.
Hasta 2011 existían dos refugios en el territorio nacional con estadía limitada
a 24 horas, prorrogable auna semana
y una Casa Modelo con estancia de un mes, aplazable a tres meses, con
cabida para doce mujeres y menores a cargo.
(10)
Las mujeres ingresadas en la Casa de Acogida Modelo, proceden
de todo el país: Dajabón, La Vega, Santiago, San Pedro, Mao, Puerto Plata,
Distrito, Santo Domingo, Bayaguana, Bonao, Salcedo, Moca, San Juan,
Barahona, Azua, y las buscan sin importar distancias, cuando el Ministerio
Público especializado, las Oficinas Provinciales y Municipales de la Mujer,
y las Organizaciones que trabajan la violencia contra las mujeres, lo
tramitan.
Mantener la buena sobrevivencia de la única Casa de Acogida Modelo,
necesita aportes más allá de la ley. Las industrias, empresas, comercios a
nivel nacional, deben volcarse en el auxilio. Los/as congresistas
contribuirían a prevenir desgracias si proporcionaran una Casa de Acogida
Modelo por región. (11)
El presidente de la Sociedad Dominicana de
Siquiatría sugirió aumentar el número de casas de acogida para mujeres para
disminuir hasta a la mitad los feminicidios, como ha resultado en otros
países Latinoamericanos. El doctor José Gómez Montero dijo que otra medida
debía ser la creación por la Procuraduría General de la República de una
unidad de siquiatría forense en las fiscalías para determinar el perfil de
peligrosidad de los potenciales victimarios. “Todos los países, como Costa
Rica y Uruguay, que han controlado la violencia de género, han creado antes
hogares de acogida de mujeres víctimas de maltrato, porque todas las
mujeres querellantes de sus parejas resultan muertas al retornar a sus
hogares”, comentó.(12)
Es necesaria y urgente una campaña educativa, a
través de todos los medios de comunicación, para sensibilizar a los hombres
que las mujeres dominicanas son seres humanos que merecen amor, respeto y
consideración, paralograr “igualdad
de género para una vida sin violencia”.
Bibliografía:
(1) Asamblea General de la ONU. Resolución
48/104, 20 de diciembre de 1993).
(2)De Celis, Estibaliz (2011). «Prevención de la violencia de género».
En Pérez, Jesús; Escobar, Ana. Perspectivas de la violencia de género.
Madrid: Grupo 5 Editorial. pp. 292. (Citado por Wikipedia, la enciclopedia
libre, en Internet.
(3)Casique, Irene (2008). «El complejo vínculo entre el
empoderamiento de la mujer y la violencia de género». En Castro, Roberto; Casique,
Irene. Estudios sobre cultura, género y violencia contra las mujeres.
México, D. F.: Universidad Nacional Autónoma de México. pp. 337.
(4) Gómez Bosque, Pedro; RamirezVillafanez, Amado (2005). XXI otro siglo
violento? Madrid: Ediciones Díaz de Santos. pp. 306
(5) Felson, Richard
(2002) (en inglés). Violence & Gender Reexamined (Law and Public Policy:
Psychology and the Social Sciences). Washington, D. C.: American Psychological Association. pp. 273
(6) El Nacional, Santo Domingo,3
Noviembre 2011.
(7) ) Concha García Hernández. Psicóloga Máster
en ansiedad y estrés. Violencia de Género, en Internet.
(8)
Información de la misma autora.
(9)
OXFAM, GB, publicado en Internet en El Rincón del Vago.
(10) Casas
de Acogida en la República Dominicana, por Susi Pola. El Nacional, 19 de abril
de 2011.
(11)
Susi Pola, artículo citado.
(12)
El Nuevo Diario, 5 de julio de 2012.
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