Hace ya un mes que el licenciado Danilo Medina asumió la presidenciade la República, tras ganar el 20 de Mayo pasado, las eleccionespresidenciales.
Aunque su principal opositor, Hipólito Mejía, no ha reconocido queperdió los comicios, es justo entender que tampoco ha expresado ningúnintento de invalidar la elección.
Medina buscó la presidencia de la República como candidato del Partidode la Liberación Dominicana y otros 13 partidos políticos que leaportaron la diferencia para ganar.
Su consigna de “continuar lo que está bien; corregir lo que está mal yhacer lo que nunca se ha hecho”, creó en la opinión una expectativa deque el nuevo gobierno corregiría “todo lo que hizo mal” el gobiernodel presidente Leonel Fernández.
Se produjo un choque emocional en la opinión pública cuando elpresidente Medina –durante los 3 meses de transición- no soltó prendasde quienes estarían en su gabinete inicial y muchos expresarondesilusión cuando el nuevo jefe del Estado revalidó un porcentajeelevado de los funcionarios del anterior gobierno.
Los mas agudos y punzantes definieron a Danilo como “un gobiernonuevo con un equipo viejo” y hasta cierto punto desgastado. Pero esono es justo.
¿Reviviría Danilo a esa maquinaria y le daría nueva vida a esaestructura que se veía como divorciada del pueblo?. Era justoesperarlo.
Los más optimistas consideran que “Danilo no es Leonel ni nada que sele parezca y que la orquesta tocará la partitura que el directordecida”. Eso podría estar bien, pero depende.
Otros, más pesimistas, se rasgan las vestiduras porque pensaban que elex presidente y su cohorte irían derechitos a las barras del Senado.La caduca sentencia de Meriño no es aplicable.
Leonel Fernández no tiene cargos de sangre durante sus ejercicios dedoce años, incluyendo la salida espectacular del 1996 cuando Balaguery Bosch lo catapultaron.
Y no hay asesinato alguno que se le pueda atribuir ni de un “Goyito”García Castro ni Orlando Martínez” y ni siquiera un caso de ‘golpeacechado’ como el de Marcelino Vega. Leonel, por tanto, sólo sufrirálas denuncias de algunos dirigentes y de otros que quieren hacerle unatrastada a la historia. Ni siquiera el tema del “déficitpresupuestario” le enrostrarían porque ninguna instancia procederásobre esos términos.
Danilo, tras su primer mes, ha salido indemne de la picota pública quesí espera que corrija lo que está mal y comience a hacer “lo quenunca se ha hecho” como es la eliminación del analfabetismo a nivelnacional y obligar a los funcionarios a entregar “una declaracióncertificada de bienes”.
Lo que está mal son los apagones, la falta de agua en los barrios deSantiago y otras ciudades, así como eliminar cobrar a los pobres enlos hospitales y dotar de medicamento a esos centros de salud.
Si Danilo sigue por ese “nuevo camino” y llega hasta “los diezmillones de turistas” podría pasar a la historia como el jefe delgobierno más honorable de las últimas décadas. Se ve como tareasencilla, pero no lo es; sería una de las faenas más difíciles de lavida nacional.Por eso es que la gente ve con respeto y solidaridad a Danilo yespera que no se le arremolinen ambiciosos y gente que busca ventajasdesproporcionadas. Se rechaza un nuevo anillo.
La gente espera el “sofocón impositivo” consciente de que sería unsacrificio extremo por aquello que dice el representante del FondoMonetario Internacional (FMI), de que “de los impuestos y la muertenadie se salva”.
Bueno, es verdad que lo único cierto en la vida es la muerte, peromientras esta llega a temprana y avanzada edad, la gente quiere vivircon apego a la decencia emanada de sus gobernantes y la solidaridad delos demás gobernados.
Este primer de mes de Danilo la gente lo ha recibido con paciencia yve al presidente como una persona honorable y sin petulancia alguna.Debe aprovechar esta coyuntura para afinar su puntería y hacersequerer más del país. Ninguna obra de gobierno es mejor que aquella quese concilia con las aspiraciones de la sociedad.
Y sin tener que ilusionar a nadie con aquello del “Nueva Yorkchiquito”, puede simplemente ser inspirador de una obra de gobiernohonorable para que la gente se sienta tranquila segura al vivir.
Corresponde al nuevo jefe del gobierno mantener esa aspiración sin quese esfume como si fuera sólo una ilusión.
Es el primer mes, es verdad, pero faltan 47 meses más.