<b>Son tiempos turbulentos, de transición y transformación, las personas quieren empleos y la perspectiva de una vida decente, reclaman resultados en tiempo real, ahora y no en un futuro distante, acotó. </b>
Naciones Unidas, 25 sep (PL) El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, resonó hoy las alarmas ante la extendida inseguridad, injusticia, desigualdad e intolerancia existente en el mundo.
Al inaugurar aquí el debate del LVII período de sesiones de la Asamblea General, Ban criticó a los gobiernos que gastan vastos y preciosos recursos en armas mortales al tiempo que reducen la inversión en sus ciudadanos.
Son tiempos turbulentos, de transición y transformación, las personas quieren empleos y la perspectiva de una vida decente, reclaman resultados en tiempo real, ahora y no en un futuro distante, acotó.
Recordó que sus prioridades en su segundo mandato al frente de la ONU son el desarrollo sostenible, la prevención de conflictos, la seguridad en el mundo, la asistencia a los países en transición y el empoderamiento de las mujeres y la juventud.
Dijo que la primera de esas cuestiones es la "llave de nuestras esperanzas para el futuro", pero advirtió que la pobreza y la desigualdad todavía son endémicas.
Asimismo, sostuvo que la crisis económica no puede ser una excusa para fracasar en los compromisos trazados como los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
No puede haber paz sin desarrollo ni desarrollo sin paz, sentenció Ban Ki-moon ante más de un centenar de jefes de Estado y Gobierno.
Alertó sobre las situaciones en Afganistán, Congo Democrático, Sudán y Sudán del Sur, Somalia, Libia, Myanmar y la crisis en el Sahel.
Sobre esta última región advirtió que no recibe la atención ni el apoyo suficiente de parte de la comunidad internacional y alertó sobre la pobreza, la fragilidad, la sequía, el sectarismo, los cambios inconstitucionales y el creciente extremismo existente.
Al mismo tiempo, llamó a profundizar la lucha en materia de seguridad alimentaria y los crecientes precios de los alimentos.
Sobre la crisis en Siria, el titular de la ONU señaló que se trata de una calamidad regional con ramificaciones globales, "una seria amenaza a la paz y seguridad internacionales que requiere la acción del Consejo de Seguridad".
Al respecto, pidió respaldar los esfuerzos del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, el argelino Lakhdar Brahimi.
Tenemos que detener la violencia y el flujo de armas a ambas partes en conflicto y poner en marcha lo más pronto posible un proceso de transición liderado por los sirios, subrayó.
Por otro lado, reclamó el fin de las décadas de severa ocupación y humillantes restricciones en la vida de los palestinos y la realización del derecho de ese pueblo a un Estado propio viable.
Reafirmó que la solución de dos Estados (uno israelí y otro palestino) es la única opción sostenible y denunció la construcción de asentamientos de colonos israelíes en los territorios ocupados como un atentado contra los esfuerzos de paz.
Asimismo, expresó su esperanza en el éxito de la próxima conferencia sobre el establecimiento de una zona libre de armas nucleares y de todas las de destrucción masiva en el Medio Oriente.