<b>VENTANA:
Loma Miranda debe perdurar, por los
siglos de los siglos, como patrimonio natural de todas las generaciones de
dominicanos</b>
El
agua cristalina de cascadas y manantiales que bajan entre recodos y meandros
por pronunciadas pendientes, su prolífico régimen de lluvias, el canto de las aves
que anidan y revolotean entre las ramas de sus tupidos árboles, sus más de 200
especies botánicas, en su mayoría endémicas, el rugir del viento entre la copa
de los árboles, la niebla matinal.
Todo
ese cúmulo de riquezas, que es loma Miranda, y que ha estado ahí día por día, año
tras año, siglo tras siglo, vale más que todo el dinero del mundo.
Y
mucho más que todos los recursos mineros que se puedan extraer en cualquier
parte del mundo. Es que la riqueza con que dotó la naturaleza a loma Miranda y
sus alrededores aportan mayores beneficios a este país que todo el dinero que
pueda tener la empresa Falcondo Strata Nickel.
Esa parte del territorio nacional, que es un
pedazo de ese santuario natural donde nacen nuestros principales ríos y
arroyos, que es la cordillera Central, hay que protegerlo, por encima de todos
los poderes que medran en busca de un contrato que solo persigue llevar la
hecatombe a ese lugar, por más argumentos que tengan sus responsables directos.
Ecologistas,
legisladores, religiosos, profesionales, regidores, estudiantes, agricultores,
comunicadores, dirigentes políticos, empresarios, munícipes, en fin, la
sociedad civil de conjunto se ha pronunciado ya en contra de que se otorgue el
contrato de explotación minera en loma Miranda.
No
hay porqué sacrificar una parte tan importante de nuestra geografía nacional para
convertirla en páramos. Veámonos en el espejo de lo que ha ocurrido en otros lugares
donde se ha dado permiso para extraer minerales.
Debemos
ponernos todos a una para impedir que ninguna empresa en particular o consorcio
internacional pueda erradicar una riqueza que es parte intrínseca del
patrimonio nacional.
<b>
Todos
los empleos y beneficios tangibles que pueda generar la Falcondo Strata Nickel nunca
será suficiente para resarcir los daños ecológicos que provoquen las
extracciones de níquel en esa zona. Y por ello, se debe impedir a toda costa
que Medio Ambiente le otorgue el permiso de explotación. </b>
No
nos dejan mentir los cráteres lunares que nos han dejado en los sitios donde
han operado empresas como la Rosario Dominicana, en Pueblo Viejo, Cotuí, y
ahora la Barrick Gold en su explotación para extraer oro y sulfuro del subsuelo.
Expertos aseguran que en el área de
influencia de loma Miranda hay 122 mil tareas cultivadas, principalmente con
arroz, que se verían afectadas al recibir un agua contaminada para el reguío.
También, que debido a la
contaminación por sales de cromo y otros metales pesados, 420 mil personas
vinculadas a la agricultura en ocho provincias y localidades verían afectada su
calidad de vida y la productividad por medio del cultivo de la tierra.
La Academia de Ciencias, en un
artículo que incluye en su último boletín, titulad “Loma Miranda, la huella
ecológica y social de la minería”, destaca que las fuentes de agua de loma Miranda
sirven de sustento para el desarrollo de la agricultura del principal centro de
producción agrícola del Valle de la Vega Real, alimentan la presa de
Rincón y abastecen de agua potable a San Francisco de Macorís, Salcedo y El
Pino, entre otras.
Está en
marcha ya un proyecto de ley que declara a loma Miranda como Parque Nacional, de
la autoría del senador Euclides Sánchez, de la provincia La Vega, y que ha
concitado el respaldo de la mayoría de sus colegados en el Senado y de las
distintas bancadas de diputados.
En resumidas
cuentas, loma Miranda debe perdurar, por los siglos de los siglos. Por el bien
de las sucesivas generaciones de dominicanos, y del mundo.