El domingo próximo, 7 de octubre se celebrarán elecciones generales en la Republican Bolivarian de Venezuela y en el coloso del Norte, los Estados Unidos de America, serán un mes después, el 6 de noviembre.
Ambas elecciones tienen un especial significado para los habitantes de este país, no sólo por la enorme cantidad de los nuestros que viven en los Estados Unidos, sino por la mayoría del país que aun vive en estos 48 mil, 400 kilómetros cuadrados. Unos porque quieren y otros porque no tienen alternativa.
Curiosamente tanto Chávez como Barak Obama se postulan a una reelección. Chávez la tercera y Obama la segunda. Ambos líderes han cambiado -quizás para siempre- las perspectivas de esas dos sociedades tan queridas por los habitantes de este país.
Chávez rescató a Venezuela del desorden, de la iniquidad y de la miseria espiritual que abatía a ese país, amén de la reestructuración de su política educativa -eliminó el analfabetismo- y por los programas de salud que han elevado, el uno y el otro, a un segmento decisivo de la población de ese país que, pese a su enorme riqueza petrolera, padecía los más intensos rigores del atraso e injusticia social.
Chávez recurrió a su petróleo como la principal arma de su política Exterior; se abrió a todos los países del mundo, pero utilizó a los médicos y profesores cubanos para sacar a su pueblo de la ignorancia más enajenante, y de paso extendió su solidaridad con los pequeños países del Caribe, ofertándoles créditos blandos para la adquisición del petróleo, vital para el desenvolvimiento económico de estas naciones. Petrocaribe es un programa que ha significado un respiro tranquilizante a las escuálidas economías del entorno geográfico de Venezuela.
Ese programa vital para la economía de estos países ha sido utilizado por la oposición venezolana para mostrarlo como un ejercicio irresponsable de los recursos naturales de ese país alegando que Chávez regala, o dona por razones políticas, el petróleo.
El domingo sabremos si el pueblo venezolano refrenda o no esa argucia contra el ejercicio gubernamental del presidente Chávez. ¿Qué pasaría a la economía de este país, a nosotros los dominicanos, que el señor Henríquez -el opositor de Chávez ganara- y exigiera a los beneficiarios del Acuerdo Petrolero del Caribe que paguen de inmediato sus cuentas?
La reacción se la dejo a usted amigo lector.
<b>Reelección de Obama:</b>
Plantear una reelección en un país desarrollado, sea europeo o en los Estados Unidos, no es un asunto que institucionalmente preocupe a ningún ciudadano.
A nadie se le ocurriría que en un país bien sólido institucionalmente a alguien pensaría introducir prácticas fraudulentas para lograr la prolongación de un gobierno local.
Sencillamente el elector no piensa de esa manera y ejerce el sufragio sobre la base del ejercicio gubernamental, si le conviene o no, y en base a las perspectivas a nivel nacional e internacional de su país.
En ese sentido los norteamericanos mas liberales han asimilado a Obama como la figura que garantiza un proceso abierto que no olvida a nadie y que abre las puertas a todos.
La extrema derecha, especialmene integrada en el llamado Tea Patry, se ha embarcado en un esfuerzo para descalificar a Obama como el hombre para el momento actual de los Estados Unidos y prefieren al señor Mitch Romney un mormón que ha tenido gran éxito tanto en sus empresas como en la política.
La mayoría -hasta donde lo dicen las encuestas- opinan que Barak Obama -por el bloqueo político de los republicanos- no ha tenido la oportunidad de aplicar una serie de políticas que beneficiarían a los jóvenes estudiantes latinoamericanos nacidos en Estados Unidos, o que llegaron pequeños a ese país. Tanto como l.8 millones de jóvenes recibirían facilitaría de créditos y oportunidades, así como seguro médico a una inmensa cantidad de norteamericanos pobres y muy pobres.
Lamentablemente los dominicanos no votamos ni por Chávez ni por Barak Obama. Solo nos queda expresar nuestros sentimientos de buena voluntad en un sincero afán de ver crecer las políticas sociales en el tumultuoso mundo de hoy.
Por eso aspiramos que la conciencia latinoamericanista y bolivariana en Venezuela reivindique el proceso de Chávez que ha cambiado para siempre a los hombres y mujeres de la Patria de Bolívar. Y de los Estados Unidos aspiramos que Martin Luther King y otros tantos luchadores por los derechos humanos y la igualdad, mantengan en el poder a una figura tan comprometida con la paz, la no violencia y el respeto a los demás como Barak Obama.
Esa es mi aspiración y entendemos que nuestros pueblos van mejor con Chávez, Obama y, desde luego, con un gobierno aqui como el de Danilo Medina.
Es nuestra sincera opinion.