ROL
EN AMÉRICA LATINA.-LA
PATRIA DE la Antropología Forense es la Universidad de Turín. El año, el 1876.
De ahí en adelante, habitaron los precursores científicos forenses de la ciencia
positiva, que primeramente se llamó Antropología Criminal, y luego
Criminología, o la Nueva Ciencia: la ciencia de los delincuentes. <br>
Ese año se
publicó la obra L’Oumo Delinquente,
estudio que marca el inició de un círculo de estudios sobre los problemas
centrales del hombre delincuente y del fenómeno de la delincuencia. Pero el
nacimiento de la Antropología Forense, ya como disciplina dedicada al estudio
de los restos óseos ya como técnica de Investigación Científica del Crimen, lo
situamos a partir de la internalización de la criminología, el desarrollo de la
criminalística, gracias a que los primeros criminólogos fueron antropólogos. Hoy
hay muchos elementos comunes entre la Criminología y la Antropología Forense.
Fueron
los médicos los que se encontraron en la línea de avanzada del trabajo de la
investigación forense, éstos representaron un papel natural en la formulación
de los casos de los delincuentes, y era la biología la ciencia dominante, lo
cual nos conduce a reconocer el valor que tenía la antropología en ese
entonces. Muchos documentos de la época rubricados como libros de antropología
forense, en realidad, estuvieron conformado de contenido médicoelgal. Y es
necesario notar que en todos esos documentos, la idea de las ciencias forenses
de la época era que comprendían disciplinas, como patología, antropología,
odontología, toxicología, radiología, clínicas y psiquiatría forenses, lo cual
es bueno, ya que en todas existe una interrelación. Cuando los músculos
desaparecen en el cadáver, surge in interés por los huesos. Cuando la vida
desaparece, surge el interés por la historia. Y la antropología contemporánea
es esa disciplina, para lo cual utiliza técnicas muy variadas como la
arqueóloga y la radiología.
En la primera se llevan cabo exhumaciones,
mediante las mas variadas técnicas de excavación, en la segunda, se emplean
tomografías axiales para determinar lesiones, o en la identificación de
personas es preferible la radiografía que la fotografía.
Cuando pensamos en que consiste la Antropología
Forense, el concepto de “biografía ósea”, o de evidencia esquelética puede ser
suficiente para entender las tareas que a través de ella se pueden realizar.
Una biografía ósea es como la carrera vital, el historial de vida de una
persona. Y la evidencia esquelética es la reconstrucción del esqueleto que se
lleva al laboratorio par los fines de identificar y establecer otros objetivos
de investigación forenses. La antropología Forense consiste en aplicar a
problemas de la medicina legal conocimientos de la antropología física sobre
variabilidad esquelética. La mejor forma de fechar el esqueleto es la
información que aportan los objetos. En cuerpos jóvenes o de adultos, la fusión
epifisaria es una clave de utilidad, porque sirve para determinar la edad del
esqueleto. El sexo del esqueleto incompleto, además de la pelvis o de la
mandíbula, puede ser determinado por el cráneo. En los hombres son más grandes
que las mujeres. Las mujeres tienen dientes más pequeños, los arcos
superciliares y los procesos mastoides son muchos más grandes en los
hombres. En cuanto a la raza, es más
difícil, por varias razones. Los rasgos del cráneo o de los dientes inciden en la
determinación de la raza. Las formulas de la estimación de la altura también
deben tomarse en cuenta las razas.
Pero no es todo lo que los antropólogos
forenses pueden buscar en el esqueleto, también surge el interés por otras
características. La pelvis de la mujer que dio
a luz al término del embarazado, tiene características muy particulares.
El hábito de lateralidad puede comprobarse por leves cambios en el
omóplato. Las enfermedades también dejan huellas ne le hueso. Las operaciones y
fracturas del hueso pueden ser observadas. Muchos rasgos patológicos se
comparan con el historial medico del individuo. Las fichas médicas u
odontológicas. Aun si estos no existieran, los investigadores forenses pueden
hablar con los familiares para poder identificarlos.
Muchos antropólogos y patólogos trabajan
juntos en el establecimiento de la causa y modo de la muerte. Los primeros son para
estar más familiarizados con esqueletos, ayudan a los segundos cuando se
analizan traumatismos manifiestos en los huesos. Un traumatismo muy frecuente
es la herida de bala, cuya característica principal es el orificio de entrada
con biselado hacia adentro, y orificio de salida, con biselado hacia afuera. La
balística medicolegal criminalística demanda una base de
conocimientos antropológicos.
En Latinoamérica, los años 70 y 80
fueron tiempos de muchas “guerras sucias”, fueron tiempo de desaparecidos, de
torturas, de secuestros políticos y de armisticios que dejaron un gran problema
para futuras investigaciones en el campo de la Antropología Forense: la
identificación de desaparecidos y la identificación ósea. Muchos métodos fueron
empleados para desaparecer cadáveres de las personas asesinadas. La cremación
de los cuerpos en los cementerios, sin dejar registro oficial alguno, tirar los
cuerpos desde aviones en dejarlo caer en el mar, o sencillamente enterrarlos
sin identificar en los cementerios municipales de poca importancia, o mediante
registros alterados, falsificando las actas de defunción, marco deficientemente
esa época.
Gracias al empleo de las técnicas
arqueológicas, las exhumaciones permiten no destruir la evidencia y hacer muy
probable la identificación de los restos óseos encontrados. Los casos pueden
ser puestos en marcha mucho tiempo
después de haber sido denunciado, con la consiguiente pérdida de evidencias de
registros y de archivos.
Para
la arqueología forense, el primer paso es la localización de la sepultura. Se
pueden considerar varios factores para localizar sepulturas en un cementerio,
a) un cambio de vegetación, b) una depresión en el terreno, del tamaño y la
forma aproximadas a las de un cuerpo. El arqueólogo se vale de testimonios y
señales para localizar las sepulturas, lleva a cabo una prospección arqueológica,
las cuales sirven para determinar las
características físicas y topográficas del lugar. Las técnicas de
excavación provienen de la arqueología prehistórica, así que no hablaremos de
la forma en que esta se lleva a cabo. Pero, la arqueología forense, tiene un
procedimiento elemental para documentar la investigación de una sepultura.
Mediante fotografías sucesivas, esta va dando cuenta de la ubicación de la
sepultura, del nombre que aparece en la lapida, de la costumbre de los
enterramientos en cada país, de la osamenta que se encontró en el ataúd, de que
se trata de una hombre o una mujer, de la ropa o de objetos específicos. Luego
se lleva a cabo un sondeo de la tumba y después se procede a excavar. El sitio
físico se convierte en la en la escena del suceso. No es necesario establecer
la cauda y el modo de la muerte, pero si se pueden llevar a cabo algunas
observaciones. Las evidencias encontradas no revelaran nada si se deja en la
fosa o en la tumba encontrada.
El
laboratorio forense que usan los antropólogos, los instrumentos, el Equipo
internacional de profesionales de la antropología, que investigan casos,
usualmente en violaciones a los Derechos Humanos.
En
América Latina la situación de la Antropología Forense es particularmente
positiva. El nivel de recursos humanos es notable, y la promoción a la
investigación de esta disciplina es muy satisfactoria, si no fuera porque las
Policías de la región disponen de escaso personal técnico y científico, y de
poco adiestramiento. La otra realidad que es que no nos enfrentamos a la
criminalidad mediante el nivel de desarrollo alcanzado por la Antropología
Forense. Eso se aprecia también en la Justicia, donde con frecuencia el juez
que conoce de una caso, se ve reducido a la impotencia, porque el mecanismo de
la violencia pudo hacer sido explicado de forma mas idónea mediante la
disciplina forense, incluyendo a la Antropología.