Madrid, 4 oct (PL) El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel García-Margallo, calificó hoy de desafortunadas las críticas lanzadas a su país por el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney.
Me parece muy desacertado que se pongan como ejemplo otros países sin conocer su realidad, opinó el canciller sobre las declaraciones de Romney en el primer debate televisado con el presidente y candidato demócrata a la reelección, Barack Obama.
El aspirante a la Casa Blanca manifestó la víspera que no quiere "ir por el camino de España", quien, según él, dedica más del 40 por ciento de su presupuesto público "al gobierno".
"España gasta el 42 por ciento de sus impuestos en gastos gubernamentales, yo no quiero ir por esa vía, quiero ir por la vía de crear empleos en este país", remarcó el contrincante de Obama, en la parte del debate electoral correspondiente al déficit público.
Bastante tiene un candidato de un país para exponer su propio programa, como para hacer analogías poco fundadas y poco contrastadas por la experiencia personal del que las ha hecho, opinó García-Margallo.
Respecto a un reportaje sobre las consecuencias de la crisis en esta nación europea, publicado en el diario The New York Times, admitió la existencia de un "un problema de imagen" hacia el exterior, en lo cual trabaja su departamento para revertir esa percepción.
Para el titular de Exteriores, las fotos del citado reportaje, titulado En España, austeridad y hambre, tienen "poco que ver" con la realidad.Se podrían tomar imágenes semejantes de Nueva York con la intención de transmitir una idea diferente de Estados Unidos, señaló.
La referencia de Romney tuvo también la respuesta de la secretaria general del conservador Partido Popular (PP, en el poder), María Dolores de Cospedal, quien advirtió que "España no está ardiendo por los cuatro costados como algunos pretenden hacer ver al exterior".
Nuestra imagen está dañada y recuperar la confianza es muy difícil, admitió la número dos del PP, quien intentó minimizar el creciente descontento social frente a los severos recortes sociales y laborales aplicados por el gobierno de Mariano Rajoy.Cospedal atribuyó esa vigilancia exterior al interés de "muchas personas en que el euro no tenga estabilidad".