En los últimos
9 años, la República Dominicana se ha convertido en un ejemplo a seguir, en
materia de buenas prácticas penitenciarias.
A pesar de que
la transformación del sistema carcelario tuvo sus inicios en el cuatreño
2000/2004, con la creación de la Escuela Nacional Penitenciaria, no fue sino
hasta la llegada del Partido de la Liberación Dominicana y el Presidente Leonel
Fernández al gobierno, cuando se dieron pasos contundentes, en el impulso del
proceso de implementación del Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria.
Fue a la
llegada del Lic. Francisco Domínguez Brito a la Procurador General de la República,
cuando se inicia el proceso irreversible de transformación carcelaria que ha
llevado al país, al reconocimiento nacional e internacional.
En solo dos
años al frente de la Procuraduría General de la República, el Lic. Domínguez
Brito, logro avanzar de tan solo la primera etapa que se había iniciado en las
instalaciones de la Fortaleza San Felipe, Puerto Plata, a la construcción de la
Segunda Etapa del Centro de Corrección y Rehabilitación del mismo nombre, y la
edificación de otros 8 CCRs en diferentes
zonas del país.
Sin embargo,
ese proceso de gerencia y de voluntad política de parte del Lic. Domínguez Brito,
fue acompañado por el Lic. Roberto Santana Sánchez, el Dr. Ysmael Paniagua
Guerrero y un equipo de hombres y mujeres, que han dedicado miles de horas de
forma gratuita.
Esos hombres y
mujeres de la Escuela Nacional Penitenciaria, que se han dedicado 24 horas al día,
los siete día de la semana, han hecho
posible que por primera vez en la República Dominicana, se inicie el proceso
del fin del irrespeto a los derechos humanos, el maltrato y el hacinamiento.
Es el proceso
de formación y selección del personal que dirigen los Centros de Corrección y Rehabilitación,
así como la estructura que comprende la Oficina Coordinadora del Nuevo Modelo
de Gestión Penitenciaria, que ha permitido que el proceso de reforma sea
reconocido y tenga los niveles de credibilidad en amplios sectores de la
sociedad dominicana y del mundo.
Con la
aplicación de un proceso de evaluación y selección transparente, sin tomar en
cuenta banderías políticas ni clases sociales, los Agentes de Vigilancia y
Tratamiento Penitenciarios, integrados por bachilleres y profesionales de
incuestionable calidad humana, valores y
capacidad, han llevado al Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria, a estadios de
desarrollo nunca pensados en el país.