Miguel
Vargas no lo sabe. Pero alguien cercano debería decirle que no tiene futuro en
la política, mucho menos en el Partido Revolucionario Dominicano que traicionó
vilmente para impedir que ganara las elecciones dejando en la orfandad a más de
dos millones de personas. Y frustrando las aspiraciones de cambio del pueblo
dominicano.
Miguel
Vargas, bajo la dirección de Leonel Fernández, contribuyó con la derrota de su partido. Más de 300 mil
militantes y dirigentes del PRD hoy no están en el poder, disfrutando de por lo
menos un empleo digno, gracias a la traición del presidente de su propio
partido. Y eso, no tiene perdón de dios, menos de los hombres.
Protegido
por su socio Leonel Fernández a través del Tribunal Superior Electoral, Miguel
cree que el PRD le pertenece. Se ha proclamado “Ley, Batuta y Constitución”. El
es Comisión Política, Comité Central y presidente de los frentes de masas y
demás organismos del partido. (Una especie de conejo Bud)
La verdad es
que Miguel ha secuestrado los organismos del partido. Y ha secuestrado,
consecuentemente, la democracia interna. Los Estatutos dicen que la Convención
se realizará cada cuatro años, y extraordinariamente cuando sea convocada por
el Comité Ejecutivo Nacional. Pero Miguel le tema a la Convención como el
diablo a la cruz. No quiere Convención, ni hoy, ni mañana, ni nunca. Sabe que
no ganará jamás una Convención en el PRD.
Los
estatutos establecen que el Comité Ejecutivo Nacional “se reunirá ordinariamente
cada tres meses, convocado por la Comisión Política, el presidente, el
secretario general, y extraordinariamente
cuando sea convocado por la tercera parte de sus miembros, por su
Comisión Política, por el presidente y el secretario general o por el presidente.
(El CEN no se reúne cada tres meses como manda el estatuto. Miguel no quiere)
La Comisión
Política se reunirá ordinariamente cada siete días y extraordinariamente
cuantas veces la convoque el presidente, el secretario general o la tercera
parte de sus miembros. (Como todos sabemos, la Comisión Política hace mucho
tiempo que no se reúne porque Miguel le
teme a los resultados)
El
Presídium, un organismo de alto nivel del partido, debe reunirse todos los
meses. Pero Miguel se opone tajantemente.
La Comisión
Nacional Consultiva, organismo de alto nivel designada por la Convención, no ha
sido convocada por Miguel, también por miedo.
Las
atribuciones del presidente del partido Miguel las han violado casi todas o las
ha desconocido flagrantemente.
Miguel no
representa (ni es) “las autoridades del partido”. Si él es autoridad del PRD
también lo es Orlando Jorge Mera, Geanilda Vásquez, Andrés Bautista, al igual
que los demás dirigentes electos en la misma convención que Miguel.
Sin ninguna
autoridad Miguel “quita y pone” antojadizamente miembros de la Comisión
Política y el Comité Ejecutivo elegidos en la convención que él, con el apoyo
de la Junta Central Electoral, lo cual resulta inaudito.
La
institucionalidad del PRD no la representa Miguel. Al contrario, ese señor es
la negación total de la institucionalidad porque no respeta los organismos ni a
sus miembros, porque viola los estatutos y las políticas emanadas de la
Convención, la Comisión Política y el CEN.
Miguel no es
el PRD. Es la negación del PRD.
¿Con qué
derecho Miguel toma militarmente la Casa Nacional del PRD, le pone candado para
impedir que los demás dirigentes y militantes que no forman parte de su
corriente puedan entrar? ¿Es eso institucionalidad? ¿Por qué Miguel ordenó que
Geanilda Vásquez, secretaria de organización, no utilizara sus oficinas, ni
Orlando Jorge Mera, entre otros dirigentes?
El artículo 19 de los estatutos que unas veces
Miguel dice respetar, pero que otras veces pisotea, dice que,”la soberanía del
Partido reside en su militancia y se ejerce a través de sus organismos”.
Miguel no está
amparado en la militancia del PRD, ni en sus organismos, sino en la fuerza
política y económica del gobierno de Leonel Fernández, Danilo Medina y el PLD.
Esa es su base de sustentación.
Lo que sí me
resulta inconcebible es que la parte institucional representada en Andrés
Bautista, Orlando Jorge Mera, Geanilda Vásquez, entre muchos otros, no hayan
actuado como demandan las circunstancias. Ha sido débil, conservadora y
cobarde. A grandes males, grandes remedios. Miguel es uno, respaldado por el
gobierno, el PRD es otro, respaldado por dos millones de hombres y mujeres.
Si esa
institucionalidad legitima del PRD no actúa como debe actuar, no habrá PRD. Y
el gobierno podrá seguir “comiendo con su dama” burlándose y atropellando al
pueblo.
El pueblo
dice que “los traidores no pagan ni con la muerte”. Juan Pablo Duarte, el Padre
de la Patria, advirtió que, “mientras no se castigue a los traidores como se
debe, los verdaderos dominicanos seremos siempre víctima de sus maquinaciones”.
Y yo digo,
parafraseando al poeta Mario Benedetti, que un traidor “no se redime
suicidándose, pero algo es algo”.
La unidad en
el PRD ya no es posible. Hace tiempo que Miguel trazó la raya de Pizarro. Con Miguel no hay nada que hablar, ni nada
que negociar. No sigan perdiendo el tiempo.