Como todos sabemos, Seis Siete
Octavos ganó las elecciones para presidir el club El Rincón del Gato, mientras
Fito El Flaco, su anterior presidente, ahora anda por ahí muerto de la risa,
pues según las encuestas tiene buena puntación y eso le anima para volver a
postularse en los próximos comicios.
Humilde y bonachón, Seis Siete
Octavos llegó con buen ánimo a las oficinas del club, pero después de examinar
sus finanzas llegó a la conclusión de que su antecesor le dejó un cajón sin
dinero pero sí con numerosas facturas por pagar, lo que quiere decir que hay un
déficit prácticamente inmanejable, que amerita una verdadera Reforma.
Entre las irregularidades
encontradas por Seis Siete Octavos está
la que da cuenta de algunos préstamos cuyo destino se ignora, pero además de
que todavía se debe dinero de lo que costó el burro, aparte de la yerba para su
alimentación.
Ocurre también que algunas
dependencias del club fueron inauguradas por Fito el Flaco sin haber sido terminadas,
razón por la cual todavía no están en uso. Se recordará que una de las promesas
de campaña de Seis Siete Octavos
estuvo la de instalar “una estación de monta y remonta” para
multiplicar el número de burros existentes en el país, de cuatro patas
naturalmente, con la firme promesa de donar algunos de ellos al Club El Rincón
del Gato.
Otra fue “adecentar la
administración del Club”, pues dice que la anterior y sus compinches se beneficiaron “en la compra de muchísimos arenques,
aguacates y yuca”, que repartieron entre algunos amigotes, entre ellos un
colega que en Haití preside el club La
bande originale.
Seis Siete Octavos empeñó su palabra en cuanto a “no prometer, sino hacer”, con la garantía de
que preservaría lo bueno, modificaría lo que está mal y haría “lo que nunca se ha hecho”, que algunos
allegados suyos todavía confían en que será construirle un segundo piso al
país, pero sin sanitarios, a fin de que los desechos les caigan a los que están
abajo, por pendejos, sobre todo si se materializa la proyectada Reforma Fiscal.
Seis Siete Octavos no sabe qué hacer ante el desastre
encontrado. Sin embargo, algunos directivos que fueron ratificados en sus cargos,
algo increíble, le han metido en la cabeza hacer una Reforma que sin dudas
afectará a todos los miembros del club, que incluso deberán pagar impuestos a
favor de quienes no pagan impuestos, aparte de que para usar el burro será
necesario pagar el 1% de su valor.
Pero lo más divertido, aunque peligroso, es que hasta ahora
los afiliados al club El Rincón del Gato se mantienen tranquilitos, aunque por
lo bajo muchos están pensando en realizar una protesta masiva de chupe usted y
déjeme el cabo. El problema es determinar cuánto tiempo podrá aguantar Seis
Siete Octavos, porque si por mano del diablo renuncia, automáticamente la
presidencia del club pasaría a manos de la vicepresidenta, que es nada más y
nada menos que Fina, la esposa de Fito
el Flaco.
Los neutrales están rezándole a san Caralampio que eso no
suceda, porque hay muchos que desearían pescar en río revuelto, aunque el mismo
se secó hace tiempo.
Solamente la ayuda de don Fernando Maluco Iglesias,
cariñosamente FMI para sus amigos, podrá salvar momentáneamente la administración
de Seis Siete Octavos, sobre quien algunos dicen, llevándose de rumores, que
cambiará sus lentes por unos de madera, para en muchos casos hacerse de la
vista gorda.
No se vayan, queridos amigos, que ahora es que esto se pone
bueno.
Por Santiago Estrella Veloz/DiarioDigitalRD