El Nuevo Diario, en su versión digital, trae la siguiente información, también ofrecida en El Nacional de Ahora, edición impresa y en otros medios nacionales:
“Bautista Rojas Gómez informó que Medio Ambiente se tomará “el tiempo que sea necesario” para tomar su decisión porque ya pidió Falconbridge Xstrata Nickel que prepare un nuevo estudio de impacto en las cuencas hidrológicas y una evaluación a un organismo de Naciones Unidas.”
“Aclaró que no pidió la evaluación a organismos dominicanos que tienen técnicos calificados como la Academia de Ciencias porque ya han expresado opiniones sobre el conflicto y se han descalificado para emitir una opinión técnica independiente.”
Irrespetando su función y desconociendo la capacidad y la autoridad del personal bajo su mando el Ministro de Medio Ambiente se ha negado a cumplir e impide que sus subalternos cumplan los mandatos de la Ley 64-2000.
A quiénes ha de consultar entonces:
1.- A Falcondo, a quien pide un nuevo estudio y por lo visto no se ha “descalificado”.
2.- Al PNUD, organismo internacional que acepta “mediar” en un caso de interés privado frente al interés de una región y de miles de ciudadanos.
3.- A quienes han callado sobre este tema.
Pero todas las voces preocupadas por el destino y el presente de nuestros recursos naturales ya han hablado, han marchado, han producido documentos y declaraciones: se han “descalificado” si aceptamos las palabras del funcionario calificado para tomar decisiones en asuntos ambientales y no para validar el derecho ciudadano a la opinión:
La Academia de Ciencias, la UASD, el INSAPROMA, las organizaciones ambientalistas, el movimiento social, las comisiones ambientales del Congreso, las Iglesias, las organizaciones cooperativas, los pobladores, los campesinos, las comisiones ambientales de los partidos incluyendo a los ambientalistas del PLD, los técnicos del Ministerio Ambiente, entidades profesionales y la inmensa mayoría del pueblo dominicano están “descalificados” si aceptamos las infortunadas palabras del Ministro.
El Ministro se ha negado a dar a conocer la opinión de sus técnicos (¿para no descalificarse?) y de las distintas unidades del Ministerio cuya obligación es caracterizar ambientes, ordenar territorios, evaluar proyectos, consultar a la gente, diseñar estrategias de intervención y, en resumen, cumplir las funciones para la que fue creado.
En el caso de Los Haitises, se trató de un conflicto entre el Ministerio, que había valorado positivamente un proyecto, y la ciudadanía que lo rechazaba. En esta ocasión nadie conoce la posición técnica del Ministerio ya que este se ha inhibido, en un acto inconstitucional e irresponsable.
El Ministro descarta a “los que han expresado opiniones en torno al conflicto”. ¿A quiénes piensa escuchar o ha escuchado ya?
Cuando anuncia que le ha pedido a FALCONDO que haga de nuevo sus estudios, ¿cuál es la valoración que tiene de los que tiene en la mano?
Es obvio que con los estudios presentados por la compañía minera lo único que puede hacer el Ministerio es rechazar el proyecto como han reclamado la comunidad científica, el movimiento ambiental, los campesinos y pobladores y la inmensa mayoría del pueblo dominicano.
Al descalificarse a sí mismo y desautorizar la entidad que dirige al ministro le quedan dos salidas:
1.- La renuncia inmediata para dar paso a alguien con conocimiento y respeto por las leyes ambientales, con capacidad y voluntad de escuchar a la ciudadanía y sus instituciones. Ó;
2.- Asumir el cumplimiento pleno de la Ley 64-2000, convocar y escuchar al cuerpo de especialistas y técnicos del Ministerio Ambiente, incorporar la experiencia de sus correligionarios que han estado vinculado a asuntos ambientales y establecer puentes y vías de consulta con las comunidades, los grupos ambientalistas y las entidades técnicas.
Un ministro no es El Ministerio que dirige, aunque la vocación napoleónica, el verticalismo heredado de las dictaduras unipersonales, la prepotencia y el delirio de grandeza les hagan confundir una cosa con la otra.
Miranda no será destruida, el pueblo dominicano lo impedirá.
Señor Ministro, Loma Miranda es innegociable. No importa lo que diga el PNUD, no importa lo que diga usted, “está diciendo que no a un solo grito la gente…,” como dice la canción del cantautor y diputado Manuel Jiménez.
Esta lucha por salvar Loma Miranda, es la lucha por el agua y por la vida debe ser también, y sobre todo la lucha del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Si usted se decide a encabezarla, estamos dispuestos a caminar juntos. Si insiste en estar evadir sus responsabilidades, en no escuchar la voz y acatar la voluntad del pueblo estaremos en trincheras diferentes.
Para que siempre haya agua. Para que siempre haya vida, PARA QUE SIEMPRE HAYA PATRIA.
¡MIRANDA NO SE NEGOCIA!