HAIFA, Israel, 19 nov (IPS) – Decenas de tanques israelíes se dirigían al sur el domingo 18 por la
carretera 6. Estampados con la estrella de David, letras en hebreo y
banderas israelíes, la imagen dejó a muchos pensando que este país
prepara una ofensiva terrestre de gran escala contra el territorio
palestino de Gaza."Todos los días veo tanques", dijo Mohammad Eghbariya a IPS.
"Me duele
porque sé que van a matar niños", añadió el joven de 20 años que
trabaja en una tienda de computadoras en UmmAl-Fahm, una localidad
palestina en el triángulo norte de Israel.
En tanto que ciudadano de Israel, Eghbariya dice que le duele la
muerte de civiles israelíes en ataques con cohetes, pero él es
palestino y solidario con el pueblo gazatí.
"Estamos con ellos, los apoyamos. Estamos relacionados en tanto que
palestinos", dijo Eghbariya, mientras en la pantalla de la computadora
de al lado el Canal 2 de Israel pasa imágenes de la guerra con
locución en hebreo. "Pero por supuesto, va a empeorar. Será peor por
el orgullo de ambos bandos", se lamentó.
El miércoles 14, Israel asesinó a Ahmed
Jabari, jefe del ala militar de Hamás (acrónimo árabe de
Movimiento de Resistencia Islámica), en la ciudad de Gaza, seguido de
un ataque aéreo contra el sitiado enclave palestino. Las bombas
golpearon 1.350 objetivos en la franja de 40 kilómetros de largo y 14
de ancho, según el ejército israelí.
Al menos 90 palestinos murieron y varios más quedaron heridos en menos
de una semana de violencia.
Hamás, que controla la franja de Gaza desde 2007, declaró que con la
muerte de Jabari "se habrían las puertas del infierno" para Israel.
Combatientes palestinos dispararon cientos de cohetes desde ese
territorio contra ciudades israelíes, algunos de los cuales impactaron
en objetivos tan lejanos como Tel Aviv y Jerusalén, y dejaron tres
israelíes muertos.
"La disuasión siempre es muy importante en los cálculos de Israel",
sostuvo el analista de política de Medio Oriente, Nathan Krall, del Grupo Internacional de Crisis (ICG, por sus
siglas en inglés).
"Siempre se ve a sí mismo como un pequeño país con muchísimos enemigos
que lo superan en cantidad, y por eso necesita que lo consideren
fuerte", dijo a IPS en Jerusalén, explicando la posibilidad de una
escalada de violencia.
La población palestina de Israel se movilizó contra la posible
intensificación de los ataques contra Gaza mediante manifestaciones en
distintas partes del territorio palestino de Cisjodania, en Jerusalén
y otras ciudades israelíes.
"Estamos aquí para protestar contra la agresión israelí y la guerra
contra Gaza", dijo Said Suidan, de 23 años, quien estaba entre las 40
personas que manifestaron el domingo 18 en Haifa, la mayor ciudad del
norte de Israel y la tercera del país.
"Estamos aquí en solidaridad con el pueblo de Gaza y con la
resistencia", añadió Suidan, estudiante de filosofía y sociología de
la Universidad de Tel Aviv.
"La resistencia palestina contra las políticas israelíes adopta varias
formas, balas en Gaza, piedras en Cisjordania y manifestaciones en
Israel, pero es la misma lucha", explicó.
"Soy parte del pueblo palestino. Este es mi deber. Levantamos la
cabeza por su fortaleza" (en Gaza), dijo Suidan a IPS.
Alrededor de 1,6 millones de palestinos son ciudadanos de Israel, que
representan 20 por ciento de los habitantes de este país. Las
autoridades locales suelen considerarlos una "amenaza demográfica"
para el carácter judío declarado de este estado.
El canciller israelí Avigdor Lieberman llegó a sugerir transferir el
control de las ciudades palestinas de Israel a la Autoridad Nacional
Palestina. Una ley obliga a todos los ciudadanos a declarar su lealtad
a Israel en tanto que estado "judío y democrático".
Según Jafar Farah, director de Mossawa, centro de apoyo a
ciudadanos árabes de Israel, la violencia en Gaza reconstruye la
solidaridad entre los palestinos que desde hace décadas están
divididos geográficamente y por las circunstancias cotidianas.
En cambio, casi no hay debates entre ciudadanos palestinos y judíos de
Israel sobre lo que ocurre en Gaza, observó Farah.
"La gente no habla del asunto, no habla de la situación. Si ves los
medios de comunicación israelíes, los judíos hablan entre sí, nada
más. No quieren escuchar la voz de la comunidad árabe, y eso también
se refleja en la calle", explicó.
Muchos palestinos dudan de hablar abiertamente con IPS sobre lo que
sienten en relación con la violencia en Gaza, pero la comunidad
denuncia cada vez más la situación y expresa su oposición mientras
continúan los bombardeos aéreos contra ese territorio palestino y
aumentan los muertos.
"Adultos y niños sufren en Gaza, y Estados Unidos y el mundo son
cómplices", señaló Mariam Odeh, residente de Haifa, quien participó en
la protesta del domingo. "Somos un pueblo, somos palestinos. Cuando
sangran en Gaza, sangramos todos", añadió.
(FIN/2012)