<b>El pueblo dominicano sabe que experimenta
un gobierno distinto a la mayoría de los que ha tenido en toda su historia.
Desde la proclamación de la primera
república, salvo excepciones muy efímeras, hemos estado mandados por
gobernantes de orígenes y comportamientos diferenciados, pero que han tenido
como espacio común la pasión por el poder. </b><br>
Con Danilo Medina nos ha tocado un
apasionado de las transformaciones, que tiene bien aprendidas las lecciones del
pasado, no se va a quedar a medio talle como Ulises Francisco Espaillat, que
quería un país regido por educadores, o su gran maestro, Juan Bosch, que quería
una sociedad en la que nada tuviera más fuerza que la ley, porque él sabe que
el que pretende cambiarlo todo, no cambia nada.
Danilo Medina marcó sus prioridades y las
presentó con franqueza al electorado, y tras ser favorecido por los electores no ha
hecho otra cosa que focalizarse en el cumplimiento de sus promesas, entre las
que nunca estuvo la de convertirse en acusador o persecutor del líder y
presidente de su partido, el doctor Leonel Fernández, cuyo apoyo fue
fundamental para la nueva victoria electoral del PLD.
Un sector de la clase media que arrastra
una malquerencia contra el ex-presidente Fernández, que él debe trabajar con
sentido autocrítico, ha querido ahogar, con sus protestas constantes, el
conjunto de medidas adoptadas por la nueva administración que están llamadas a
legarnos una sociedad más justa.
Por otra parte está el interés de los
políticos que aspiran a recibir el respaldo del electorado desde opciones
alternativas, tienen un gran escollo, un Partido de la Liberación Dominicana
unido y una figura como la de Leonel Fernández, con las mejores posibilidades
de volver a la presidencia de la República, por eso todo el interés por
descalificarle, que equivale a mover esa inmensa piedra de su camino.
Y desde luego que el movimiento también es
alentado por una mano peluda que desde una quinta campestre de San Cristóbal
sabe que Leonel puede volver a interponerse en su camino, y silograra vencer a lo interno, cosa que no será
tan fácil, entonces de nuevo estará el ex –presidente Fernández cerrándole el
paso, por eso hay que darle por la cabeza ahora.
Lo que ocurre es que no han hecho otra cosa
que alertarlo y variarle la agenda, que si estaba más pendiente de sus
ocupaciones intelectuales, sabráque no
puede descuidar la política criolla, porque lo han anticipado de lo que lo
espera.
¿Cuál ha sido la medida más importante
adoptada por Danilo Medina en los primeros cien días de gestión?
Me
la ponen en China cuándo me hacen esa pregunta porque no sé si quedarme con el plan
de titulación, con la centralización de compra de los medicamentos de los
hospitales públicos a través de Promese, con el programa nacional de
construcciones y reparaciones de escuelas, con la priorización en el
financiamiento de las pymes, con la eliminación del poder discrecional para los
permisos de importaciones de productos agropecuarios, con el Plan Nacional de
Alfabetización, con el cumplimiento de la Ley de Función Pública, con su
focalización en el impulso del turismo, con la eliminación de los gastos
innecesarios o con los apoyos que ha dado al sector agropecuario.
Todas son medidas trascendentes y ninguna
han sido adoptadas sin pasar por grandes jornadas de planificación,y otro detalle muy importante: el Danilo
Medina que gobierna es el mismo de siempre.