<b>Fue
un discurso sobrio, sin altisonancias, pero dicho con una franca sinceridad, de
un hombre que hablaba con el corazón. Rápidamente diferentes sectores de la
opinión expresaron opiniones contrarias, como es lógico, pues unos han apoyado
y otros han disentido. el mensaje del Nobel dignatario, y no era para menos.</b>
El
presidente Danilo Medina demostró que está en control de las esperanzas y los
retos que afronta el país y pidió paciencia a todos para que las medidas recién
aprobadas empiecen a dar los resultados de manera que se inicie la
recomposición de la economía nacional.
Fue
muy cauto y no tocó para nada lo que siempre ha sido un recurso de exculpación
para los presidentes que se inician. No le echó la culpa a nadie de lo que
ocurre, simplemente propuso enfrentar racionalmente el reto que tiene por
delante el país.
Pidió
a la nación que no tire piedras hacia atrás…más bien a los que quedaron atrás,
lo que se interpretó como
“borrón y cuenta nueva” para los involucrados en los denunciados casos de
fraude en el erario publico. Esa fue la parte que menos gustó de su discurso porque
la gente esperaba que le echara “fuego al gobierno anterior”.
Lo
que ocurre es que él no ve los personajes del anterior gobierno como adversarios,
pues sólo tiene usted que echarle un vistazo a su gabinete. Y “la ropa sucia se
lava en casa”.
Las
organizaciones del sector civil como ‘Toy Jarto’y otras que tienen presencia intensa en las redes
socialesse quedarán esperando una
situación de enfrentamiento interno entre los dirigentes del PLD. Sólo tienen
que recordar las disputas por la candidatura presidencial del 2007 para las
elecciones del 2008 que el actual presidente sólo se limitó a decir escuetamente:
“El Estado me venció”.
A
él no le pasó por la cabeza –supongo yo- ni siquiera indicar de dónde vinieron
esos fondos del 2007 que le troncharon en aquel momento su acceso a la candidatura.
Simplemente dijo lo que dijo y se calló. Nunca más se refirió al tema.
Luego
dijo a amigos que no iba a cometer el mismo error de la lucha interna del PRD
en elque prácticamente fue lo que
le costó su carrera política tanto a Peña Gómez como a Jacobo Majluta y abrió
el espacio para que Balaguer y Vincho se salieran con la suya sacrificando al
ingenuo Salvador Jorge Blanco creyendo, como decía mi madre en el “huevo de la
lechuza”. Salvador asumió trágico criterio de que con Balaguer le iría mejor
que con Jacobo. Y desventuradamente pagó un terrible precio.
Es
obvio que esa reflexión de Danilo, de no echar pleito, resultó “exquisitamente
feliz”. Porsu paciencia es hoy el
Presidente de la República aplicando el gobierno que “soñó de niño”, como
dijera Balaguer.
Creemos
que Danilo –por mas que lo solicite la opinión pública que quiere desenmascarar
a Leonel y su gente, lo más que se
podría conceder es a que le de
apoyo al procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito para que
fastidie a Félix Bautista y a Víctor Díaz Rúa, a lo sumo. Y eso sería todo,
pero sería mucho también porque salvaría su responsabilidad política ante el
país.
Pensar
en Nuremberg no es sensato porque no existen condiciones políticas para que un
algo así pueda realizarse, ni aún si hubiese sido Hipólito Mejía el presidente
electo en las elecciones pasadas.
Todo
candidato y su partido cuando gana la presidencia no piensa en revancha, mucho
menos en circunstancias como las quevive el país, sino en llevar a cabo su plan de gobierno y ganar la
aprobación política mayoritaria de la sociedad.
Lo
otro es revanchismo y “pura cháchara” aunque ello no implique que los
“aprovechados de los fondos públicos y responsables de los males actuales,
queden frotándose las manos satisfechos e inmunes”.
La
sociedad tiene derecho a reclamar que se establezcan responsabilidades y que
quede al descubierto toda la trama de enriquecimiento de los funcionarios de
Leonel Fernández, pero tenga conciencia de que esa iniciativa no va a salir del
Poder Ejecutivo, ya lo anotamos arriba.
Le
toca a Guillermo Moreno y a los suyos insistir en su posición y exigir lo que la
ley manda con respecto al procurador general de la República, pero, pero el
discurso del martes pasado fue una especie de rendición de cuenta de los
primeros cien días del Gobierno del licenciado Danilo Medina.
Dijo
una buena alocución y los distintos sectores del país la acogieron como una
pieza digna, sobria, propia de un hombre que parece saber lo que tiene entre
manos y que está consciente de los pasos que debe seguir para cumplir sus
propósitos.
En
general la gente acogió muy bien lo dicho por el presidente Medina. El ha logrado abrir un marco de esperanzas en
los distintos sectores activos de la sociedad.
Debemos admitirlo sin remilgos:
El Discurso Cayó Bien.