<b>A
pesar de los años transcurridos y de que el tiempo atempera las peores
experiencias, resulta angustioso escribir sobre la suerte que corrió el cadáver
del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.</b>
Nos
impacta tanto recordarlo, que nos impide tratar su suerte como la de cualquier
otro ser humano. Caamaño fue el compañero, el hermano, el héroe admirado por el
pueblo sensible de la República Dominicana.
Cuando
yo le reproché a un amigo general por qué no impidió el fusilamiento de Caamaño,
él me respondió que nadie podía evitarlo porque fue una orden directa de
arriba. Y “orden directa de arriba” quiere decir que fueron instrucciones
precisas del señor Presidente de la República, doctor Joaquín Balaguer. Ese
mismo Balaguer -maestro del cinismo- que se identificó ante Fidel Castro como
“su primer soldado” cuando el líder cubano lo visitó en su casa con motivo de
su gira oficial al país.
Ignoramos
si Fidel indagaría con Balaguer por qué fue muerto y luego calcinado el cadáver
del Héroe de Abril, pensamos que debió hacerlo aunque nunca se haya revelado.
Balaguer
temía vivo y muerto a Caamaño; odiaba que el coronel de Abril viviera en el país,
o fuera prisionero suyo. Se dice que Balaguer habría dicho que en el país no
había cárcel “para un preso como ese”, y por tanto directa o indirectamente
hizo saber a los jefes militares, cuál debía ser la suerte del jefe de la
guerrilla de Caracoles: Matarlo.
Pero
esa decisión extrema, ilegal e inhumana implica el reto de disponer de sus
restos. ¿Entregarlo a su familia?…A su padre que era un ex general de la Era
de Trujillo?.
Se
decidió que no sólo se llegó a la crueldad de matarlo sin un juicio en la
Justicia civil o militar por intentar una guerrilla en el país, sino que
también el cadáver era una afrenta horrible para sus asesinos.
La
incógnita sobre la suerte del cadáver de Caamaño lo despejó el diario “La
Noticia” , hace muchos años, cuando escrita por mí, se publicó una nota que
decía: “Caamaño fue Incinerado”.
Luego
supe queBalaguer quedó tan impactado
por la revelación,que esa tarde
no fue a caminar al Mirador como lo hacía cotidianamente. Temía que un
periodista lo cuestionara sobre el asunto.
Como
el comandante de las fuerzas anti-guerrilleras, general Beauchamp Javier fue
asesinado, corresponde al excontralmirante retirado, Milo Jiménez hijo, aclarar
la incógnita ante la opinión pública y decir la verdad.
Y
decir la verdad de la visita del padre de Caamaño,don Fausto, cuando solicitóa Balaguer los restos de su hijo.
Balaguer
le aseguró al padre de Caamaño que se le entregarían los restos del héroe de
Abril. Entonces Balaguer llamó a Jiménez hijo para que cumpliera su promesa y
éste le respondió: Usted sabe lo que ocurrió con el cadáver…qué vamos a hacer?.
Ante
esta clarificación Balaguer le habría dicho a Milo que se buscara un cadáver
parecido y que lo entregara sin cabeza…Es decir, se quería matar a un inocente
para cubrir farsa.
El
cadáver prometido por Balaguer al general Fausto Caamaño nunca se entregó y del
tema no se volvió a hablar.
Me
sorprende sobremanera que Claudio Caamaño diga que quedaron restos de Caamaño.
Personalmente dudo de esa versión.
Los
jefes militares dejaron en el lugar de la pira funeraria un personal militar
para garantizar que se cumplieran las diabólicas instrucciones. No es lógico
pensar que esos militares dejaran de cumplir esas órdenes.
Pero
aún después de una semana de que se incinerara el cadáver, por lo menos otro
jefe militar visitó el lugar para “garantizar que las instrucciones fueroncumplidas” y bajó del lugar seguro que
“del cuerpo del coronel no quedó nada”.
Como
quien ha propuesto que los restos del Héroe de Abril sean trasladados al Panteón
Nacional es el Senado, entendemos
que Reynaldo Pared Pérez, debe solicitar al presidente de la República, Danilo
Medina, que ordene una investigación definitiva por parte del Ministerio de las
Fuerzas Armadas.
Y
dado que el titular de las Fuerzas Armadas es un distinguido militar, elAlmirante Sigfrido Pared Pérez, hombre
de un claro sentido histórico, entendemos que se determinaría, de una vez por
todas, la responsabilidad de quien ordenó el fusilamiento y la cremación del
cadáver del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Estamos
seguros que esa es la vía de despejar las incógnitas sobre el final de la vida
de una persona tan heroica que el Senado de la República entiende que sus
restos deben ser trasladados al Panteón Nacional, en donde reposan los huesos
de aquellos que dieron su vida y su fortuna por la Independencia Nacional. Recuérdese
a Duarte y los otros Padres de la Patria.
Pero es indispensable que se le haga un exhaustivo examen de
ADN a los restos que Claudio dice que son de Caamaño. La historia se sirve con
legitimidad. Y todo deberá quedar aclarado para siempre.
Ese
es el legítimo camino Claudio.