<strong>La Habana (PL) En medio de fuertes turbulencias económicas en los denominados países industrializados, América Latina y el Caribe lograron en 2012 sortear sus efectos, al mantener cierta capacidad de resiliencia para enfrentar los impactos externos.</strong>
Pese a las dificultades que atraviesan Europa, Estados Unidos y otros países, la región finaliza el año con una expansión de su Producto Interno Bruto (PIB) de 3,1 por ciento, mayor al crecimiento mundial esperado del 2,2 por ciento, aunque menor al 4,3 registrado en 2011.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el consumo interno fue el principal impulsor de la expansión regional, gracias a la evolución de los mercados laborales, el aumento del crédito y, en algunos casos, de las remesas.
No obstante, el marcado enfriamiento de la demanda externa y una tendencia decreciente de los precios en la mayoría de los principales bienes básicos de exportación, transformaron al comercio exterior en el principal canal de transmisión de las crisis internacionales a la economía del orbe.
En este sentido, la CEPAL señaló que el desempeño económico de América Latina y el Caribe estuvo sujeto este año, así como lo estará en el venidero, a la forma que adoptaron los procesos de ajuste en los países desarrollados.
Precisamente el principal impacto de la situación externa se reflejó en el ámbito comercial, ya que el crecimiento del valor de las exportaciones se desaceleró marcadamente, desde un 22,3 por ciento en 2011 a un estimado de 1,6 por ciento este año.
En ese desempeño, según la CEPAL, incidieron el menor crecimiento de dos de las mayores economías del área, Argentina y Brasil, que representan alrededor de 41,5 por ciento del PIB regional.
A su vez, la pobreza continuó con una tendencia a la baja, aunque a un ritmo menor al observado en los últimos años, atribuido a las proyecciones de crecimiento económico positivo e inflación moderada.
Al respecto, la CEPAL dio cuenta que 168 millones de latinoamericanos se encontraban bajo la línea de pobreza en 2011, lo que equivale al 29,4 por ciento de la población de la región, para una baja de 1,6 puntos porcentuales con respecto a 2010.
De esa manera las actuales tasas de pobreza e indigencia son las más bajas observadas en las últimas tres décadas, lo que constituye una buena noticia para la región, aunque aún se registran niveles inaceptables en muchas naciones.
El desafío es generar empleos de calidad en el contexto de un modelo de desarrollo orientado a la igualdad y la sostenibilidad ambiental, acorde con la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.
Por otro lado, el empleo y los salarios crecieron durante el año, al tiempo que la tasa de desempleo urbano pasó de 6,7 por ciento en 2011 a 6,4 en 2012, cifra significativa en un contexto de desaceleración de la economía mundial.
Si bien la inestabilidad financiera global provocó menos ingresos de capital de corto plazo y a más volatilidad cambiaria en los dos países más grandes de la región, se redujeron las presiones favorables a la apreciación de las monedas.
Como aspecto negativo, en el ámbito fiscal -de acuerdo con los datos disponibles- la brecha entre ingresos y gastos creció en la mayor parte de los países, con contadas excepciones.
De ahí que el déficit fiscal global de América Latina aumentó de menos 1,6 a menos dos por ciento del PIB y el del Caribe de menos 3,6 a menos cuatro por ciento.
PERSPECTIVAS PARA 2013
Para el venidero año se mantienen los riesgos provenientes del exterior, ante la perspectiva de una eventual desaceleración en China, un mercado clave para los exportadores de materias primas, y la persistente crisis en el mundo.
Por el momento está en duda la capacidad de Estados Unidos para resolver su déficit fiscal, lo que podría arrastrarla a una recesión económica con consecuencias significativas para países como México y los de Centroamérica.
Asimismo, la persistente inestabilidad en Medio Oriente es considerada como otra fuente potencial de turbulencia.
De producirse una agresión contra Irán por parte de Estados Unidos y sus aliados, los precios del petróleo podrían dispararse y afectar seriamente a los países que dependen de las importaciones del llamado oro negro.
Por otra parte, el escenario más probable para Europa es la prolongación de la crisis que vive, aún cuando se logren acuerdos que permitan superar gradualmente los desequilibrios financieros, fiscales y de competitividad existentes.
Pese a este sombrío panorama, la CEPAL prevé que en 2013 América Latina y El Caribe mostrarán un crecimiento en torno a 3,8 por ciento, impulsado principalmente por la recuperación de las economías de Argentina y Brasil, y un sostenido dinamismo de la demanda interna en varios países.
Sin embargo, para expertos persiste en el área el reto de aumentar y estabilizar la inversión, y no depender solo del consumo, como medio para promover un cambio estructural con igualdad, incorporar progreso técnico y darle sostenibilidad al crecimiento.
*Periodista de la redacción de Economía de Prensa Latina.