<b>La oportunidad de ver iniciar un nuevo año es un privilegio al que todos los seres humanos debemos rendir culto y agradecer, especialmente cuando gozamos de salud. La vida humana es notablemente efímera, mayormente en los países subdesarrollados.</b>
Una diversidad de factores directa e indirectamente inciden para que logremos alcanzar una vida prolongada o longeva. Algunos atribuyen a la genética la razón principal, otros al tipo de vida que adoptemos en este espacio terrenal que nos ha tocado habitar.
Lo cierto es que llegar a la vejez es además de un gran privilegio una valiosa oportunidad que nos regala Dios o la naturaleza.
En diciembre asistí junto a mi hijo Moisés Manuel, a la exposición didáctica y cultural de cuerpos humanos en la plaza Ágora Mallen Santo Domingo, donde son exhibidos veinte y 200 órganos de los diferentes sistemas y como novedad, presenta la evolución del corazón.
Se trata de un retrato de la fragilidad, complejidad y al mismo tiempo impactante estructura de que está conformado el organismo humano. Una mirada en carne y hueso en la ruta humana.
La mayor lectura adquirida en esta exposición es que primeramente debemos aprender a cuidar nuestro organismo, a llevar una vida sana alejada de los vicios, como el cigarro, alcohol y las drogas. Por supuesto, el eje central para mantener una vigorosidad física y mental son una alimentación sana, los ejercicios y la práctica deportiva.
Y precisamente, si en verdad somos tan frágiles ¿Por qué nos empeñamos en construir la maldad y no las buenas acciones? ¿Por qué tanta ambición hacia las cosas materiales? ¿Por qué tanta violencia, destrucción y odio entre los seres humanos? El afán desmedido de alcanzar el poder ha llevado a muchas gentes a la sepultura, y a otros a la destrucción moral por cargar con riquezas ajenas.
El papa Benedicto XVI en su mensaje de navidad abogó por la reconciliación de la humanidad tras citar los actuales niveles de violencia y odio que afectan a la sociedad actual. Sin embargo, el máximo representante de la Iglesia Católica en el mundo reconoció que la mayoría del género humano desea la paz.
Lo cierto es que se hace impostergable profundizar la difusión de una cultura de paz a nivel universal; de reducción de las armas de fuego, de enarbolar y promover los auténticos valores culturales, históricos y sociales de los pueblos así como brindar mayores oportunidades a los jóvenes y construir instituciones que fortalezcan las estructuras e instituciones económicas, políticas, ambientales y académicas en el planeta.
Es necesario que cada ciudadano y ciudadana del mundo valorice en su justa dimensión lo más preciado que podemos tener que es la vida. Derrotemos la violencia en la República Dominicana y en el mundo, tal como lo ha enarbolado nuestro presidente Danilo Medina.
Que el ser humano retome la esencia y razón de su existencia a través de la convivencia pacífica, el amor, la solidaridad y el trabajo honrado. Y que este 2013 traiga prosperidad y paz a la humanidad. Que así sea.
DiarioDigitalRD
Jueves, 3 de enero del 2013