<b>Es evidente que hay una
guerra sin cuartel entre delincuentes y la Policía Nacional. Esos antisociales
no respetan a los hombres encargados de preservar el orden público.</b>
En los últimos meses se
han producido choques con delincuentes bien armados, algunos de ellos
pertenecientes a bandas que trasiegan en los barrios con droga. El balance ha
sido trágico y desventajoso para los jóvenes muertos a tiros por la policía en alegados “intercambios de
disparos”.
Como respuesta a esas
muertes, se han producido ataques despiadados contra agentes policiales,
oficiales y rasos, algunos desarmados al ser eliminados físicamente. Los
misteriosos autores de estos hechos utilizan motocicletas veloces y de mucha
potencia que les facilita desaparecer con rapidez del escenario del crimen. La
sagacidad de los investigadores ha permitido la pronta localización de los
autores.
Rasos, tenientes,
capitanes y coroneles figuran en la lista de los policías asesinados a manos de
los pistoleros anti sociales. Incluso, hay de las Fuerzas Armadas asesinados
por sicarios por encargo.
Se ha dicho que algunos
uniformados venden armas y chalecos anti balas a los delincuentes. Al menos,
esa fue la denuncia que hizo la madre de un supuesto narcotraficante conocido
con el apodo de “Gilbert”, muerto a tiros recientemente por los policías y que habría
participado en el acribillamiento de cuatro hombres, en el municipio de
Herrera, en una batalla por los puntos de venta de narcóticos, según la versión
oficial. Se investiga la denuncia.
Se ha convertido en un
alto riesgo para policías y militares transitar las calles a pie mostrando sus
armas de reglamento. Igual riesgo corren los ciudadanos bulteros que viven
exhibiendo pistolas en lugares públicos, tentando a los delincuentes.
En los asaltos para
desarmarlos participan sujetos que han estado presos por la comisión de
diversos delitos, tales como asesinatos, robos, atracos, falsificación y otros.
Al menos, eso es lo que afirman los investigadores policiales. Y no se descarta
que estén participando personas repatriadas.
Otra versión, y es la
más comentada, señala que las muertes de policías forma parte de un presunto plan
para desacreditar al jefe de la Policía y hacerlo saltar del cargo. Se habla de
componendas soterradas de sectores dentro de la institución con esos
propósitos, sobre todo aquellos altos oficiales que aspiran al cargo.
Es bueno resaltar que el
mayor general José Armando Polanco Gómez ha ordenado cancelaciones de muchos
oficiales y clases por indisciplinados y por violar los reglamentos internos
del cuerpo del orden, especialmente aquellos que han estado involucrados en las
redes del narcotráfico y otros delitos graves. Esa sería una de las razones
para hacerlo volar del puesto, de acuerdo a los comentarios de la opinión
pública.
Independientemente de
los exabruptos que cometen los agentes, hay que reconocer que Polanco Gómez ha
desempeñado una buena labor y está entregado en la riesgosa faena de limpiar
las filas policiales, donde al parecer existen santos sagrados e intocables. Este
oficial merece el apoyo del presidente Danilo Medina y de la sociedad
dominicana por sacar del medio a los delincuentes que operan dentro de la
institución y que se han convertido en una deshonra para esa entidad.