<b>He decidido escribir este artículo porque a raíz de mi decisión de no volver a los estadios de béisbol profesional del país, un amigo me escribió diciéndome que las razones que expuse para retirarme de los estadios, son las mismas que se dan al presenciar los juegos por televisión o escucharlos por radio.</b>
<b>
I.-LA IDEOLÓGIA COMO GUÍA
DEL COMPORTAMIENTO HUMANO.</b>
1.- En el
cerebro de los seres humanos se alojan ideas y conceptos que luego hacen
posible la representación de imágenes, que guían al receptor de las mismas a
formarse un juicio, reflexionar con relación a un objeto, y hasta vivir una
quimera o fantasía.
2.- La
inteligencia, el talento, la lucidez de una persona hace posible la comprensión
de lo que le llega a su cerebro desde el mundo exterior, por tener a su alcance
un objeto, por la lectura o la palabra emitida de viva voz. En forma contraria
reaccionaría el estúpido, a quien se le haría difícil asimilar lo que recibió
en su masa encefálica.
3.- Los
seres humanos reciben en su cerebro ideas agradables y desagradables,
edificantes y cursi, elegantes y vulgares, dependiendo de la sociedad donde
desarrolla sus actividades.
4.- La
asimilación de un conjunto de ideas de naturaleza política, económicas,
religiosas y filosóficas, hace posible que en el cerebro de la especie humano
se fije su ideología, la que luego será algo así como una guía para las
acciones de su vida. Esa convicción doctrinaria le seguirá a todas partes, como
la sombra acompaña al cuerpo.
5.- El
sistema social resulta determinante en la creencia, y condiciona el ideario de
la persona. Cada ordenamiento social de un país trae consigo sus ideas, las
cuales penetran en la cabeza de los integrantes de la sociedad,
independientemente de su voluntad.
6.- Por las
forma como está organizada la sociedad dominicana hoy, ella genera mecanismos
que en forma muy sutil ponen a
pensar a la generalidad de los que aquí habitamos, como conviene, no a la
mayoría, sino a la minoría nacional.
7.- La
penetración de la ideología dominante en nuestra sociedad es tan efectiva que
es recibida y digerida por la gran mayoría de nuestro pueblo, con una
obediencia que asombra; no hay que hacer presión material alguna para que el
veneno ideológico llegue a lo más profundo de la conciencia popular.
8.- En
determinados momentos, los hombres y mujeres de nuestro pueblo toman actitudes
de sumisión como si fueran borregos o loros amaestrados; con el agravante de que
se da hasta en personas normalmente inteligentes y con firme lucidez.
9.- No
debemos olvidar que ideólogos nacionales y extranjeros trabajan para diseñar
políticas, fórmulas, doctrinas, tácticas y estrategias a los fines de influir
en la conciencia de aquellos a quienes buscan, con sutileza, hacer victimas de
sus maquinaciones.
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II.- LA
RAZÓN DE ESTE ESCRITO AHORA. </b>
10.- He
decidido escribir este artículo porque a raíz de mi decisión de no volver a los
estadios de béisbol profesional del país, un amigo me escribió diciéndome que
las razones que expuse para retirarme de los estadios, son las mismas que se dan
al presenciar los juegos por televisión o escucharlos por radio.
11.-
Aprovecho la ocasión para decirle a mi dilecto amigo Luis José Iglesia Elis,
que asistir al estadio a ver un juego de béisbol invernal, resulta diferente a
verlo por televisión, porque aquel que decide entrar a un estadio de béisbol
está atrapado, no tiene escapatoria; debe ponerse una venda en los ojos, abandonar
el play o quedarse presenciando el partido. No ocurre lo mismo cuando se escoge
disfrutar el juego ante el televisor.
12.- En los
últimos años le he dado seguimiento al béisbol profesional dominicano, por
medio de los diferentes canales de televisión que los equipos contratan para
tales fines, principalmente aquellos que se encargan de la transmisión de los
partidos en los cuales intervienen las Águilas Cibaeñas.
13.- Desde
antes de sentarme en mi mecedora para ver el juego, lo primero que hago es
prepararme mentalmente, consciente de que con los anuncios y comentarios puedo
llegar a ser condicionado ideológicamente; por lo que procedo a eliminar en su
totalidad el sonido, para sólo ver las imágenes del partido; en casos
excepcionales, escucho anuncios y comentarios en el curso de los juegos.
14.- Es
cierto que algunos de los equipos de nuestro béisbol invernal profesional
cuentan con excelentes narradores y comentaristas; verdaderos maestros de la
narración y conocedores de las distintas situaciones que presentan, o se pueden
presentar, durante el desafío; pero algunos, o la mayoría, se autocensuran, o
se inhiben, para no emitir con objetividad lo que, real y efectivamente han
visto, y que es en verdad lo que ha ocurrido en el terreno de juego.
<b>
III.- CASOS DE AUTOCENSURA EN LA NARRACIÓN DE NUESTRO BÉISBOL PROFESIONAL.</b>
15.- Para
demostrar lo antes expuesto, me voy a permitir traer a colación un comentario
hecho por un comentarista de la cadena de televisión del equipo Escogido.
Veamos.
16.- En un
partido efectuado durante el pasado campeonato, en el Estadio Quisqueya, entre
los equipos Gigantes y Escogido, un corredor de los rojos avanzó desde segunda
base hasta la tercera; sintiéndose atrapado, procedió a lanzarle un puñetazo a
Wilson Valdez, lo que motivó a que éste, por el golpe recibido, dejara caer la
bola que ya tenía dominada en su guante.
17.- Aunque
fue notorio el hecho de que el golpe motivó que Valdez perdiera la pelota, el
comentarista dijo que no, que la tercera base- Valdez- nunca había tenido el
control de la misma.
18.- Doy fe
que vi cuando Wilson Valdez, recibió la pelota, y procedió a tocar al corredor;
al instante Valdez fue alcanzado en su brazo por un golpe tan contundente como aquel
que en la pelea del día 7 de diciembre de 2012, Juan Manuel Márquez le aplicó a
Manny Pacquiao, lanzándolo al piso del cuadrilátero dejándolo por algunos
segundos moribundo.
19.- Cosas
como la expuesta en la cita anterior ocurren a cada momento en los juegos
efectuados, narrados y comentados, en el curso de los campeonatos de béisbol
efectuados en el país.
20.- La
situación de autocensura en la transmisión de los partidos de béisbol, se ha
generalizado tanto que hay un lenguaje especial para decir la verdad sin
decirla; hay que ser algo ágil de mente, o familiarizado con la jerga de
algunos comentaristas deportivos, para darse cuenta lo que en realidad ha
ocurrido en la jugada supuestamente dudosa.
21.- Por
ejemplo, cuando el narrador dice: “La
jugada fue cerrada o apretada”, lo que quiere decir es que lo vio en
sentido contrario a como lo decidió el árbitro”.
22.- De igual
manera, cuando el que narra precisa “me
pareció bola”, es que el lanzamiento fue cantado por el “umpire” Strike. También se utiliza el
estribill “El árbitro pudo haber
cantado en uno u otro sentido”.
23.- Debo
precisar que los narradores y comentaristas no son empleados de los fanáticos
que ven y escuchan los juegos, sino de las empresas que les pagan por su
trabajo, labor que debe ser ejecutado conforme la conveniencia o interés de la
empleadora, no de los televidentes.
24.- La
libertad del comentarista o narrador está condicionada; la opinión que quiere
escuchar del narrador el fanático, no la quiere oír el dueño del equipo de
béisbol que le paga.
25.- Por
ejemplo, si un jugador importado no está rindiendo para el conjunto que lo
contrató como refuerzo, el narrador no puede emitir su opinión diciend “Éste señor no ha cumplido con lo que de él
se esperaba; en cincuenta turnos sólo ha disparado cinco hit, no ha empujado
carrera y se ha ponchado en quince ocasiones”.
26.- Aquel
que se dispone a escuchar un juego de béisbol profesional en nuestro país, debe
estar convencido de que no va a oír la verdad, sino a interpretar lo que ha
escuchado.
27.- En el
mundo de los negocios publicitarios, siempre se toma en cuenta lo que conviene
a la empresa que paga la publicidad, sin que cuente para nada aquel que ha de
digerir el mensaje, o sea, el fanático que presencia o escucha el juego.
28.- En la
operación comercial del béisbol profesional, en la venta y compra de la
mercancía anuncios, hay varios componentes: a) La compañía propietaria de la emisora o canal de televisión que se
encarga de transmitir los juegos; B) La
empresa que vende el espacio de radio o de televisión; c) la sociedad que compra el espacio
publicitario de radio o televisión; d) el
narrador o comentarista y, e) el que va a oír o ver por televisión el
mensaje que la empresa compradora del espacio procura que su producto comercial
se fije en el cerebro de quien está viendo o escuchando el partido, el fanático
oyente o televidente.
29.- En todo
el tinglado alrededor del cual se mueve la comercialización, difusión y
recepción de la pelota profesional, cada ente social desempeña su papel; tiene
su interés y busca alcanzar el objetivo perseguid que es que lo que se comercializa, vende y difunde, llegue a quien va dirigido,
que no es otro que aquel que por escuchar o ver reiteradamente por televisión
un producto, lo consuma por haber sido ideológicamente cautivado.
30.- Ese
oyente o televidente que antes de tener en forma permanente a su vista u oídos,
el nombre de ese producto comercial, había sido un televidente u oyente libre, en lo adelante será un esclavo de su
consumo.
31.- A
cualquier persona que se coloca delante de un televisor a presenciar un juego
de béisbol le resulta muy difícil mantenerse liberada del bombardeo de anuncios
que recibe, cuando sustituyen al
lanzador; en el tránsito de la bola hacia el plato; si el bateador hace o no
contacto con la pelota, y finalmente si es ponchado o llega a primera por
transferencia.
32.- La comercialización
de la pelota profesional le saca provecho al más mínimo segundo, sin importar
que sea con una bola, un strike, un foul, un dead ball, un sencillo, un doble,
un triple o cuadrangular; un lanzador que golpea al bateador, un robo de base,
o si el pitcher es sustituido por otro.
33.- Es un
pandemónium escuchar por radio o ver por televisión un juego de béisbol
profesional dominicano. No todo el mundo está preparado para resistir, sin caer
vencido, las 200 menciones en un partido
de pelota, la marca de una pastilla anticonceptiva por un lado, y la indicación
para el uso de otra que hace posible la erección, o para evitar un embarazo.
34.- La
promoción de la mercancía de quien paga el anuncio, quiere que aquel que lo escucha
o ve por radio o televisión, lo acepte; es una obra maestra de quien diseña el
mensaje publicitario. Al observar un anuncio en el curso de un juego por
televisión, nos damos cuenta que ha sido elaborado detenidamente por un
cientista de la publicidad, para empapar, hacer colar el producto en lo más
profundo del cerebro receptor.
35.- Es de
suponer como va haciendo base en el cerebro la reiteración de la palabra “tómate la…; úsala… con confianza;
disfrútala plenamente, etc”.
Esas ideas
se traspasan de la voz del locutor que la pronuncia a la conciencia, a la
cabeza de quien escucha o ve el juego. La idea emitida no se queda en el aire,
en la superficie; ella va directamente a donde la dirigen, al futuro
adquiriente del producto.
36.- En la
promoción de los comerciales de nuestra pelota profesional no hay limitación
alguna, porque aquel a quien le encargan su diseño se esmera en hacer su
trabajo lo más ingenioso posible, sin importar que con su mensaje lesiona o no
a un cerebro inocente o letrino.
37.- Como ejemplo
de lo antes dicho, tomo ahora un anuncio que en el pasado torneo de béisbol
profesional estaba promocionando por televisión un insecticida. En el mismo se
presentan dos hermosas niñas, con sus faldas sumamente cortas, haciendo uso en
sus espalda del producto; cuando está terminando el comercial, aparece un joven
haciendo una pregunta preñada de malicia, que deja en el televidente la idea de
que el producto- el insecticida- no mata insectos, sino otra cosa que puede ser
cualquiera, menos un insecto.
38.- El
televidente, que en su mente combina las cortas faldas de las dos niñas, su
sexualidad y sus sonrisas, con la pregunta que hace el joven, se da cuenta que la promoción tiene una parte capciosa
que es la determinante en la misma.
<b>
Conclusiones</b>
1.- El
contenido ideológico figura como componente esencial en la promoción comercial
de las actividades de toda índole que se dan en el seno de la sociedad
dominicana y, como es natural, en la promoción y transmisión de los partidos de
béisbol profesional.
2.- La
amplia profesionalidad de nuestros narradores y comentaristas deportivos se ve
limitada por la misma naturaleza del negocio de la pelota rentada.
3.- Es
evidente el talento de la generalidad de los artistas que intervienen en la elaboración
de los anuncios que pasan por los canales que emiten los juegos de béisbol de
invierno.
4.- Las
promociones que se hacen por la televisión en el curso de los juegos de béisbol
profesional de invierno, aunque no son de mi agrado, debo reconocer que son
ingeniosas, aunque algunas de mal gusto.
5.- Aunque
no he hecho un estudio pormenorizado, tengo la creencia de que de los seis
equipos que participan en los campeonatos de béisbol profesional dominicano, la
cadena de transmisión de mi equipo, Águilas Cibaeñas, es la que cuenta con el
mejor material humano profesional para la narración y comentarios de los
juegos, pero el cúmulo de anuncios desnaturaliza su trabajo y le resta
profesionalidad y calidad.
6.- No sé
cuándo, pero algún día en el país se va a organizar legalmente el derecho de
los televidentes a no ser usados como recepcionistas de promoción comercial
interminable y de poca calidad.
7.- Ante la
dificultad de estar en un estadio de béisbol profesional en mi país, me siento
bien presenciando los juegos por televisión, porque me limito a verlos, sin
dejarme confundir ni manipular desde el punto de vista ideológico.
Santiago de
los Caballeros,
27 de enero
de 2013.