Su nombre ya está registrado para siempre en las páginas doradas de la historia contemporánea de Estados Unidos de América. Su principal hazaña, convertirse en el primer presidente afroamericano en dirigir la mayor potencia económica, política, tecnológica y militar del planeta. Y la segunda, lograr reelegirse para un nuevo mandato.
Ciertamente, que Barack Hussein Obama II, conocido como Barack Obama, destacado abogado y político, es un hombre de éxitos y ejemplo a la vez para las presentes y futuras generaciones estadounidenses.
El 20 de enero de 2009 trascendió al firmamento histórico tras juramentarse como el cuadragésimo cuarto presidente de Estados Unidos y el primero de raza negra en esa nación.
Previamente Obama había alcanzado notoriedad en los ámbitos académicos como profesor de derecho constitucional en la facultad de Derecho de la Universidad de Chicago. Y más luego, al obtener la senaduría por el Partido Demócrata en el Estado de Illinois.
Obama acaba de juramentarse para su segundo y último período de gobierno donde afrontará una agenda de prioridades tanto a nivel interno como externo, sobresaliendo la reforma migratoria integral; aplicación de programas sociales orientado a los sectores de clase media, trabajadores y más empobrecidos de la sociedad norteamericana; elaboración y ejecución de medidas para contrarrestar los efectos de la crisis económica que ha sacudido las economías más próspera de la tierra; control del gasto público y reducción del déficit fiscal; acciones concretas para disminuir la proliferación de armas entre la población civil estadounidense así como la adopción de una efectiva estrategia tendente a enfrentar la seria amenaza que representa el cambio climático en el planeta.
"Responderemos a la amenaza del cambio climático, conscientes de que si no lo hacemos, estaremos traicionando a nuestros niños y a las futuras generaciones", advirtió en el discurso inaugural de su segundo mandato.
En el plano mundial, la administración de Barack Obama deberá buscar el fin de la guerra en Afganistán y un acercamiento con Irán; aumentar los esfuerzos para alcanzar un acuerdo definitivo de paz en el conflicto de Israel y Palestina e impulsar iniciativas de una renovación de intercambios comerciales con Latinoamérica, donde todavía se origina el 46% de las recaudaciones comerciales de Estados Unidos.
En la ceremonia de toma de posesión para su segundo periodo de gobierno, Obama habló de su determinada decisión de terminar una década de guerra, lo que ha representado un enorme costo político, económico y de pérdidas de vida humana para la potencia del norte.
Si partimos de la representatividad hispana en este evento que congregó en la cercanía del capitolio a una multitud de unas 800.000 personas, y especialmente por el sabor latino que por primera vez registra esta asunción presidencial en Washington parece que ¡por fin! la comunidad hispana recibirá una adecuada protección de las autoridades.
Una señal a resaltar es la participación del reverendo de origen cubano Luis León, quien pronunció la bendición final de la ceremonia, la cual salpicó con algunas palabras de español. "Señor presidente y vicepresidente, que Dios os bendiga todos sus días", dijo en castellano al final de su oración. Asimismo, el vicepresidente Joe Biden juró su cargo por segunda vez ante la juez hispana de la Corte Suprema Sonia Sotomayor, y admitió que Estados Unidos "tiene una deuda" con los latinos.
En realidad, los inmigrantes hispanos se han ganado su espacio en la sociedad estadunidense a tal punto de que en su participación y decisión electoral aportaron el 10% del nivel de votos obtenido por los demócratas.
Y precisamente, uno de los primeros gestos del presidente Obama en su discurso de su nueva investidura fue prometer que Estados Unidos encontrará la forma de darles la "bienvenida" a los inmigrantes que buscan oportunidades.
La tercera hazaña que el carismático mandatario estadounidense debería impulsar es la de lograr un mundo donde impere la justicia, las oportunidades y el bienestar social y económico para los mas desamparados de la riqueza tanto en Estados Unidos como en otras latitudes del planeta. Es justo.