Como toda institución que depende del Estado, la UASD es financiada por el pueblo Dominicano. Un pueblo que es su hijo y que necesita de sus aportes, como creadora del conocimiento y niveladora social, para salir del subdesarrollo al que un sistema infuncional lo ha sometido.
Siendo la UASD la única opción de los más que menos podemos, albergue educativo de más de 200 mil estudiantes, fuente de ingreso de 7,000 servidores y un patrimonio del pueblo trabajador que la sostiene, no puede darse el lujo de cerrar sus puertas y menos por caprichos políticos de grupos y personeros que amparados en reivindicaciones salariales al cuerpo docente, pretenden chantajear a las autoridades universitarias.
Nadie niega que un reajuste salarial sea justo y necesario no solo para los servidores universitarios sino también a nivel general pues todos somos afectados por el impacto negativos de la reforma fiscal, la inflación y el elevado costo de la vida. Pero la UASD tiene que ejecutar su presupuesto tanto de acuerdo al orden de sus prioridades y necesidades más urgentes como también de acuerdo a su misión educativa. Y la necesidad más urgente que tiene la UASD en estos momentos es estabilizar la Seguridad Social de sus servidores y los dependientes de estos, una responsabilidad ineludible de las actuales autoridades universitarias y fue el planteamiento que le hizo el rector, maestro Mateo Aquino Febrillet, al presidente Medina, y que motivó los 1,250 millones adicionales en el presupuesto de la academia para el presente año.
Además de esto, la UASD está compelida a mejorar las condiciones de las aulas, invertir en la plataforma tecnológica para conjurar el trauma de cada inscripción, contratar más profesores y habilitar más aulas para poder ofrecer las secciones de clases que los estudiantes necesitamos, cubrir el curso de verano próximo, comprar autobuses para el transporte de profesores a los Centros Universitarios, entre otras necesidades no menos importantes.
El Consejo Universitario no rechaza el aumento pero entiende que debe ser en función de la disponibilidad una vez resuelto el tema de la Seguridad Social y las demás necesidades de la academia.
Pese a esto, el presidente del gremio profesoral, Ismael Peralta, aupado por intenciones politiqueras de grupos y proyectos rectorales afines, promueve entre los maestros de las diferentes facultades y centros universitarios la paralización del semestre hasta tanto las autoridades dispongan de un aumento salarial de un 45 por ciento para todos los servidores.
Una iniciativa injusta que perjudicará a los que SÍ SOMOS la verdadera esencia de esta Universidad: los estudiantes.
<b>El autor es estudiante y servidor universitario</b>