<b>Eleuterio Martínez, ex vice ministro de Medio
Ambiente favorece el aprovechamiento turístico de bahía de las Águilas pero no la
explotación con infraestructuras hoteleras que requieren para su levantamiento eliminar
la capa vegetal que protege y conserva esa playa. </b>
La
describió como una franja de catorce kilómetros de largo que comienza en La
Cueva, en donde hay otra playa de 1.3 kilómetros de largo que es el puerto
natural para salir hacia Bahía de las Águilas.
Dijo que un ejemplo de aprovechamiento sería el
espectáculo de observar los arrecifes y acantilados en el trayecto por mar y
por tierra desde La Cueva a Bahía de las Águilas, como el que disfrutan quienes
van a la isla Saona en embarcación tomada en Bayahibe.
“Esa es la única playa
de calidad a la que todavía tienen acceso todos los dominicanos, contrario a
las (restricciones) de la región este”, previno al ser entrevistado en
Propuesta de la Noche por Digital 15.
Comentó que Bahía de
las Águilas todavía es una playa virgen que conserva la misma estructura de hace
quinientos años, cuando apenas fue “perturbada” por Cayacoa y los tainos como muro
de arena alargado con arbustos y algunas gramíneas, vegetación cuya función es atrapar
la arena.
“Si se quita esa vegetación natural, la brisa
llevará todo al mar y adiós Bahía de las Águilas, porque la naturaleza tiene su
lógica. No soporta infraestructuras”, previno.
El experto ecologista explicó que si sobre ese
muro de arena se construyen hoteles inclusive de solo dos niveles, esas
infraestructuras encajonarán los vientos, los que tomarían entonces más fuerzas
que se propagarían en todas las direcciones.
Advirtió que eso requeriría también la
construcción de servicios sanitarios sobre esa arena, la que llevará al mar
todas las excrecencias, problema que aseguró se verifica en muchas áreas
turísticas del país.
Aclaró que entre desarrollo
e infraestructuras no hay equivalencia y citó de ejemplo que en las Canarias
con sus cuatro islas el 60% del territorio está protegido, por lo que ninguno
de su millón de habitante puede conseguir un permiso para construir en el campo
y es visitada anualmente por entre 17 y 20 millones de turistas.
Dijo que la misma diferencia
es válida en minería, donde aunque hay explotación subterránea la generalizada
es a cielo abierto, aquella que arrasa toda la capota del suelo, le araña las
entrañas a la tierra y cuando se termina deja un paisaje lunar.
Previó que si se permitiera infraestructura hotelera
en Bahía de las Águilas ocurrirá lo mismo que en Las Mercedes, donde se observa
el paisaje lunar dejado por la Alcoa cincuenta años después de explotación
minera.