<b>(18 de febrero, 2013) Autoridades y expertos destacaron hoy en una conferencia de alto nivel inaugurada en Ciudad de México, México, las lecciones aprendidas por los países de América Latina y el Caribe tras la crisis de la deuda ocurrida a comienzos de los años ochenta y llamaron a abordar los desafíos pendientes.</b>
La conferencia La crisis de la deuda 30 años después. Conferencia CEPAL-CAF-GIZ-SEGIB-UNAM, que tiene lugar en la Sede Subregional de la CEPAL en México, se extenderá hasta el 19 de febrero.
La cita es organizada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ, por sus siglas en alemán) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En la sesión inaugural Jacques Rogozinski, Director General de Nacional Financiera de México, envió un saludo a los asistentes a nombre de Luis Videgaray, Secretario de Hacienda y Crédito Público de ese país.
Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, señaló al inaugurar la conferencia que “la crisis de la deuda latinoamericana marcó un punto de inflexión para la región, cuyas consecuencias fueron inclusive más graves y de mayor alcance para América Latina y el Caribe que las derivadas de la reciente crisis financiera global”.
“La región tardó 25 años para recuperar los niveles sociales previos a la crisis y 14 años para recuperar el PIB per cápita”, dijo.
Durante la década de los ochenta el crecimiento del producto interno bruto (PIB) fue muy variable, alcanzando en promedio 1,7% anual, mientras que los salarios reales cayeron 34% entre 1980 y 1990. Durante los noventa el crecimiento tendió a recuperarse y llegó en promedio a 3,1% anual.
Como resultado de este magro desempeño económico, que incluyó también un aumento del desempleo, la incidencia de la pobreza se elevó considerablemente en los primeros años.
“Las consecuencias de la crisis también implicaron en varios casos una modificación muy profunda de las estrategias de desarrollo, del rol que debieran jugar el Estado y los actores privados en la economía y la protección social”, declaró Bárcena.
“Se requiere una visión más amplia de la estabilidad macroeconómica, cuyos objetivos no se limiten a la reducción de la inflación y el equilibrio de las finanzas públicas, sino que se extiendan a la esfera real de la producción, incluidas la magnitud y la estabilidad del ritmo de crecimiento de la economía y el empleo. Así, la política macroeconómica debe incluir objetivos de mejora de la distribución del ingreso y de cambio estructural. Estabilidad real y estabilidad nominal deben retroalimentarse de manera positiva”, dijo la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
“Es el momento de repensar el desarrollo, de plantearnos una agenda de futuro cuyo pilar sea una nueva arquitectura estatal que se oriente hacia un cambio estructural virtuoso para la mayor igualdad con base en la titularidad de derechos a los ciudadanos. Es ahora cuando podemos poner los cimientos para crear más productividad por la vía de la industrialización con innovación y el empleo con derechos plenos para el desarrollo sostenible”, agregó la alta funcionaria de las Naciones Unidas.
En la conferencia participan reconocidos académicos de la región y profesionales que enfrentaron esta crisis desde sus respectivos gobiernos.
En la inauguración intervinieron también Enrique Iglesias, Secretario General Iberoamericano de la SEGIB, Enrique García, Presidente Ejecutivo de la CAF, Verónica Villarespe, Directora del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Jan Peter Schemmel, Director de GIZ en México.
Enrique Iglesias indicó que se deben tomar en cuenta varios pilares para analizar el tema de la crisis: el sistema económico internacional, los niveles de contagio dada la gran expansión de las finanzas mundiales, la sicología donde encontramos corrientes optimistas y pesimistas y el rol del Fondo Monetario Internacional (FMI), que es un gran jugador y donde se han gestado grandes cambios.
Por su parte, Enrique García de la CAF señaló que América Latina tuvo que reconocer que el problema no era de liquidez, sino de solvencia. “Aprendimos la lección en una forma bastante dura”, dijo. Agregó que la región “aún no sale de la trampa”, y que si se quiere resolver el problema será necesario crecer a 6%, además de fortalecer las instituciones, crear infraestructura y fomentar una transformación productiva.
Verónica Villarespe precisó que el problema de la deuda fue un pretexto para la introducción de nuevas políticas que permitieron concentrar aún más el ingreso en la región y, a 30 años de la crisis, llamó a recuperar las enseñanzas que dejó para cada uno de los países.
Jan Peter Shemmel, de GIZ, agradeció la realización del evento y reconoció que hacer una sesión de análisis de la deuda en América Latina es muy relevante a la luz de lo que ocurre ahora en Europa. “Europa sí puede aprender de América Latina”, dijo el funcionario alemán.
Finalmente Jacques Rogozinski puntualizó que no es posible dar la misma medicina a la misma enfermedad, sino que debe “personalizarse” la solución y adaptarla para cada época y a la realidad de cada nación.