<b>Los pensadores de las ciencias sociales y de la política han coincidido desde hace mucho tiempo de que gobernar es en la práctica un ejercicio donde se impone el arte de escuchar, el equilibrio, la racionalidad, el buen juicio y la receptividad.</b>
En las sociedades democráticas la toma de decisión de un Jefe de Estado debe estar avalada en un espacio social de consenso, donde no se discrimine ningún interlocutor válido, cuya opinión puede servir precisamente para arribar a una medida definitiva.
Exactamente, es lo que acaba de ocurrir en el país tras la oportuna e inteligente disposición del presidente Danilo Medina de desestimar el acuerdo anunciado en el caso de Bahía de las Águilas, el cual no había firmado.
El gobernante escuchó con anterioridad las opiniones de los obispos, ejecutivos de medios de comunicación, de la abogada Laura Acosta así como de funcionarios gubernamentales y desistió de arribar a unatransacción con quienes hace unos 16 años intentaron cogerse con método fraudulento los terrenos de Bahía de las Águilas en la provincia de Pedernales.
El ejercicio del poder se traduce en una dinámica social diaria donde se aprende no solo de quienes administran el Estado, sino igualmente de los gobernados. Por eso, a la hora de adoptar una acción que involucre los intereses colectivos hay que pensar fríamente, con pasos firmes pero sin ninguna precipitación.
El estilo y visión del presidente Medina se orienta hacia la búsqueda del consenso y no de la imposición; a escuchar a los diferentes actores de la sociedad y a delinear un proyecto de nación inspirado en transparencia en las transacciones del Estado, austeridad, eficiencia y aplicación de programas que permitan mejorar los niveles de vida de la población más empobrecida.
El caso de Bahía de las Águilas discutido ampliamente entre los diversos estratos sociales de la República Dominicana, ha sido una excelente oportunidad para reafirmar la importancia del diálogo como mecanismo de comprensión y opción para superar diferencias entre los seres humanos.
Hay que resaltar el invaluable aporte de la comunicación social como ciencia, así como de las estructuras mediáticas por donde se emiten los mensajes. Si hemos podido superar exitosamente conflictos que en algún momento parecerían insalvables en el país se debe en gran medida al aporte de los líderes de opinión pública.
Por supuesto, la sociedad dominicana en su conjunto también ha madurado, y progresivamente se ha ido identificando con una cultura de paz dejando de un lado las actitudes violentas a la hora de reclamar una demanda.
La señal de receptividad que ha dado el Gobierno ante el caso de Bahía de las Águilas tiene un valor incalculable en los actuales momentos, reafirmando no tan solo la vocación democrática del Jefe de Estado, sino igualmente, su convicción de preservar y cuidar los intereses y patrimonios nacionales.
En ese sentido, es justo reconocer los esfuerzos que en materia de comunicación han hecho las autoridades por medio a la Dirección General de Comunicación (DICOM), organizando primeramente un encuentro en el Palacio Nacional con decenas de profesionales del área y posteriormente canalizando la reunión del mandatario con directores de diarios y programas de televisión.
A partir de ahora el presidente Medina junto a su equipo de colaboradores tendrá la oportunidad de aplicar la nueva estrategia que seguirá sobre el caso de Bahía de las Águilas, especialmente después que la justicia asuma su rol sobre los títulos adulterados.
Sin dudas, estamos avanzando.
DiarioDigitalRD