<b>Alguien debe ponerle coto a los abusos que se cometen
contra los pacientes en algunos centros de salud. Está de moda pedirles a los familiares de los
pacientes un depósito, antes de darles asistencia facultativa., es un abuso que
debe llamar la atención del gobierno.</b>
He sido testigo de algunos casos en que los
responsables de las áreas administrativas de las clínicas exigen depósitos
elevados para proceder a darles servicios a las personas que llevan en estado
de gravedad, aunque tengan seguros de vida.
Hace poco, un señor de nombre Bolívar Rodríguez sufrió un accidente con una jipeta, mientras
éste conducía una motocicleta por una calle del barrio Villa Juana. Los
familiares se pasaron la noche buscando un centro médico donde lo pudieran
aceptar y nadie lo aceptaba, sin antes
pedirles un depósito por 40 mil pesos. ¿Quién diablos a esa hora tiene en los
bolsillos esa suma?
Al fin, luego de dar numerosas vueltas por la ciudad,
al paciente lo aceptaron en una clínica que está ubicada en la calle Dr.
Delgado esquina Independencia, en la capital, a duros ruegos de la familia.
Allí lo ingresaron al quirófano y lo operaron.
El viacrucis de esa familia empezó cuando los médicos
comenzaron a exigir dinero por servicios prestados. Incluso, el neurocirujano
que lo intervino pidió que le paguen los honorarios de manera personal, no por
vía de caja como es el reglamento en los centros de salud. Luego me enteré por
vía de un galeno amigo que la actitud del profesional de ese profesional dela
medicina obedece a que la administración dela clínica le cobra un descuento por
el uso del centro médico y que esa es la razón de hacer el cobro de manera
personal.
El señor Rodríguez fue reingresado de nuevo, en vista
de que éste presentó complicaciones después que le habían dado de alta. Cada
médico especialista que entraba a la sala de cuidados intensivos, cobraba sus
honorarios. Al final, los familiares recibieron una factura de 146 mil pesos,
aparte de la cuota que le cubrió su seguro, en la cual figuraban medicamentos
que nunca le administraron, según los testimonios de los parientes.
Lo peor del caso es que el paciente fue retenido por
tres días en razón de que los parientes no tenían dinero para saldar los
servicios de salud. Como era de suponer,
la familia incurrió en muchos líos financieros, tomó dinero prestado con
intereses elevados e hizo de todo para reducir la deuda, hasta que la bajaron a
55 mil pesos, gracias a los ruegos de los hermanos y su esposa. Lo dejaron ir luego
que una hija suya firmó un documento bajo firma notarial comprometiéndose a
buscar la suma faltante a breve plazo. Antes de esa firma, les pedían como
garantía un título de bienes inmuebles.
Hay médicos que son abusadores, que deniegan el
juramento hipocrático que hicieron cuando recibieron el título universitario,
que retienen a los pacientes en las salas para cobrar más dinero, aún a
sabiendas que la persona convaleciente no tiene ninguna posibilidad de seguir
viviendo. Además, cobran cuotas de recuperación de manera ilegal al momento del
paciente acudir a las consultas.
Ese cuadro lo he vivido personalmente, varias veces,
en mi familia y en personas allegadas. Llegará un día en que la gente no
resistirá esos abusos y tomará medidas drásticas contra los administradores de
las clínicas y los mercaderes de bata blanca que se enriquecen explotando a la
gente.
El caso del señor Bolívar Rodríguez es apenas uno de los tantos que ocurren en las
clínicas. Las autoridades deben parar eso, porque presiento que llegará el día
en que alguien tomará justicia por sus manos y de mala manera. Estamos a tiempo
de evitar una tragedia sangrienta.