Ciudad del Vaticano, 12 marzo 2013 (VIS).- El día en el Vaticano comenzó antes de lo habitual. Los primeros fieles "de a pie" iban llegando a las inmediaciones de San Pedro. Dentro de los muros de esta ciudad ya estaban los 115 cardenales electores.
Cada uno cargaba con su pequeña maleta y ocupaba una habitación de la Casa Santa Marta. Ninguno la elegía; a cada uno, se lo daban hech digna pero austera, la que le había sido designada por sorteo. Y la más grande queda vacante. Será para el que elijan Papa, el 266 Vice-Cristo en la tierra que vivirá y trabajará allí hasta que el apartamento pontificio pueda acogerle.
Ante la Plaza de San Pedro, frente a la fachada, la gran plataforma donde se han instalado las principales televisiones del mundo. Los corresponsales habitualmente acreditados trabajan ya en sus puestos en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en la via della Conciliazione.
A pocos metros, el otro edificio habilitado para los medios llegados para la ocasión, el Media Center, que ocupa el amplio hall del Aula de Pablo VI. Son más de 5.600 periodistas. También ocupan la terraza del brazo de Carlo Magno, que une la columnata con la fachada de la Basílica de San Pedro.
Por el suelo, y en múltiples lugares de lo más variopintos, muchos de los que activan las redes sociales del mundo entero, del "continente digital". Su foco es ése hacia el que el Centro Televisivo Vaticano ha instalado una cámara fija: la chimenea de la Sixtina desde la que finalmente saldrá la fumata negra o blanca.
A las 10.00 en punto, con la Basílica de San Pedro bellamente iluminada, ha comenzado la Misa "Pro eligendo Romano Pontifice". De gran solemnidad. Oficiada por el decano del Colegio cardenalicio, el italiano Angelo Sodano, y concelebrada con más de cien cardenales que allí estaban: electores y no electores, de los cinco continentes, octogenarios y los que aún no han cumplido los sesenta años. Una eucaristía abierta también a todas las personas que han querido asistir, así como al cuerpo diplomático de los 179 países con los que hoy el Vaticano mantiene relaciones. Todos con el folleto explicativo de la ceremonia, entregado a la entrada; colgado también en www.vatican.va.
Tras las lecturas -en inglés y español-, Angelo Sodano ha pronunciado la homilia, interrumpida por un largo minuto de aplausos cuando el cardenal se ha referido al Sumo Pontífice emérito Benedicto XVI, agradeciendo sus ocho años de fecundo servicio a la Iglesia.
El cardenal Sodano pide a los cardenales trabajar juntos para contribuir a la unidad de la Iglesia. Junto a la Unidad, la Caridad. Estas han sido las dos palabras claves de la predicación. "Promover sin cesar la justicia y la paz".
En esta misa políglota, con el latín como lengua universal de la Iglesia, las oraciones de los files han sido rezadas en francés, swahili, portugués, malayo y alemán. Durante el ofertorio, se ha escuchado un motete de Palestrina, el gran maestro de la música, romano, del siglo XVI.
Tras hora y media, la ceremonia ha concluido. En la Plaza, en todo ese tiempo, ha lucido el sol, ha llovido, se han oído fuertes truenos … Pero nada de todo esto ha desanimado a los ya cientos de personas que han seguido la misa por las seis pantallas instaladas en la Plaza de San Pedro.
A las 13.30 los cardenales han almorzado en la Casa de Santa Marta. Ya desde ese momento, las únicas personas con las que tendrán contacto serán las que forman parte del servicio doméstico, los que velan por su seguridad, los conductores de los minibuses que hacen el camino de ida y vuela entre la Casa de Santa Marta a la Capilla.
Antes de las cuatro, a las 15.45 horas, los cardenales volverán al Palacio Apostólico. Desde la Capilla Paulina comenzará la procesión hasta la Capilla Sixtina, donde se oirá el canto del "Veni Creator Spiritus" con el que se invoca la ayuda del Espíritu Santo. Despúes, el rito del jurament cada cardenal se compromete a mantener el secreto. Cuando el Maestro de Ceremonias pronuncie la frase "Extra omnes", todos los ajenos saldrán de la capilla y comenzará el Cónclave.