Siempre he insistido en
la necesidad de que las autoridades gubernamentales desarrollen una campaña
permanente para orientar a la población sobre el consumo de agua potable.
Recuerdo que el
fenecido presidente Juan Bosch grabó un mensaje en el que exhortaba a la
ciudadanía a no desperdiciar ese importante líquido.
“Dominicanos, el agua
es vida. No la desperdicie”, decía el slogan del recordado político y escritor,
que se difundía a través la emisora Radio Continental y otros medios
electrónicos.
Esa exhortación marcó
en mí un profundo acto de conciencia en mi adolescencia, y desde entonces he
llevado al pie de la letra esa sana orientación, es decir, ahorrar agua.
Me indigna ver a los
ciudadanos desperdiciando agua cuando lavan los vehículos o se bañan debajo de
las duchas.
Mientras nos
enjabonamos plácidamente, dejando la llave abierta, se pierden millones de
galones. Igual ocurre cuando lavamos los platos y las losas, vehículos, sin
cerrar la llave.
El derroche de esta
vital sustancia natural es un problema de conciencia. Y lo ha sido de
generación en generación. Por eso me inclino por una urgente campaña masiva,
llamando a la población a que ahorren agua, pues se avecina una sequía de gran
magnitud.
Para esta tarea,
sugiero utilizar a conocidas figuras de la televisión, el deporte, la política,
del espectáculo, la religión, y otras profesiones. Por supuesto, deben ser
personajes que no estén desacreditados y que tengan una solvencia moral.
Eso de poner a los
policías a vigilar a la población para que no desperdicien agua, es un
disparate. Los agentes se cansarán de arrestar a los indisciplinados ciudadanos
que incurren en esa práctica, porque se trata de una conducta que sólo se
corrige con mensajes educativos.
Estamos a un paso de
una sequía colectiva, mundial, debido a la falta de conciencia de la gente. Se han
hecho estudios sobre el particular e
incluso lanzado alertas ante la escasez universal, pero la mayor parte de la
población no hace caso.
Se avecina lo peor. Con
el tiempo veremos a las grandes naciones invadiendo los territorios de las
naciones en busca de agua potable. Eso nos dice que la próxima guerra será por
este preciado líquido. Todos somos responsables de evitar una confrontación de
ese tipo. Aún estamos a tiempo.