<b>Nadie
tiene ninguna dubitación de que la forma en que el equipo dominicano ganó el
Clásico Mundial de Beisbol quedará registrado con letras de oro en los anales
del deporte rey en la República Dominicana, y no es para menos.</b>
Después
de dos estrepitosos fracasos en los dos clásicos anteriores la fanaticada
dominicana veía con recelo la conformación del equipo nacional para enfrentarse
a países como Venezuela, Puerto Rico y Cuba. Creíamos algunos que nos
encaminábamos a otro deplorable fracaso, pero
hubo un
factor que cambió temprano durante la conformación del equipo dominicano, y fue
la elección de Tony Peña como manejador de nuestro equipo y a Moisés como
gerente general del mismo, y ahí todo cambió.
Felipe
Rojas Alou fue el primer dirigente domnicano en el Clásico y no pudo pasar de
la segunda ronda porque hubo fallas en la participación de los principales
jugadores dominicanos.
Se
precisó en esa oportunidad, que algunos jugadores estaban muy fuera de
entrenamiento como para asumir con eficiencia su participación, pero lo que
causó una grave frustración y descreimiento fue nuestro fracaso en el anterior
Clásico, cuando sufrimos la horrible vergüenza de perder dos veces de Holanda,
un país sin ninguna tradición beisbolera.
Se
explica que un tabuco como Venezuela perdiera en este último clásico como
resultado de la grave situación que atravesaba la población de ese país con la
muerte prematura de su presidente Hugo Chávez. A nadie le puede extrañar esos
resultados en esas circunstancias. Venezuela será otra cosa positiva en el
futuro.
Lo único
que nos animaba en este último Clásico fue el anuncio temprano de estelares que
aseguraron su participación y, desde luego, la formación de la dupla: Tony – Moisés.
Tony
Peña ha sido un estelar jugador dominicano tanto en el país como en las Grandes
Ligas y ha sido factor decisivo en el historial de campeonatos ganados por las
Aguilas Cibaeñas.
Moisés,
por su parte, le ha dado una nueva mística a los Leones del Escogido en donde
jugó poco en su juventud, pero al que se siente umbilicalmente ligado por su
padre Felipe y sus tíos: Mateo y Jesús.
Moisés y
Tony Peña son dos personajes que por experiencia pueden convertir a la República
Dominicana en el eje universal del beisbol del Caribe, e incluso originar
nuevos encuentros antillanos del beisbol.
Cuba,
Puerto Rico, Venezuela y nuestro país tienen las condiciones para realizar un
pre-clásico en esta zona más allá de la llamada Serie del Caribe, ultimamente
retorcida por las exigencias de los dirigentes de los países de Grandes Ligas a
sus jugadores en esta zona.
Algo se
puede hacer y estamos en un buen momento
para generar ideas que contribuyan no solo a elevar el beisbol de esta region,
enaltecido por el triunfo dominicano en el Clásico Mundial, sino a establecer
nuevas metas que animen y desarrollen a los jóvenes talentos del Caribe.
El
triunfo invicto dominicano del Clásico del Beisbol Mundial, es uno de esos
episodios que ocurren en solo cada cierto tiempo y que elevan la moral de toda la sociedad. Podemos
decir que no somos “ni mejores que nadie, pero tampoco peores que nadie”. Es
una reflexión que nos encamina como sociedad a alcanzar nuevas metas y a
trazarnos nuevos objetivos.
Porque
el asunto no se limita solamente al beisbol, he escuchado al comentarista Nina
Gómez decir, que Republica Dominicana podría contar este año con cuatro
campeones mundiales en distintas categorías del boxeo, incluso vimos a una
humilde joven que acaba de ganar el campeonato mundial femenino en Costa Rica.
Ya hemos
vivido la excelencia de la selección nacional de volibol que ha sido
catapultado a los mayores niveles mundiales de ese deporte. Tenemos al joven
boxeador que ganó oro en las Olimpiadas de Pekín así como los excelentes
exponentes de artes marciales y el tennis de mesa (ping-pong).
Esas
buenas noticias deben ser música inspiradora en los atentos oídos del ministro de Deportes,
el doctor Jaime David Fernández Mirabal, porque le permitirán consolidar sus
criterios dada la importancia que tienen los deportes en la juventud
dominicana.
Fernández
Mirabal debe convocar al Comité Olímpico Dominicano, a los dirigentes de los
equipos de beisbol profesionales para realizar un encuentro para analizar el
deporte dominicano en todas sus facetas y consensuar criterios en todas las
disciplinas. Sería un palo.
Hay
muchos Tony Peña y Moisés Alou en el país, solo tienen que tener el estímulo
necesario para entregarse a lo que debemos considerar como una causa nacional. De
esa manera no solo nos regocijaremos por nuestros triunfos en el beisbol, sino
también en todas las disciplinas deportivas que se practican en el país. Es
cuestión de seriedad y de entender que se debe hacer lo que “nunca se ha
hecho”.
Mi gratitud
a Moisés Alou y Tony Peña por haber tomado en serio sus responsabilidades en el
equipo de beisbol dominicano que ganó invicto El Clásico Mundial de Beisbol.
Enhorabuena para ambos.
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