<b>Las últimas decisiones del Ministerio de
turismo sobre el turismo en la Ciudad y Polo Turístico de Puerto Plata, auguran
un replanteo de la política turística de ese importante Polo Turístico. </b>
El
conjunto de medidas anunciadas junto a la creación de nuevas facilidades
estructurales como la construcción del muelle turístico de Maimón y el bacheo
de todos los caminos rurales del Municipio de Luperon que se han anunciado,
indican que el tema turístico podría replantearse en la Novia del Atlántico.
Junto al muelle de Maimón, se ha proyectado la construcción de la avenida
Mirador del Atlántico, la cual iría de la ciudad de Puerto Plata hasta la
ciudad de Monte Cristi, lo que por necesidad indica que deberá atravesar al
Municipio de Luperon, quedando este beneficiado también de dicha obra, si esos
proyectos se materializan pronto, la tierra de Juan Lockwar podría competir con
el Este profundo.
Sin embargo, algunas acotaciones son necesarias
pues la República Dominicana no puede darse el lujo de repetir errores que en
el pasado reciente ya ha cometido. Esto es, las infraestructuras y estructuras
turísticas por sí solas no pueden producir el milagro turístico, este requiere
también del abono de la parte superestructura, esto es, de las instituciones
públicas concernidas pues cuando este factor no es tomado en su justa dimensión
se producen ruidos innecesarios y a las postres perjudiciales para los
objetivos que persigue la política pública de la materia. La población, la
alegría del dominicano y su gentileza constituyen un capital humano y turístico
que las autoridades deberían ser las últimas en poner en juego. Pues además de
que denota un desconocimiento del turismo en tanto y cuanto fenómeno cultural
mina la efectividad de la política y da lugar a lo que en teoría turística se
denomina apatía hacia el turismo.
Nos referimos a que la planeación como la
ejecución de la política pública trazada no solo deben corresponder a la
existencia de un Plan Maestro sino a la participación efectiva de los entes
públicos involucrados y a la integración de las comunidades no a su dispersión
y mucho menos a enfrentarlas. De nada sirve que solo un sector empresarial
participe pues la Gobernanza contenida en la ley 176-06 sobre ayuntamientos
indica que la participación de la sociedad civil del municipio como la del
propio gobierno municipal debe ser efectiva.
De manera que el sometimiento de un
anteproyecto de ley para modificar límites territoriales de los gobiernos
municipales es contraproducente y constituye un sin sentido pues ya el
fraccionamiento territorial de países suficiente como para ocasionar
suficientes diferendo entre poblaciones similares para que estemos produciendo
nuevas divisiones que no hacen más que ahondar las diferencias preexistentes.
En pocas palabras, el anteproyecto de ley que modifica los límites
territoriales del Municipio de Maimón para pasarlo al Municipio cabecera de la
Provincia, es una provocación que mella el desarrollo de la política pública
puesta en marchas. De nuevo los intereses particulares acusan una gran pérdida
del sentido común pues un acontecimiento que ha debido integrar está
desintegrando el tejido social y eso es contraproducente.
El Presidente de la República ha dicho que su
meta es lograr el desplazamiento de una corriente turística anual de 10
millones de turistas. Esa meta es plausible pero sin la participación
comunitaria, con la exclusión de poblaciones para favorecer intereses
bastardos, podría retrasarse e incluso
colapsar. Podríamos anticipar que la ley proyectada es en sí misma
inconstitucional pues uno de los objetivos programáticos de la Constitución es
precisamente la integración armónica de la población al desarrollo.
El Presidente Danilo medina ha hecho bien en
retomar el Programa de Gobierno de su partido del año 1996, pero en ninguna de
su parte se habla de promover la división territorial y la dispersión y
enfrentamiento de las poblaciones para favorecer intereses particulares. De
modo que existe una incorrecta apreciación del objeto que se persigue
conseguir. Eso ocurre cuando los negocios y no el interés general de la nación
entran en juego en clima sociales de baja institucionalidad democrática, es
entonces cuando la imposición se convierte en regla, pero resulta que la
población crea su propia agenda pues sabe que la suya no es la del estado, es
entonces cuando inician las dificultades y las políticas públicas dejan de
surtir efecto.
Es inconcebible que un gobierno que está
cumpliendo sus expectativas, que tiene una aceptación popular enorme sea el
mayor incitador a la decadencia de su popularidad solo por favorecer intereses
mercuriales o por tener funcionarios desconocedores de los temas que tienen en
sus manos.
La agenda de Puerto Plata hacia los 10
millones de turistas del país pasa por la construcción de una red vial
adecuada y por la construcción de varios
acueductos; así como por el manejo adecuado
de las políticas públicas
ambiental y cultural. De modo que en puerto Plata se debe hablar de
reforestación y de adecuación, por ejemplo, de la Ciudad de la Isabela, la
primera ciudad del Nuevo Mundo, a la corriente turística que se busca. Sin la
comprensión de estos temas no se cumplirá la meta, pues la población es el
factor esencial y americe de integración y de educación.
El presente comentario, solo busca hacer
conciencia de la agenda que requiere Puerto Plata, los negocios son positivos
siempre que cumplan las reglas del sistema democrático, en caso contrario, son
contraproducentes. Como lo demuestra el pasado reciente de Puerto Plata.
Esperemos a que el sentido común prevalezca sobre la obnubilación que de
ordinario producen el poder y el dinero. DLH-7-4-2013