<b>SANTIAGO.- El conocido hombre de negocios José
Miguel Bonetti Guerra llamó a los industriales, comerciantes, empresarios y a
los profesionales exitosos a ser generosos con las instituciones privadas sin
fines de lucro, que se dedican a mejorar y complementar la educación, la salud
y el medio ambiente nacionales.</b>
El planteamiento lo hizo la tarde de ayer al
pronunciar un discurso en nombre suyo y de las otras siete personalidades que
fueron investidas con el grado Honoris Causa en Humanidades, por la Pontificia
Universidad Católica Madre y Maestra.
Además del empresario Bonetti Guerra, recibieron esa
distinción sus colegas Carlos Sully Fondeur, Félix García Castellanos, Juan
Vicini, José Vitienes Colubi y Manuel Arsenio Ureña, este último de manera
póstuma, además de monseñores Ramón Benito de la Rosa y Carpio y Jesús María de
Jesús Moya.
La actividad estuvo presidida por el cardenal
Nicolás de Jesús López Rodríguez y le acompañaron Jósef Wesolowski, Nuncio Apostólico de Su Santidad;
los vicerrectores Félix Contreras, Pedro Silverio, Sarah González, Inmaculada
Adames y Annette Tejada, así como el decano de la Facultad de Ciencias y
Humanidades, David Álvarez.
Al dirigirse a los asistentes al ceremonial,
realizado en el teatro de la Madre y Maestra, Bonetti Guerra consideró que la
fortaleza de un sector privado, en cualquier país, no solo se mide por la
rentabilidad del mismo “sino por los proyectos de bien social que desarrolla a
favor de los más necesitados, de los pobres y enfermos”.
Sostuvo que ese principio del ejercicio empresarial
moderno “ha venido calando poco a poco y muestra de ello es la buena cantidad
de instituciones y proyectos concurrentes al desarrollo social en todas las
áreas del quehacer nacional, en los que empresas y empresarios tenemos una
participación determinante”.
A su juicio, negarle la educación a las futuras
generaciones es sinónimo de arruinar el futuro del país “ya que está harto
demostrado que ni los recursos naturales, ni la extensión de su territorio, ni
el número de sus habitantes y ni siquiera las condiciones climáticas son
garantía de desarrollo”.
“Únicamente una población educada y bien formada
contribuye al desarrollo sostenible, a una democracia madura y, sobre todo, a
una sociedad con valores humanísticos”, indicó Bonetti Guerra.
De su lado, el rector de la Madre y Maestra,
monseñor Agripino Núñez Collado, al pronunciar el discurso de introducción del
acto, manifestó su agradecimiento a los homenajeados “por su generosa, dedicada
y permanente colaboración con todas las importantes iniciativas” de ese centro
de altos estudios.
El acto académico fue considerado por Núñez Collado
como el epílogo de la celebración de los 50 años de la fundación del principal
centro universitario privado del país.
A cada uno de los homenajeados o sus representantes,
el rector de la Madre y Maestra, acompañado del decano de la Facultad de
Ciencias y Humanidades, David Álvarez, le entregó el certificado que avala la
designación Honoris Causa.
El padre Carlos Santana, Canciller del Arzobispado
de esta ciudad, tuvo a su cargo la lectura de la semblanza de monseñor de la
Rosa y Carpio, mientras que monseñor Alfredo de la Cruz, rector de la
Universidad Católica Nordestana, habló de monseñor de Jesús Moya.
Ligia Bonetti presentó a su padre José Miguel
Bonetti Guerra; Carlos Fondeur Victoria hizo lo propio con su progenitor Carlos
Sully Fondeur y Lina García se encargó de resaltar la hoja de vida de su padre
Félix García Castellanos.
Regina Vitienes, hija de José Vitienes, habló sobre
su pariente y lo mismo hicieron Manuel José Cabral e Inmaculada Adames, en
representación de las familias de Juan Bautista Vicini Cabral y el fenecido
empresario Manuel Arsenio Ureña.
Vicini Cabral no pudo asistir a la ceremonia y
correspondió a su hija Amelia recibir el galardón, quien asistió acompañada de
su hermano Juan Vicini, mientras que Junior Arsenio Ureña Rodríguez representó
a su fenecido padre, Manuel Arsenio Ureña.