<b>Socialmente hablando, el ejercicio del poder es una de las responsabilidades más nobles y comprometedoras a la que pueda aspirar un dirigente político en cualquier parte del mundo, y por ser tan efímera e intensa a la vez deja huellas imborrables para quien tiene el privilegio de alcanzarlo.</b>
Desde el Estado, la práctica del ejercicio del poder se hace más compleja ante la diversidad de intereses, normativas, disposiciones, reglamentos y leyes a las que hay que acudir al momento de asumir una decisión.
Sin importar el sistema político a través del cual se conduce el Estado, gobernar bajo la protección del poder no es tarea fácil. Se requiere tener valor; entrega, responsabilidad, patriotismo, comprensión, equilibrio, humanismo, inteligencia, humildad, pero sobretodo, amor hacia el prójimo, hacia el interés colectivo y transitar de cara a la historia.
La histórica decisión del presidente de la República Dominicana, Danilo Medina Sánchez, de impulsar y lograr un acuerdo preliminar del Gobierno con la empresa minera Barrick Gold, es un acontecimiento político, legal y económico que estará registrado para siempre en los anales de la historia nacional.
Esta medida que ha levantado el ánimo e identificación patriótica del pueblo dominicano, deberá en lo adelante ser ratificada y aprobada por el Congreso Nacional.
Por muchos años el país no había vivido una efervescente mirada hacia la defensa de un patrimonio nacional, como es la mina de oro de Pueblo Viejo, Cotui, provincia Sánchez Ramírez. Y ciertamente, el discurso pronunciado por el presidente Medina ante la Asamblea Nacional, el 27 de febrero pasado, delineó claramente lo que sería la firme posición del gobierno de alcanzar una revisión del contrato original con esa transnacional canadiense.
En la ocasión, Medina dijo que “quiero hacer hoy un último llamado a los ejecutivos de la Barrick Pueblo Viejo para que accedan a revisar los aspectos fiscales del contrato, pues el esquema actual de distribución de ingresos, luego del alza en los precios del oro en el mercado mundial, es inaceptable.
Hasta ahora hemos sido pacientes. Pero la paciencia tiene un límite. Y más para un gobierno que está a diario en la calle y ve dibujadas en el rostro de nuestra gente las urgencias de una mayor inversión de recursos, que le permitan mejorar sus condiciones de vida.
Si la empresa Barrick Pueblo Viejo mantiene la posición intransigente que ha exhibido hasta ahora, el gobierno no se puede quedar de brazos cruzados”.
A ocho meses de gestión gubernamental, las autoridades lograron finalmente arribar a un acuerdo preliminar, que ahora espera la ratificación del Congreso Nacional.
En consecuencia, esta victoria del presidente Medina permitirá que el país obtenga 2,200 millones de dólares entre el 2013 y el 2016, casi seis veces más de lo que se recibía anteriormente. Mientras, que los ingresos por pagos de impuestos ascenderán a once mil 600 millones de dólares.
Dos aspectos centrales de la nueva disposición permitirán que el Estado aumente su participación en la explotación de la mina de oro de 37.1 a 51.3%, y que los ingresos suban de US$377.4 millones a US$2,200 millones.
Sin la voluntad política, visión de Estado e identificación con los intereses nacionales que adornan la personalidad del mandatario, sería imposible el logro de ese objetivo.
Medina ha actuado con humildad, pero con firmeza en una demanda que ha encontrado el respaldo de la generalidad de los dominicanos, particularmente entre los que amamos nuestro terruño y creemos en las acciones de bien colectivo, como decía en una de sus expresiones Mahatma Gandhi.
“Humildemente me esforzaré en amar, en decir la verdad, en ser honesto y puro, en no poseer nada que no me sea necesario, en ganarme el sueldo con el trabajo, en estar atento siempre a lo que como y bebo, en no tener nunca miedo, en respetar las creencias de los demás, en buscar siempre lo mejor para todos, en ser un hermano para todos mis hermanos”, escribió Gandhi.
El pueblo dominicano confía en que los recursos que recibirá el Gobierno con la aplicación del nuevo esquema de pagos de impuestos fiscales por parte de la Barrick Gold sean transferidos al desarrollo del país. A fortalecer la agroindustria, la producción agrícola, construcción de viviendas populares, escuelas, hospitales, caminos vecinales y ampliación de los programas sociales dirigidos a los núcleos más empobrecidos.
Estamos en la antesala de resarcir la deuda social del Estado dominicano con los sectores desamparados de la fortuna, y por supuesto, reconocer que el presidente Danilo Medina pasa a la historia. Sin dudas.
¡Albricia!
DiarioDigitalRD